El 70 % de los niños con cáncer sobreviven en Galicia

Gabriela Consuegra
Gabriela Consuegra REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Vithas NeuroRHB

Durante el 2021, el Sergas diagnosticó a 70 pacientes en edad pediátrica con tumores malignos, una cifra que no se ha visto afectada por la pandemia

15 feb 2022 . Actualizado a las 20:36 h.

Siete de cada diez niños con cáncer en Galicia superan la enfermedad. Es un dato difícil de valorar, porque la alegría está hecha de nubes y la tristeza de plomo, así que lo mejor es ir por partes.

En comparación con otras edades, la enfermedad es poco habitual en niños, pero, paradójicamente, es la segunda causa de muerte en menores de 18 años. Así, dos cosas básicas influyen en el pronóstico, además del tipo de cáncer: la detección precoz y el acceso a tratamientos. Por eso, es una buena noticia que, durante el 2021 y a pesar de la pandemia, el Sergas haya logrado mantener el mismo nivel de atención a los niños que debutaron con esta dolencia.

El año pasado fueron 70 los nuevos casos de tumores malignos detectados en pacientes pediátricos. Sumado a los 71 que se identificaron en el 2020, el total asciende a 141 niños diagnosticados con cáncer en los hospitales gallegos. Lo positivo del dato no es solo que se mantiene en la misma línea que en los años 2019 y 2018, cuando se detectaron 64 y 69 casos, respectivamente. También la tasa de supervivencia ha mejorado y se sitúan en el 70 %. Equivale a decir que de esos 141 niños, 99 van a superar la enfermedad.

En parte será posible porque el Sergas ofrece a estos pacientes tratamientos oportunos: desde cirugías hasta quimioterapia, inmunoterapia y radioterapia. Pero también por la unidad de Oncología Pediátrica de Galicia, una red de expertos que funciona desde el 2017 y que se encarga de centralizar todos los casos detectados para ofrecer un abordaje consensuado que refiere a los pacientes al profesional más cualificado de esta red.

Pero ¿qué pasa con los otros 42 niños? Esos que forman parte del 30 % más amargo. No hay que olvidarlos, porque no es inteligente un país que deja morir niños por falta de investigación. Para que la ciencia logre adelantarse a la enfermedad, hacen falta recursos. Es esto lo que hace posible noticias como la que ayer comunicó la Asociación Española Contra el Cáncer: que un estudio preclínico ha conseguido por primera vez prevenir en modelos animales la leucemia linfoblástica aguda de células B. Es el cáncer infantil más frecuente y más letal y podría ser prevenible en el futuro. No es poca cosa.

Las secuelas más frecuentes de un tumor cerebral

Las alteraciones cognitivas y neuromotrices son las secuelas más frecuentes que sufren los niños y adolescentes que han tenido un tumor cerebral, el tipo de cáncer sólido más frecuente en la infancia. Puede ser una consecuencia secundaria a su lesión tumoral, del tratamiento quirúrgico al que se han visto sometidos o del tratamiento de quimioterapia y/o radioterapia que han recibido. Así lo han advertido expertos de Vithas Neuro Rehab Human Brain (NeuroRHB), un centro especializado en el cuidado y tratamiento de adultos y niños que han sufrido daño cerebral u otras enfermedades neurológicas.

Por eso, han resaltado la importancia de incluir la neurorrehabilitación como parte del plan de tratamiento de los tumores cerebrales infantiles, ya que consideran que, si estas repercusiones en aspectos motores, sensoriales, cognitivos, emocionales y conductuales son tratadas por profesionales especializados, el menor conseguirá una mayor y mejor recuperación de todas ellas.

Según Carolina Colomer, directora médica de Vithas NeuroRHB, «las alteraciones cognitivas que típicamente aparecen son los problemas de atención y concentración, así como la lentitud en la velocidad de procesamiento y alteraciones visoperceptivas, funciones ejecutivas y memoria, entre otras». La experta señala que «estas alteraciones muchas veces son las que, en la vida cotidiana, en el cole o en casa, se manifiestan como que comete muchos errores por “descuido”, no logra completar los deberes, aunque les dedique mucho tiempo, no sigue bien las explicaciones, tiene problemas de escritura, para interpretar mapas o para hacer puzles».

Los especialistas también inciden en que, en muchas ocasiones, estas alteraciones a nivel clínico se manifiestan meses y años después de finalizar los tratamientos, sobretodo en el caso de la radioterapia. Por eso, insisten en que es muy importante realizar un seguimiento periódico y una valoración específica del niño o adolescente.