Rocío Carrasco: «Antonio David me agarró del camisón y me sacó medio cuerpo por la ventana»

Martín Bastos

SOCIEDAD

La hija de Rocío Jurado desvela el infierno que vivió durante su segundo embarazo con las infidelidades de su exmarido. «Estás loca, vas a malparir a mi hijo», aseguró que le decía

29 mar 2021 . Actualizado a las 18:32 h.

Rocío Carrasco sigue intentando contar su verdad, que al final resulta que era una verdad a voces tal y cómo lo relata. En los dos nuevos episodios emitidos ayer domingo de su docuserie Rocío. Contar la verdad para seguir viva, la hija de Rocío Jurado repasó lo ocurrido desde que se entera de que está embarazada de su hija Rocío hasta que decide separarse de Antonio David, cuando su hijo pequeño, David, tenía apenas unos meses. Por el medio, unos tres años en los que pasó de vivir la «felicidad completa» a la angustia más amarga debido a las infidelidades de su ex. 

 Antes de comenzar la emisión de los dos nuevos capítulos, Carlota Corredera mostró el mensaje que Rocío Carrasco había hecho llegar al programa. «Quería mandaros este mensaje para deciros que estoy bien, en mi casa con los míos. Un pelín desbordada con todo lo que ha acontecido esta semana pero al mismo tiempo estoy tranquila y serena. Quiero agradecer a todos aquellos que me han creído y a todas las mujeres que se han sentido reflejadas en mi relato. Tengo fuerza. Gracias a todos», aseguraba Rociíto. 

El primer episodio, titulado Se nos rompió el amor, comienza cuando Rocío Carrasco se entera de que estaba embarazada. «Fue el día más feliz de mi vida. Iba a tener un hijo. Cuando le dije (a Antonio David) que estaba embarazada se cayó al suelo. Me dijo que no podía ser, que no podía ser y que no podía ser», recuerda.

En aquel momento pidió ayuda a su amiga Cristina Cárdenas para confirmar mediante una analítica el embarazo, y ella terminó filtrando la exclusiva a las revistas. Por suerte, ella ya había viajado a Málaga para comentárselo a los padres de él, sola, porque él tenía miedo a la reacción de su padre y de su hermano mayor. «Hicieron una algarabía», recuerda. A continuación viaja a Murcia, donde actuaba su madre. Le sonreí y ella miró el espejo sonrió y me dijo. «Estás preñada, ¿a que sí?». Y su madre reaccionó con un «a su casa viene». 

Muy diferente fue la reacción de su padre. «Desde que yo me voy no mantengo relación con él, no nos llamábamos. Me dio dos besos muy secos el pobre, y me senté en el sofá de la salita con él. Le dije: 'Papá que estoy embarazada'. De lo que le entró por el cuerpo me dio un bofetón que la cabeza me dio vueltas como a la niña del exorcista», asegura Rocío. «Te lo dije, te ha arruinado la vida», le reprochó el exboxeador. «Y la verdad que me lo dijo», reconoce.

Después del bofetón, asegura que le dio un abrazo. «Qué tonta has sido, te lo he dicho. Ha conseguido lo que quería. Y ahora palante», recuerda que le dijo su padre. 

En menos de dos meses, Rocío Carrasco y Antonio David Flores protagonizaban una de las bodas más recordadas de los últimos 25 años. «Nadie me dice explícitamente que tengo que casarme...», recuerda.

Rocío Carrasco lamenta que «me iba dando cuenta de que no podía confiar en nadie. Y él lo usaba para ver que solo podía fiarme de él». Ella recordó otro desagradable momento en el que comieron con los padres de Antonio David y surgió en la conversación el nombre de su primer hijo. Carrasco ijo que si era niña se llamaría Rocío, y si era niño, pensaban ponerle Pedro Juan, como su padre, pero también aprovechando así para honrar al abuelo paterno ya que se llamaba Juan. En ese momento su suegra le espetó: «O Juan Pedro, porque el niño te lo ha hecho mi hijo, no te lo has hecho tú con un dedo». Rociíto se puso a llorar y Antonio David le recriminó que se pusiese así: «¿Te parece normal? Vas de víctima...». 

«Iba normalizando las situaciones, por mi forma de ser no quería dar un paso atrás», explica Rocío Carrasco. 

La boda de Rocío Carrasco y Antonio David 

En tiempo exprés llegó la boda en la finca Hierbabuena que organizaron su madre y sus tíos Amador y Gloria. «Lo viví como un cuento. Yo voy a una fiesta a que me pusieran aquel manojo de pelos que se le ocurrió a Rupert. El vestido lo había diseñado yo pero mi madre dijo que yo no entraba a una iglesia para casarme con los hombros descubiertos...». 

«No tengo ni fotos, ni alianza, porque la tiré por el váter. No quiero tener nada que ver con este ser», relató Rocío Carrasco. La boda costó más de treinta y pico millones de pesetas. «El dinero de la exclusiva de la luna de miel se usó para pagar la boda», asegura. Parte de ese dinero, contó, se lo llevó «la persona que hacía de intermediario: Amador». 

«La luna de miel no sabíamos ni a dónde ibamos. Lo sabían Amador y Javier Osborne director de ¡Hola!. Iba mi tío Juan, porque mi madre tenía miedo de que me pasase algo o que comiese algo con el embarazo», recuerda. «Llegamos a Mauricio, me encantó, pero no disfrutamos», aseguró. Rocío Carrasco descubrió allí que alguien había filtrado el destino a otro fotógrafo. «La única persona que lo sabía era Amador. Con él tengo una conversación que no termina muy bien. Él quería ser mi representante. Me doy cuenta de que eso no lo quiero. No voy a trabajar con él.», asegura. 

«Yo estaba feliz, con esa barriga me sentía la mujer más guapa del mundo», explica Rocío Carrasco, que también recuerda que cogió mucho peso porque no paraba de comer y «tenía una media depresión». «Cuando me enteré que era una niña, me volví loca. Otra Rocío para la familia. Me volví loca. Pasó a no tener importancia nada más, solo que yo estaba embarazada», asegura. 

Poco después nació su primera hija, Rocío, y se convirtió todo en una fiesta. «Era una niña que era bella. Como si fuera una muñeca. Era una sensación de felicidad absoluta. Estaba completa y estaba pletórica. Siempre me he considerado una buena madre», aseguró. «Él con la niña era locura también», dijo sobre Antonio David y reconoce que cambió durante el embarazo y la relación estaba bien. «Me confío al tener a Rocío y creo que eso que yo estaba viviendo iba a ser para los restos», reconoce. Y recuerda que delante de la gente «se guardaba muy mucho de hacer según qué cosas». 

Más tarde se trasladan a Madrid y ella se queda embarazada de su segundo hijo, David. «No fue como el primero, buscábamos a ese niño y se tomó muy bien la noticia», añade. 

Por el medio, seguían comercializando con su vida y acudían de vez en cuando a programas de televisión como Tómbola, donde Antonio David protagonizó un altercado. 

 Verano en Chipiona y el principio del fin

La familia se marcha a Chipiona para pasar el verano. «Éramos una familia muy joven y salíamos todos los días de la semana». Allí descubre la infidelidad de Antonio David con Sonsoles, una camarera de un bar, y la relación comienza a deteriorarse. Ella empieza a sospechar y le pide explicaciones. «Su respuesta era que yo estaba loca. Que a mí el embarazo me estaba afectando a la cabeza, que las hormonas me estaban sentando muy mal. Estás loca, vas a malparir a mi hijo», dice que le dijo su exmarido. 

«Le tenía pavor a la noche. Pruebo a no salir. Y la respuesta es 'si no quieres no vengas, yo me voy'. Y decido salir aunque no tenga ganas porque delante mío se cortará», rememora que pensó. «Fui a buscarlo y la curiosidad mató al gato porque me lo encontré comiéndose la boca con la tía», cuenta. Explica también que salió corriendo y que sufrió un ataque de ansiedad. «Empiezo a llorar, me empieza a doler mucho la barriga. Tengo como pinchazos, como si fueran contracciones. Él viene detrás de mí, 'tú estas loca, no estás bien de la cabeza'», dice que le dijo. «Estaba embarazada de su hijo, no me entra en la cabeza que mi marido me esté poniendo los cuernos, me entra como madre. Yo estaba embarazada de él».

Relató como en varias ocasiones ella le pidió que la llevase a casa y él se negó. «Me fui a casa andando a las seis de la mañana», recuerda. En otra ocasión, se fue andando a pleno sol de la playa a su casa porque él le dijo: «Yo me quedo con esta». 

 «Solo quería meterme debajo de un edredón. No iba a llamar a mi madre, ni a mi tía Gloria. Decido que yo me separo. Sabía que se había terminado. Tenía contracciones de parto, ataques de ansiedad, de pánico. Lo sabía todo el mundo menos yo. Mis primos, mi prima Chayo, que era amiga de Sonsoles...», se lamenta en el documental.

 También recuerda que toda la prensa que los perseguía sabía de las andanzas de Antonio David y cómo la gente pasaba por delante de su casa de noche y decía «Rociíto es una cierva embarazada». Vivió todo en soledad. «No iba a ir a contarle a mi madre todo lo que me estaba pasando porque era algo que me había buscado yo. Se lo conté muy a posterior. Me dijo: 'te lo advertí'», se lamentó. 

En Chipiona ocurrió un episodio que Antonio David ha negado pero ella aportó una prueba para argumentar su testimonio. Una noche al llegar de juerga ella se lo recrimina. «Le dije 'eres un sinvergüenza' cuando llegó, me cogió en volandas del camisón, tenía un ventanal muy grande y a la izquierda una ventana. Me agarró del camisón y me sacó medio cuerpo por la ventana. La barriga me daba en el borde de la ventana. Me giré la cabeza y le dije ‘procura que cuando llegue abajo me haya matao'. Él tomó conciencia de lo que estaba haciendo y soltó rápidamente», aseguró. 

El día que Antonio David hizo callar a Rocío Jurado

De vuelta en Madrid, Rocío Carrasco tiene que guardar reposo absoluto por su embarazo. «Creí que no llegaría a su fin, que perdería al niño», recuerda entre lágrimas y explica que, aunque su relación con Antonio David está ya rota, le busca trabajo en una inmobiliaira. 

Un día llega una factura de Telefónica con un cargo de 263.000 pesetas, una cifra astronómica para finales de los años noventa. «Cuando llegó de trabajar le tiré a la cabeza una vela», al descubrir múltiples llamadas de teléfono a Sonsoles. «Tú estás loca, vas a malparir a mi hijo, los celos te están volviendo loca», dice Rocío que le respondió su exmarido. Pero Rociíto marcó el número y le cogió la madre de la joven, a la que le espetó: «Soy la mujer del novio de su hija». 

El nacimiento de su hijo David le devuelve la felicidad por poco tiempo, ya que el niño sufre problemas al nacer. «No quiero entrar en los problemas que David tuvo cuando nació, solo diré que hubo que trasladarlo de hospital», aseguró. Cuando habla de David, que desde que tiene 18 años vive con Antonio David en Málaga, se le llenan los ojos de lágrimas. 

«La ternura personificada. Era ternura, era bondad y moría con su madre. No te podía ver triste, era una maravilla, siempre cantando, le encanta la música. Mi madre decía que era un ser de luz y que era su bombón de nata. Era como un ángel. A mí me despertaba mucha ternura, me despertaba sentimiento de querer protegerlo. En algún momento me sentí culpable pero eso sí es cierto que con el tiempo entendí que no era así. Llegué a cuestionarme si yo hubiese reaccionado de otra manera… si me hubiese separado, y no sigo en esa espiral de horror si a lo mejor hubiese sido diferente», recuerda Rocío Carrasco, que habla en pasado de sus dos hijos. 

Pasaron unos meses y finalmente Rocío Carrasco toma la decisión de separarse y se lo comunica a Antonio David. «Empezó a gritarme. Empezó a decirme '¿te vas a separar. Rociíto estás segura que te vas a separar? Pues te vas a cagar. No vas a saber de donde te van a venir. Te vas a levantar de una y te va a venir otra'», recuerda que le dijo su exmarido. 

Rocío Jurado oyó parte de la conversación e intervinó. «Tú te callas Rocío Jurado, no conoces a Antonio David Flores», recuerda que le dijo él a su madre. «Ahí la acojonó, se calló, se dio la vuelta y se fue», relata. «Tenía a una familia atemorizada. Cuando llegué a Chipiona mi madre me dijo: 'Rocío ten cuidado'». confesó. 

El programa de ayer volvió a ser lo más visto del domingo con un 27,4 % de cuota de pantalla y más de 3,1 millones de espectadores.