Anxela Rodríguez, florista: «Mi hija se está criando entre flores»

CARMEN SENRA REDACCIÓN

SOCIEDAD

¿Te imaginas levantarte cada mañana para trabajar rodeada de flores? Una «oficina» con olor a rosas y narcisos, llena de colores y arte. Porque sí, cada ramo, cada jarrón y cada centro son piezas únicas

26 ene 2022 . Actualizado a las 18:58 h.

Flores, flores y flores. Es lo primero que se lee en el escaparate de Bendita Flor, una mezcla de floristería de toda la vida y taller floral cosmopolita, que abrió sus puertas hace unas semanas en la plaza de San Nicolás de A Coruña. Detrás de su imponente entrada está un sueño y una forma de vida. La forma de vida de Anxela Rodríguez. Ella ya sabía desde que era pequeña que las flores la iban a acompañar en cada paso, «una de las imágenes favoritas de mi infancia es la de mi madre llegando con un ramo de flores, colocándolas con cuidado en un jarrón para ser una parte más de nuestra casa. Siempre había flores frescas».

«Mi pasión estaba ahí, pero como le pasa a mucha gente, a veces tardas en darte cuenta de lo que realmente te hace feliz. No es algo malo, siempre y cuando lo descubras y luches por ello», cuenta esta ruesa de 32 años. Y hasta que ese momento llegó, estudió enfermería y trabajó en Italia, Francia y el Reino Unido.

¿Cuándo te diste cuenta de que habías nacido para otra cosa? «Cuando vivía en Londres un día fuimos al mercado de las flores de Columbia Road y, desde ese momento, se convirtió en mi sitio favorito. Yo trabajaba como enfermera, pero para huir del estrés del día a día, comencé a refugiarme en los puestos de flores de la ciudad y a hacer ramos para mi y mis amigos, eso me relajaba. Descubrí esa desconexión cada vez que estaba rodeada de flores, plantas y naturaleza», recuerda.

Llegó el momento de volver a Galicia. «Estaba frustrada con mi profesión y decidí dejarlo todo y empezar de cero. Me fui a Barcelona a formarme en la Escuela de Arte y Diseño Floral, que es una de las más importantes. Tenía que compaginar tres trabajos y estudiar a la vez. Un día, yo estaba trabajando de azafata en un estanco y entró un hombre lleno de flores, un asturiano. Me puse a hablar con él y le comenté que estaba sacándome el título de Oficial Florista. Él me dijo que estaba buscando a alguien que lo ayudara y me citó para el día siguiente a las cinco de la madrugada. Escribió la dirección en un papel. Al llegar a casa la busqué y vi que era el hotel Ritz. Dudé mucho si ir allí, pero mi novio me convenció y me acompañó. Así empecé, decorando hoteles de lujo en Barcelona».

Anxela ha creado un concepto de floristería multidisciplinar. Allí puedes comprar un ramo de flores de temporada cualquier día, pero también aprender a hacerlos tú mismo en un taller.
Anxela ha creado un concepto de floristería multidisciplinar. Allí puedes comprar un ramo de flores de temporada cualquier día, pero también aprender a hacerlos tú mismo en un taller. CESAR QUIAN

Una casualidad que lo cambió todo. «Durante tres años aprendí de los mejores y regresé a Galicia con las ideas muy claras: quería mi propio taller para poder transmitir mi amor por las flores». Así nació Ai!Carmiña, su primer proyecto en A Coruña. «Hace siete meses me convertí en madre y poco le faltó a Penélope para nacer entre flores. Dos días antes de dar a luz estaba decorando una boda», cuenta Anxela.

Penélope nació con una flor debajo del brazo porque, tras el cierre Ai!Carmiña, llegó Bendita Flor. «Ser autónoma y abrir un negocio no es fácil, hacerlo con una recién nacida todavía menos, pero soy tan feliz con lo que hago, que siempre intento ver el lado positivo». Por eso, no es extraño ver a Penélope sonriendo en su carrito mientras su madre prepara un ramo de flores. Ella también es feliz en el taller.