
«Cuando lees tantos comentarios llegas a un punto de debilidad y más vulnerable que todo el mundo tenemos y te hace plantear: ¿Me habré equivocado por tomar decisiones desde el corazón y no pensando en el trabajo?», desvela en su visita a «El Hormiguero»
11 mar 2025 . Actualizado a las 13:31 h.La deportista gallega Ana Peleteiro, reciente campeona de Europa de triple salto en pista cubierta, acudió en la noche de este lunes al programa de Antena 3, El Hormiguero, para compartir su felicidad: «No fue un supersalto. Yo, como sabía que la rodilla no estaba al cien por cien, me molestó mucho durante todo el calentamiento, me dije: "Tengo que abrir con un saltazo. Hago uno y me siento a rezar a todos los santos". Pero, por primera vez en toda mi vida, hice un nulo por menos de un centímetro. Y el salto era como de 14,60 o 14,70. Así que me quedé con muchísima rabia. Siempre, mi mejor salto suele ser en el cuarto intento. Así que hice mucho trabajo mental con que tenía que abrir con un buen salto. Ya en los Juegos me fastidié porque empezó a llover y me quedé sin poder luchar por las medallas, que se las llevaron las que saltaron bien los tres primeros saltos. Así que me mentalicé mucho y, cuando hice nulo, me empecé a rayar. Así que cuando al siguiente me salió el 14,37 ya dije: ‘Vale, creo que con esto tengo el oro, no es lo que quería, pero me quedo satisfecha'».
La ribeirense destaca que el éxito le llega en un momento previo complicado: «Fueron unos días bastante duros. Me llevé una decepción bastante grande, recibí mensajes, manipulaciones... No puedo hablar mucho sobre eso porque está en manos de mis abogados y es un tema legal. Así que me llegué a replantear si lo que me había pasado era porque no había hecho las cosas bien. Si me estaba afectando el karma de alguna forma».
«Ha sido un año con muchísimos cambios. Fueron meses duros de tener que leer comentarios muy fuertes. Yo, aunque soy deportista, también trabajo en redes sociales y al final también me gusta interactuar con mis seguidores. No porque haya cuatro personas que dejen malos comentarios tengo que dejar de interactuar con otras que sí quieren hacer cosas bonitas. Así que al final siempre acabas leyendo alguno [malo]. Aunque tengo filtros, y bloqueo, siempre lees alguno. Y también está bien no leer solo cosas positivos. No hablo del hater que viene a decirte solo que eres imbécil. Si no aquel que viene a decirte que no confía en el cambio de entrenador. Que una vez dejas de entrenar con Iván Pedroso jamás vas a ganar una medalla», agrega.
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«Algún experto lo decía y otros no tanto. Gente que se aburre en su casa, otros que son fans y tienen miedo a que yo tome una mala decisión. Yo ya no respondo. Pero cuando lees tantos comentarios llegas a un punto de debilidad y más vulnerable que todo el mundo tenemos y te hace plantear: "¿Me habré equivocado por tomar decisiones desde el corazón y no pensando en el trabajo?". O piensas que mis patrocinadores igual dan un paso atrás porque se pueden pensar que me voy a ir a vivir la vida. Tienes inseguridades. Pero eso también me ha hecho trabajar más fuerte y estar en el mejor estado de forma que he estado nunca. Esos malos momentos te hacen más fuerte. Así que hoy los agradezco. En su día, igual los mato a todos», reitera, con la sonrisa en los labios.
La gallega habló sobre la decisión del cambio de entrenador: «A lo largo de mi vida he cambiado cuatro veces de entrenador y siempre he cambiado a mejor. Algo que me define es que siempre he atrevido a tomar decisiones complicadas. Yo me tiro al barranco. Me da igual. Y pocas veces me he equivocado. Y creo que esta vez tampoco. Lo que pasa es que hay mucha gente que se preocupa por el cambio. Amigos, familiares... Me preguntaron: "¿Estás segura?". Y yo: "Sí"».
«La decisión se fue tomando poco a poco. A mí me sabía mal decirle a Iván que necesitaba otra cosa, un cambio para la motivación. Incluso me planteaba una segunda maternidad para tener una excusa para irme a Galicia. Y él me dijo que fuera tranquila. En el Campeonato de Europa me dijo: "Cómo me gusta que nos vean aquí juntos tomando un café"», agrega.
Peleteiro se confiesa como un animal competitivo: «En un entrenamiento nunca he saltado más de 14,20. Hay atletas que en la competición se achican. Yo no. Esa adrenalina hace que me crezca». Sobre el momento de la preparación del salto, la gallega señala que no tiene un discurso preparado: «Cada día digo una cosa diferente. Odio verme en la tele, me da vergüenza. Nos hablamos al yo interior, al más vulnerable. Es algo que trabajo en el día a día».
Su nuevo técnico es su marido: «A Iván le hablaba peor. Tengo tanto respeto a nuestra relación de pareja, que cuido más mis relaciones con los demás. Los deportistas vivimos con mucho estrés y he ido aprendiendo a tratar bien a los que trabajan conmigo. Tengo carácter y en casa soy Ana y me tiene que aguantar. Y yo a él. En la pista me llama Ana, cuando en casa me llama "baby". Es una forma de marcar las diferencias. Y esa es la base. Si yo salto bien ahora es que él es un entrenador de la hostia. Y eso me encanta».
La deportista de Ribeira explica también cómo va su lesión, a 15 días del Campeonato del Mundo: «La rodilla va bien. Necesito parar quince días, tiene carga, pero ahora no me lo puedo permitir. Estoy con molestias. El día de la final pensé que no podía competir. En competición no me molestó. Con la adrenalina me levanté sin dolor al día siguiente, pero luego ya a las 30 horas....».
«En dos semanas me voy a China. De hecho, no sé qué hago aquí», destaca entre risas. «Me veo bien. No estoy cansada ni mentalmente fatigada. Ni tampoco he celebrado mucho esta medalla. Me lo he tomado como un meeting. Mantuve los pies en el suelo porque en breve tengo el Mundial y quiero hacerlo bien», agrega.
También habló sobre sus proyectos profesionales al margen del deporte: «El dinero en las manos me quema y me gusta invertirlo para en el día de mañana poder vivir sin tener un jefe».
También explicó cómo tuvo que pasar un control antidopaje al poco de dar a luz: «Hay muchos tramposos. Personas que decían que estaban embarazadas y aprovechaban para doparse. Embarazada me hicieron un control y nada más parir también. Les dio igual. Pero yo encantada. Si eso sirve para cazar a los tramposos...».
Por último, quiso aconsejar a las futuras promesas y a sus entornos familiares: «Hay que decirles que disfruten, porque seguramente ya tendrán un padre que los presione. Lo que hay que decirle es que tiene que ser responsable con lo que hace. Si lo quieres hacer, lo tienes que hacer bien. Si tienes una responsabilidad con un entrenador tienes que cumplir con él. Y eso será lo que le diga a mi hija en el día de mañana, si quiere ser deportista. Si no, pues nada».