Cuarenta años del Xurelo, una travesía que marcó el origen del movimiento ecologista en Galicia

Nuria Guillermo
Nuria Guillermo A CORUÑA

SOCIEDAD

De izquierda a derecha, Xosé Castro, Gonzalo Vázquez Pozo, Carlos Vales, Roxelio Pérez Moreira y Manuel Rivas.
De izquierda a derecha, Xosé Castro, Gonzalo Vázquez Pozo, Carlos Vales, Roxelio Pérez Moreira y Manuel Rivas. ANGEL MANSO

Catorce activistas viajaron hasta la fosa atlántica para protestar por el depósito de residuos nucleares

05 ago 2022 . Actualizado a las 16:55 h.

La fosa atlántica se encuentra a unas 300 millas náuticas  —algo más de 550 kilómetros— del cabo Fisterra, en dirección noroeste, por lo que Galicia es el punto terrestre más próximo a esta depresión marina, que cuenta con 4.000 metros de profundidad. En los años ochenta, varios países europeos depositaron 140.000 toneladas de residuos nucleares en esta fosa, lo que desató una serie de protestas que dieron lugar al primer gran movimiento ecologista gallego.

En 1981, año en el que comenzaron a sumergirse estos desechos radiactivos, el pesquero Xurelo se embarcó en un viaje reivindicativo para tratar de localizar la zona exacta en la que se estaban depositando. A bordo de esta embarcación viajaron 14 tripulantes, entre los cuales se encontraban Manuel Rivas, escritor y periodista; Roxelio Pérez Moreira, profesor universitario y activista en el Colectivo Natureza; Xosé Castro, Pepucho, fotoperiodista de La Voz de Galicia, y Gonzalo Vázquez Pozo, político de Esquerda Galega y teniente alcalde en el Concello de A Coruña durante esa época. 

«No ano 1981, saíu a noticia de que ían depositar os vertidos na fosa atlántica. Eu, como tenente de alcalde, fixen a proposta de que desde o Concello se dese un paso adiante para unirse na denuncia desta situación, pero ninguén quixo seguila», recuerda Vázquez Pozo sobre el origen de la protesta.

Inicialmente, estaba previsto que el buque Sirius de Greenpeace partiese hacia la depresión marina para realizar una reivindicación simbólica. Sin embargo, no pudo hacerlo por una avería, lo que llevó a los implicados en la travesía a buscar alternativas. El patrón del Xurelo, Ánxel Vila, ofreció su embarcación, un pesquero ribeirense de 24 metros de eslora.

El Xurelo partió en su primera expedición hacia la fosa atlántica en septiembre de 1981 sin apoyos y de forma clandestina. Los tripulantes rastrearon la zona y vivieron una hazaña que Roxelio Pérez define como «unha odisea de carácter épico». «Os vertidos estaban amparados polo apoio das institucións e nós iamos entorpecer unha actividade legal. Ademais, no Xurelo iamos persoas sen permiso para poder embarcar ao non ser mariñeiros», relata, aludiendo al carácter clandestino del viaje.

Los catorce tripulantes de la expedición del Xurelo en el año 1981
Los catorce tripulantes de la expedición del Xurelo en el año 1981 Pepucho

Los implicados en la travesía marítima también rememoran que, en un momento del viaje, quedaron entre dos cargueros que estaban lanzando los bidones a la fosa y que comenzaron a cercarlos. Mientras escapaban, los tripulantes lanzaron claveles en el mismo lugar donde se estaban depositando los restos radiactivos. 

«Despois da nosa protesta, varios países europeos desistiron de seguir depositando os residuos radioactivos no mar», indica Roxelio Pérez, añadiendo que la travesía del Xurelo supuso «o primeiro gran movemento ecoloxista en Galicia». Xosé Castro incide en que «non se volveron a verter residuos nucleares no mar» después de que regresasen de su travesía en la fosa atlántica. 

Por su parte, Manuel Rivas se refiere a lo sucedido como el «efecto Xurelo». «Ese pequeno barco de baixura provocou unha chamada de atención que conseguiu que se prohibise depositar os residuos radioactivos no mar a nivel mundial», explica. «Hoxe en día, sería impensable que calquera país tirase estes vertidos», señala.

El festival Mar de Mares conmemora el aniversario con un homenaje a sus tripulantes

En 1982, se realizó una segunda expedición a bordo del Xurelo, que contó con mayor implicación por parte de la militancia política y ecologista y más seguimiento de los medios de comunicación como consecuencia del impacto que tuvo en la sociedad el primer viaje reivindicativo de la embarcación. Este 2022 se cumplen 40 años de esa segunda travesía, por lo que el festival Mar de Mares decidió dedicar una parte de su programación a homenajear a los tripulantes del Xurelo.

«É un motivo de ledicia para a organización do festival xuntar á punta do iceberg do movemento ambientalista en Galicia nesa época. Organizamos unha homenaxe co obxectivo de evitar que se esqueza ese movemento especialmente relevante», explicó Luis Cousillas, organizador del Mar de Mares. Como parte de este homenaje, el fotógrafo Xoán Piñón realizó un reportaje simbólico en el que participaron Manuel Rivas, Roxelio Pérez, Xosé Castro, Gonzalo Vázquez y Carlos Vales, actual director del Ceida (Centro de Extensión Universitaria e Divulgación Ambiental de Galicia) y activista en Adega cuando se llevaron a cabo las expediciones del Xurelo.

Además, en este 2022 se cumplen también 30 años del hundimiento del Mar Egeo y 20 años del Prestige, por lo que el programa del festival estará centrado en estas catástrofes marinas, que tuvieron un gran impacto en el sector medioambiental.