La lucense Cristina Palacios: «Valíanos a lei trans do PSOE de Andalucía; pero isto non»
![Miguel Cabana](https://img.lavdg.com/sc/dWXvlONOWsXOKBZLbapb2ilqHwA=/75x75/perfiles/43/1421773101111_thumb.jpg)
SOCIEDAD
![](https://img.lavdg.com/sc/jtiqJOkzWwfBKh7gyzbX_vBA0dA=/480x/2021/06/29/00121625000163645171101/Foto/L03M7105.jpg)
La presidenta de Arelas critica una norma que «solo dedica tres folios a la transfobia»
30 jun 2021 . Actualizado a las 10:22 h.La lucense Cristina Palacios, cuya hija ya se reconocía niña con cuatro años —como en la mayor parte de los niños trans— luchó hasta conseguir los derechos de su hija. Años después sigue luchando por todos los niños transexuales de Galicia. Lo hace desde la asociación Arelas, en donde ha trabajado con unos 500 menores en pocos años.
Su enfado con el gobierno es notorio porque asegura que este anteproyecto no será una ley que recoja los derechos de los niños transexuales. De los 56 folios de que consta el anteproyecto presentando ayer, solo se dedican tres a este problema social: la transfobia. Las otras 53 páginas están hechas «para a non discriminación do colectivo LGTB», explica Cristina Palacios, que se siente utilizada por los colectivos feministas vinculados a la vicepresidenta Carmen Calvo.
Palacios explica que Amelia Valcarce y Rosa Cobo, catedráticas, «feministas, blancas y de clase media-alta», son algunas de las que asesoraron e influenciaron a Carmen Calvo para conseguir este anteproyecto de ley que fusiona indebidamente dos leyes: personas trans por un lado y discriminación de colectivos LGTB por otro. El resultado, dice, es que realmente deja en un segundo plano los derechos de las personas trans, sobre todo los niños transexuales, y se centra en la discriminación LGTB. Recuerda que el PSOE aprobó una ley trans en Andalucía en 2016, que les servía perfectamente a las Federaciones españolas de padres de niños trans, pero que en vez de reproducirla, se dejaron llevar por los colectivos feministas y recortaron la que consideran buena ley de Andalucía hasta dejarla en algo irreconocible que les obligará a seguir peleando por los derechos de sus hijos.
Cristina Palacios explica que en las últimas semanas, las catedráticas ya mencionadas, entre otras personas, lanzaron una campaña mediática diciendo en algunos debates «estupideces como que os agresores sexuais se cambiarían de sexo para ir a cárceres de mulleres e seguir cometendo ataques. Ou que os homes invadirán os espacios feministas». La presidenta de Arelas recuerda que un artículo del anteproyecto dice que si alguien comete un delito será juzgado y condenado según la identidad sexual del momento de los hechos, y que todo lo demás son infundios de determinados colectivos feministas que no quieren oír hablar de los niños trans.
«A identidade non é unha decisión»
La presidenta de Arelas explica y recuerda que el cambio de sexo no es una «decisión» ni un «deseo» de adolescentes. «A identidade é como cada persoa se percibe no seu cerebro; e eso xa ocurre entre os catro e cinco anos. Por tanto nin se decide nada nin se cambia de opinión posteriormente. Do medio millar de rapaces que temos acompañado no seu tránsito nestes anos, nunca houbo ningún caso de volta atrás nin nada parecido», explica, sorprendida de que todavía haya personas y hasta «catedráticas de filosofía» que piensen eso.
En cuanto a los pequeños avances que les puede reportar el anteproyecto, Cristina Palacios lo analiza por partes. Que se pueda realizar el cambio de identidad entre 12 y 14 años con el apoyo de la familia no es ningún avance, porque en Galicia los jueces ya lo están autorizando antes de esa edad, y por tanto será un retroceso, precisó.
Que se pueda hacer en un juzgado entre los 14 y 16 años le parece otro paso atrás, porque la lentitud de la justicia acabará dando una resolución cuando el joven ya sea mayor de edad. Lo único que valora Palacios es que se pueda hacer directamente en el registro civil a partir de los 16, porque eso siempre será un trámite rápido.
Recuerda que tanto el Tribunal Constitucional como el Supremo ya dijeron reiteradamente que es inconstitucional no reconocer la identidad sexual de quien lo pida, sin mencionar en ningún caso la edad mínima para ejercer ese derecho.