¿Qué está fallando en la gestión de la viruela del mono?

La Voz AGENCIAS

SOCIEDAD

Un grupo de personas se manifiesta en México para exigir vacunas contra la viruela del mono
Un grupo de personas se manifiesta en México para exigir vacunas contra la viruela del mono José Méndez | EFE

La vigilancia epidemiológica y la disponibilidad de vacunas son claves para acabar con la crisis sanitaria

27 jul 2022 . Actualizado a las 18:40 h.

En un mes la viruela del mono ha multiplicado por cinco el número de casos, duplicado los países con contagios y derivado en una declaración de emergencia mundial. Expertos consultados por Efe sostienen que falla la vigilancia epidemiológica pero además las dosis de vacunas recibidas son insuficientes.

«El aislamiento de los enfermos no se está haciendo muy bien y tampoco el rastreo de los contactos» señala el vicepresidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), Fernando Moraga-Llop, que insiste en que las vacunas son otro tema a solucionar ya que con las 5.000 dosis recibidas hasta ahora en España, donde hay más de 3.000 casos, no se puede vacunar a los contactos.

Moraga-Llop cree que la alerta internacional decretada por la OMS, cuando se alcanzaron los 16.000 casos en 75 países, es «necesaria y adecuada» pero sostiene que llega «un poco tarde y con pocas vacunas».

Se ha adoptado en julio y se podía haber decidido hace un mes, en la reunión del 21 de junio, y así se hubiera ganado tiempo en coordinar y poner medidas para frenar la transmisión, señala.

Aunque es evidente que la viruela del mono no tiene la gravedad de la covid-19, reúne las características de expansión internacional, precisa el vicepresidente de la AEV que defiende administrar la vacuna de tercera generación contra la viruela del mono a los que han tenido contactos con infectados y a la población de riesgo.

Entre estos candidatos se refiere a las personas que trabajan en lugares donde ha habido brotes (como las saunas) y personal de laboratorios que tenga contacto con el virus, quienes tienen más riesgo por prácticas sexuales con diferentes parejas o aquellos que están tomando la proxilasis pre-exposición (PrEP) VIH.

Por edades, la vacuna se recomienda administrar a la población entre los 18 y 45 años. A partir de 18 años, según la ficha técnica y el límite de 45 está en relación con el último caso de viruela en 1977, se entiende que los nacidos antes de ese año recibieron la vacuna clásica y están protegidos.

Añade Moragas-Llop que se debe administrar dentro de los primeros cuatro días de la exposición al contacto, hacerlo después solo disminuye la gravedad de la enfermedad.

En definitiva, dice, no se trata de vacunar a toda la población porque no es necesario y en caso de que haya que priorizar por escasez de sueros habrá que seguir las recomendaciones que fijan las autoridades sanitarias.

Si España tiene más incidencia, deberá tener más vacunas

Para el presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), Marcos López Hoyos, la emergencia sanitaria internacional pretende «mentalizar a la población y evitar que los focos se sigan expandiendo».

Sobre las vacunas, López Hoyos coincide en que son insuficientes 5.000 dosis y afirma que si España lidera el número de casos mundiales, deberá tener más dosis para controlar esos brotes.

López Hoyos cree que con esta enfermedad se actuó con prontitud desde el principio y se describieron muy pronto las manifestaciones clínicas pero hay que conseguir que la gente sea consciente del riesgo en contactos estrechos, fiestas multitudinarias como la de Canarias o saunas como ocurrió en Madrid.

«Creo que haber hecho esta declaración mundial va en el sentido de hacer consciente a la población y sabiendo que no se transmite por el aire como la covid-19, hacer todo lo posible para evitar el contagio», dice.

El SARS-CoV-2 demostró que la coordinación internacional funciona

La viruela del mono no ha surgido ahora, lleva décadas circulando por África occidental pero es en este momento con 75 países afectados cuando urge adoptar un mismo principio de vigilancia.

Así lo entiende la coordinadora del Grupo de vacunas de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), Angela Domínguez, que ve en la declaración de alerta mundial una decisión «correcta» que ayudará a que los países pongan más interés y usen los recursos disponibles.

Y es que esta experta sostiene que «del SARS-CoV-2 aprendimos que es importante regirnos por un mismo principio de vigilancia de casos, de notificaciones y seguimiento».

Recuerda que no solo la covid y la viruela del mono derivaron en alertas internacionales, también los brotes de ébola y la polio.

Como en todas las epidemias, Domínguez apela a ser riguroso con el aislamiento de casos hasta que las lesiones cutáneas se hayan curado y evitar el contacto con personas inmunodeprimidas.

Admite que en España ahora hay protocolos consensuados por los servicios de vigilancia de distintas comunidades sobre cómo frenar la transmisión pero es clave la responsabilidad individual de las personas.

La viruela del mono se transmite por contacto estrecho y el contacto piel a piel es muy importante pero también por las gotas respiratorias por lo que a quienes se aíslan se les recomienda el uso de mascarilla.

Domínguez no ve un horizonte claro de fin de esta pandemia pero sí es consciente de que «todo dependerá de si se siguen o no las medidas de coordinación internacional».

La OMS rechaza la vacunación masiva

La Organización Mundial de la Salud (OMS) no ve necesaria la vacunación masiva contra la viruela del mono pero sí la vacuna posexposición, y ha informado de que está trabajando con la Unión Europea, una de las regiones más afectadas con 12.000 de los 16.000 casos reportados, en la liberación de vacunas, así como con otros socios para determinar un mecanismo de coordinación mundial para la distribución de las mismas.

Ahora bien, el director de la Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Hans Kluge, ha avisado de que las vacunas por sí solas no son suficientes para detener la epidemia y que las personas que están en riesgo también tienen que tomar medidas.

La recomendación actual para las personas con viruela del mono es que se aíslen y no viajen hasta que se recuperen, y los casos de contacto deben controlar su temperatura y vigilar otros posibles síntomas durante el período de 9 a 21 días.

«Cualquier persona que hubiera estado expuesta a alguien con viruela del mono debería vacunarse primero», ha dicho la especialista en esta enfermedad de la OMS, Rosamund Lewis, tras informar de que actualmente se dispone de unos 16,4 millones de vacunas almacenadas y destacar la necesidad de que los países con capacidad de fabricación de diagnósticos, vacunas o terapias contra la viruela y la viruela del mono aumenten la producción y la disponibilidad de contramedidas médicas.

Además, prosigue, los países y los fabricantes deberían colaborar con la OMS para garantizar que los diagnósticos, las vacunas, los tratamientos y otros suministros necesarios estén disponibles en función de las necesidades de salud pública. «Deben hacerlo de forma solidaria y a un coste razonable para los países en los que más se necesitan con el objetivo de apoyar los esfuerzos encaminados a detener la propagación de la viruela del mono», ha añadido.

Además, la experta ha argumentado que aunque no se han realizado estudios sobre la compatibilidad de las vacunas covid-19 y de la viruela del mono, administrar diferentes vacunas al mismo tiempo significa reforzar diferentes partes del sistema inmunitario.

En este sentido, la OMS ha aconsejado eliminar todas las barreras que impiden la realización de pruebas, la atención médica o la vacunación; proporcionar información clara sobre cómo acceder a la atención médica, dando licencia médica certificada a los pacientes mientras dure el período infeccioso para que puedan aislarse según sea necesario; eliminar estigmas; y mejorar la información; limitar las parejas e interacciones sexuales.

Al mismo tiempo, ha aconsejado a los países tomar medidas para reducir el riesgo de contagio; aumentar de forma significativa y rápida las capacidades nacionales de vigilancia, investigación, diagnóstico y rastreo de contactos de la viruela del mono para ayudar a identificar y rastrear todos los casos posibles; colaborar con los grupos y comunidades de riesgo y sus dirigentes para elaborar y difundir mensajes cruciales destinados a reducir la transmisión y fomentar la utilización de los servicios sanitarios; y realizar una colaboración interregional, basada en la voluntad política, para generar las pruebas que apoyen el uso de vacunas y antivirales para la viruela del mono, así como para dirigirlos a las poblaciones con mayor riesgo de infección.

«Los países deben adherirse a los principios de equidad, ayudando a garantizar que las vacunas y los antivirales lleguen a quienes más los necesitan, en lugar de almacenar suministros y actuar por su cuenta, acciones que solo son perjudiciales para el bien público en general, como hemos visto durante la respuesta al covid-19», ha zanjado Kluge.