Terra Chá, entre ríos y leyendas

María Guntín
María Guntín LUGO / LA VOZ

SOCIEDAD

La Lagoa de Cospeito, en una imagen de archivo
La Lagoa de Cospeito, en una imagen de archivo OSCAR CELA

La bruja Irimia, diablos, pobres y parejas de enamorados protagonizan los mitos que se ciernen sobre la comarca más grande de Galicia. Repleta de humedales y llanuras, es un tesoro aún por descubrir

19 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La llanura más grande de Galicia está repleta de prados verdes, cargados de mitos y leyendas. Atravesada por ríos y lagos, Terra Chá es tierra de paisajes, pero también un lugar perfecto para aquellos caminantes que disfruten de observar la naturaleza en su máximo esplendor.

Desde el Pedregal de Irimia y hasta Penas de Rodas, pasando por la Cova da Serpe, la Pena do Encanto o la Lagoa de Cospeito. Varias leyendas se entrecruzan con mitos que recuerdan y perpetúan, especialmente, los más longevos y sabios.

Cuenta la leyenda que en las tierras sobre las que hoy se asienta la Lagoa de Cospeito hubo un pueblo llamado Villa de Valverde. Un día, llegó un pobre al lugar que suplicó un lugar en el que dormir. Pero nadie sintió compasión, y el hombre tuvo que marcharse hasta una ladera de monte en la que apareció una humilde casa, donde sí le permitieron pernoctar.

La familia, que apenas tenía que comer, decidió matar al único ternero que había para poder cenar con el recién llegado. Después del manjar, el pobre les pidió que echaran los huesos grandes en una cuadra y los pequeños, en otra. Al día siguiente, por la mañana temprano, dijo que era hora de ordeñar, y la familia se quedó atónita porque no había animales para hacerlo. Sin embargo, el pobre dijo: «Tan cierto es que tenéis becerros y vacas como que la Villa de Valverde se hundió en el agua». Y así fue, en las cuadras había animales y un enorme lago cubría el fondo del valle.

El Miño y su Pedregal

El río más grande de Galicia nace a tres kilómetros de Meira. Es el Pedregal de Irimia el encargado de salvaguardar bajo sus piedras los primeros metros de las aguas del Miño, que tiene una longitud de más de 300 kilómetros. Compuesto por piedras de diferentes tamaños, la primera pregunta que sale a la palestra se ciñe sobre su origen. Las viejas lenguas hablan de pájaros que estaban al servicio de la bruja Irimia y otros cuentan que fue el mismísimo diablo el encargado de encajar los pedruscos.

Hace siglos, en el pedregal hubo un cenobio ocupado por padres cistercienses. El diablo, con envidia, buscó la forma de tirar su hogar y una terrible tormenta se ciñó sobre la zona. Entonces, apareció él con sus secuaces para arrojar piedras sobre el monasterio y derribarlo. Sin embargo, los monjes rezaron, las nubes se fueron y llegó el sol. Entonces, el diablo huyó, pero con las prisas dejó caer las piedras que dieron forma al actual Pedregal de Irimia.

Otras versiones de la misma leyenda recuerdan a Irimia, una bruja que tenía mala relación con los monjes del convento. Un día, los sacerdotes intentaron cobrarle unos impuestos, pero ella empezó a tirar piedras para echarlos de su finca. Ante el impago, los monjes decidieron quedarse con las tierras de Irimia, que se encargó de maldecirlas y de cubrir el nacimiento del Miño con piedras para que los monjes no pudieran disfrutar del agua. Otra habladuría recuerda a monjes pecadores que se convirtieron en piedras y aún esperan hoy la redención de sus almas con las aguas limpias que nacen en Meira.

La gran serpiente

En Cova da Serpe, entre A Coruña y Lugo, se habla del antiguo escondite de una gran serpiente capaz de tragar de un solo bocado a cualquier animal que pasase por la zona. Y dice la leyenda que fueron los vecinos los que mataron a la cobra, dándole de cebo un burro con alquitrán y quemándola después. Otra vieja habladuría narra una historia de amor que llevó a dos enamorados a resguardarse en la cueva. Él se vio obligado a defender a su amada matando el reptil.

Terra Chá

El nombre de la comarca más grande de Galicia es una descripción del paisaje que alberga

Cómo llegar

Está a caballo entre A Mariña y la ciudad de Lugo