Vuelven los expresos a las terrazas de París

redacción LA VOZ

SOCIEDAD

Francia reabrió ayer los museos y la hostelería. Austria también pone a funcionar los bares, pero solo para clientes con certificado de vacunación o test de covid negativo

19 may 2021 . Actualizado a las 18:26 h.

 Los expresos, las crêpes y los cruasanes volvieron este miércoles a las terrazas de los cafés de París, en un inmenso desahogo colectivo, con la reapertura de la hostelería tras casi siete meses de estricto cierre debido a la crisis sanitaria.

Pero todo fue muy breve debido a que el viento y la lluvia, prevista y amenazante, acabaron aguando, literalmente, esta mañana casi festiva para los franceses a pesar de ser un día laborable, ya que pueden volver a terrazas, museos, cines, teatros y grandes comercios, aunque sea con aforos limitados.

Pero en un país hedonista como Francia, que ha hecho de la vida de café uno de sus símbolos nacionales, lo más esperado y deseado era sin duda el volver a poder sentarse en la terraza de un café para el expreso mañanero.

El presidente Emmanuel Macron fue el primero en apuntarse, al salir con el primer ministro, Jean Castex, a tomar un café en la terraza de un establecimiento cercano al Elíseo.

«Es un pequeño momento de libertad recuperada», pudieron captar las cámaras que murmuraba el presidente entre dos sorbos, antes de apelar a que los franceses se mantengan «prudentes» hasta que la situación sanitaria mejore aún más. Más poético fue su ministro de Economía, Bruno Le Maire, quien colgó un tuit que decía «El arte de vivir a la francesa» con una foto suya sentado en una terraza mientras ojeaba la prensa del día.

Lejos de los gestos y mensajes del poder, parisinos y visitantes llenaban muchas de las mesas que los establecimientos pudieron ofrecer, el 50 % de su aforo normal. «Teníamos muchas ganas ya. Ha sido muy difícil no poder hacer esto tan simple», reconoció a Efe una cliente que sorbía café en una terraza de un establecimiento popular del distrito 18, reabierta hoy tras cerrar a finales de octubre, como en todo el país.

CLARA NECESIDAD PSICOLÓGICA

Por toda la ciudad, los camareros con sus tradicionales mandiles se esmeraban en servir cafés y desayunos a un público con una clara necesidad psicológica de volver a disfrutar de los pequeños placeres de la vida aunque sea todavía con la mascarilla.

Sin embargo, el placer del desayuno matutino, o simplemente del diminuto expreso antes de entrar al trabajo, quedó frustrado para muchos al cumplirse las ominosas predicciones meteorológicas. Primero unas gotas, luego algunas más, después lluvia evidente acompañada de ráfagas crecientes de viento acabaron llevándose a los clientes menos madrugadores y vaciando las terrazas.

«Rápido, rápido», se decían unas trabajadoras en una cafetería del Boulevard Haussman mientras se apresuraban a retirar las sombrillas antes de que el viento se las llevara. Calmado el pequeño temporal y ya pasada la hora del desayuno, cafés y restaurantes aguardaban al momento del almuerzo, mirando el cielo con aprensión, ya que las predicciones apuntan a lluvias y vientos intermitentes durante todo el día.

Los parisinos se reencuentran con sus museos casi siete meses después

No eran las rebajas, pero la escena guardaba cierto parecido. Un centenar de personas hacía cola este miércoles a las puertas del Museo del Louvre esperando el pistoletazo de salida para visitar, tras casi siete meses de cierre, el principal museo de Francia.

En su interior, los vigilantes y la dirección del centro se reunían bajo la Pirámide de cristal de Ieoh Ming Pei unos quince minutos antes de la apertura, para organizar la entrada.

La responsable de seguridad recuerda uno de los puntos más importantes: «Los visitantes deben llevar siempre la mascarilla cubriendo la nariz, dentro y en las inmediaciones del museo», dice. El presidente de la institución, Jean-Luc Martínez, fue el encargado hoy de abrir la puerta a los madrugadores, algunos de los cuales han hecho cola desde las ocho de la mañana.

«Compramos las entradas en cuanto anunciaron la reapertura. Lo echaba mucho de menos», cuenta a Efe una de las primeras visitantes, Brigitte de la Tousche, que acudió a ver la exposición El cuerpo y el alma, de Donatello a Miguel Ánge», que ha sido excepcionalmente prolongada hasta finales de junio.

El Louvre ha vivido uno de sus períodos más difíciles pues ha pasado de acoger hasta 10 millones de visitantes anuales en los últimos años, un récord mundial, a quedarse completamente solo: desde marzo de 2020, tan solo ha estado abierto cuatro meses.

«Ha sido difícil ver el museo tan vacío, pero bueno, creo que ha hecho bien a las obras», ironiza una trabajadora del museo, que recuerda las hordas de turistas que saturaban el centro.

Hoy, la espectacular Sala de Estados que guarda en su interior la codiciada Gioconda de Leonardo Da Vinci, no presenta la habitual cola, y tan solo unos cuantos afortunados llegan para ver a la Mona Lisa y hacerse un «selfie» con ella. Liu Yiyun y Tian Zhoupei, estudiantes, han pasado un año viviendo en Francia y regresan mañana a China. «Es realmente un placer estar aquí porque es la última vez que íbamos a poder venir y coincide con la apertura del museo. Es un auténtico placer estar sin tanta gente», aseguran.

La directora de seguridad y acogida al público, Servane de Landsheer, explica que las reservas se podrán hacer únicamente por Internet y adscribiéndose a una franja horaria precisa para poder controlar mejor la afluencia. Además, se han instalado unos caminos con flechas para evitar el tránsito en ambos sentidos.

Jeppe y Akira, dos estudiantes extranjeros de Historia del Arte, contemplan una obra de la pintura veneciana. Para Jeppe es su primera visita al Louvre y sabe que probablemente no volverá a tener otra ocasión para ver el museo con tanta calma.

UN CALENDARIO CARGADO

El Louvre no es el único museo que reabrió este miércoles sus puertas, como han hecho también terrazas de bares, cafés, restaurantes, cines, teatros y otros museos, todos ellos cerrados desde finales de octubre.

En el Museo Grévin, conocido por sus figuras de cera, su director Yves Delhommeau explicó que el primer día tuvieron ya 50 visitantes. Esperan llegar hasta las 200 o 250 al día y a 1.000 el fin de semana. El Museo de Orsay reabrió hoy con la exposición Los orígenes del mundo, que ensalza el impacto en la pintura decimonónica de los avances científicos y de la teoría de Darwin.

El Pompidou también abrió este miércoles en una muestra sobre las mujeres artistas en el arte moderno, un papel que reivindica igualmente el Museo del Luxemburgo con Femmes Peintres, una interesante exhibición sobre las mujeres que abrieron el camino de la pintura en el siglo XVIII y XIX.

Será una «rentrée» con grandes inauguraciones, como la de la Bolsa de Comercio de París-Colección Pinault, la gran apuesta por el arte contemporáneo del empresario François Pinault, que abre sus puertas este sábado.

El Museo del Carnavalet, sobre la historia de París, abrirá el 29 de mayo tras cuatro años de obras y restauraciones, mientras que en junio, será el turno de inaugurar el Hôtel de la Marina, situado en la Plaza de la Concordia. De momento, todos se aferran a una misma esperanza: no tener que volver a cerrar sus puertas.

Austria exige un test negativo o certificado de vacunación

 Los bares y restaurantes de Austria abrieron este miércoles sus puertas al público después de un cierre de algo más de medio año a causa de la pandemia, en el que solo pudieron servir comida o bebida para llevar.

Los hoteles han podido volver a recibir turistas -hasta ahora solo admitían a personas que viajaban por trabajo- y se permite la asistencia limitada de público a actividades culturales y deportivas. Además, vuelven a estar permitidos eventos multitudinarios como congresos y conciertos en Austria, pero con la mitad del aforo y con el uso obligatorio de mascarillas.

En bares y restaurantes se permitirá un grupo máximo de diez personas en las terrazas y de cuatro en interiores, sin tener en cuenta los menores que los acompañan. Los clientes que quieran sentarse a tomarse algo en uno de los locales deberán primero mostrar un test negativo, un certificado de vacunación o un documento médico que acredite haber superado el coronavirus.

Para celebrar la reapertura como una muestra de la paulatina vuelta a la normalidad, el jefe del Gobierno, el conservador Sebastian Kurz, compartió mesa con el vicecanciller, el ecologista Werner Kogler, en un conocido restaurante tradicional del parque Prater de Viena.

«Es un día de alegría», destacó Kurz antes de entrar al restaurante, «porque el número de infectados está bajando y el número de vacunados sigue aumentando».

Durante las últimas 24 horas, Austria registró 899 nuevos casos de covid-19 y nueve fallecidos, unos datos alejados de los cerca de 2.000 nuevos casos que se registraban diariamente a finales de abril.

Alrededor del 40 % de la población adulta austríaca ha recibido al menos la primera dosis y cerca del 15 % tienen ya la pauta completa, según los datos del Ministerio de Sanidad.