Che Tembra, herrero y artista: «O bo é o artesanal, o feito a man»

SOCIEDAD

MARCOS CREO

Figura prominente en el panorama artístico barbanzano, Che Tembra utiliza sus conocimientos como herrero para esculpir sus obras. Es un gran defensor de la cultura de Galicia y de sus oficios tradicionales

16 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La tradición y la innovación convergen en la polifacética figura de Che Tembra. Hizo de unir sus dos oficios soñados —herrero y artista— una forma de ganarse la vida. Su mirada siempre se posó en las cosas distintas. No le interesa seguir caminos marcados. «Sempre tiven respecto pola creación e pola xente traballadora. Nunca quixen facer o que facían os demais, quixen innovar», cuenta.

Aprendió herrería de forma casi autodidacta. Con 18 años, empezó a trabajar en un taller de reparación de barcos en Rianxo. Ahí nació su interés por el funcionamiento de las cosas. Armado con determinación, paciencia y atención, absorbió de sus compañeros los rudimentos del oficio. «Aprendín case só, mirando a outros», recuerda.

Tiene unos referentes muy marcados que conforman el corazón de sus creaciones. «Eu son galeguista, galeguista», se presenta. Su mayor anhelo es que la tierra donde creció no se vuelva extraña. Que las formas de vivir de ayer sigan presentes mañana. «Cando compras as cousas en grandes comercios dúranche moi pouco. O bo é o artesanal, o feito a man, a porta feita por un carpinteiro no seu taller», opina.

No es fácil mantener las esencias pasadas en un mundo lleno de ruido y avances encadenados. Hasta el más pequeño detalle se convierte en una lucha. «Agora cústame moito atopar carbón para usar na miña fragua», admite. Las cosas, en definitiva, están cambiando. Y lo están haciendo muy rápido. Tanto que cuesta mantener el ritmo. Pero a su taller rianxeiro no han llegado los desvaríos de la modernidad. Che sigue trabajando con las mismas herramientas de siempre. Sus mejores amigos son el cincel y el martillo. Es un gran defensor de la herrería de toda la vida. La que se hace a golpes: «Hai certas cousas que só as podes facer coas técnicas tradicionais».

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En su forma de trabajar se unen la disciplina del artesano con el caos del artista. En su guarida hay toda clase de maquinaciones desperdigadas y amontonadas. Él asegura que, en una fragua, el desorden siempre es necesario. «Non podo ordenar porque entón non sabería onde están as cousas», bromea.

También traslada ese ingenio a los problemas que surgen en la rutina. Por ejemplo, recuerda que hace unas semanas arregló unos faroles con el aluminio de una sartén. Siempre hay una salida, si se es lo suficientemente creativo como para encontrarla.

Para él, la herrería es un escape. Una ventana por donde fluyen sus sentimientos, sus gustos y sus ideas. Hasta con una cuchara vieja puede hacer una obra de arte: «O que para outros é lixo para min é un tesouro».

Su gran deseo para el futuro es que los jóvenes den un paso al frente y cojan el testigo de los oficios tradicionales. La pena le consume al ver cómo se marchita la Galicia tradicional que conoció de niño. «O pouco ou moito que sei estou disposto a ensinalo, pero xa ninguén quere aprender. Se se perden estas formas de vivir pérdese moito», se lamenta. Pero mientras Che tenga una fragua y fuerzas para trabajar, la Galicia herrera seguirá respirando y existiendo.

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Martillo y cincel

Tembra fue casi autodidacta. Aprendió el oficio a través de la observación. Nunca ha querido modernizar sus herramientas. Cree que hay cosas que solo se logran con el equipo tradicional.