Muere Laura Valenzuela, la primera mujer que los españoles vieron por la tele

Antonio Paniagua MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

Fue miembro del equipo fundacional de TVE y formó una exitosa pareja profesional con Joaquín Prat

17 mar 2023 . Actualizado a las 20:57 h.

Laura Valenzuela (Sevilla, 1931), presentadora pionera de televisión, de la única que existía entonces, TVE, locutora de aquellos programas que se hacían en los estudios del Paseo de la Habana casi de forma artesanal, ha muerto este viernes a los 92 años. Fue la primera mujer que vieron los españoles por televisión. Con la desaparición de Rocío Laura Espinosa López-Cepero, su verdadero nombre, se despide uno de los rostros más populares de una tele parca en medios que, como alguien dijo, olía a tortilla de patatas. Y no es una exageración, porque la sede de TVE se encontraba a mediados de los años cincuenta al lado de un mesón que tenía la salida de humos pegada al plató.

Laurita, como se la llamaba entonces, ganó tal fama que la gente la paraba por la calle para tocarla y comprobar si era de verdad y no una ilusión salida de aquella caja que por esos años solo veían unos pocos. Tan pocos que no era nada raro que la gente se fuera a la casa del vecino con una silla bajo el brazo para ver el espectáculo del momento.

Junto a David Cubedo, Mariano Medina -el primer hombre del tiempo- Jesús Álvarez, Blanca Álvarez, Tico Medina y otros más, Laura Valenzuela fue la cara visible de la tele de unos años míticos, tiempos en que las grandes noticias del momento eran la visita oficial del presidente Eisenhower a España o la boda de Fabiola con el rey Balduino de Bélgica. Si los primeros daban voz a las noticias, Valenzuela se encargaba de los espacios de variedades.

Nacida en Sevilla, su familia se trasladó muy pronto a Madrid, cuando apenas tenía un año. A edad muy temprana acariciaba el sueño de ser cirujana. Nunca cursó la carrera de Medicina, pero sí ingresó en la Escuela Central de Comercio. Antes de dedicarse a la interpretación y el espectáculo, trabajó como secretaria, administrativa y modelo, aunque según ella, su físico no se ajustaba a los cánones de belleza de la época. Delante del espejo, se veía flaca y desmañada.

Sin embargo, algo debieron de ver en esa chica larguirucha los productores porque en 1953 debutó en el cine con Alta costura, a la que siguieron títulos como Viaje de novios (1956), Las muchachas de azul (1957), El inquilino (1957), Ana dice sí (1958), Luna de verano (1958) y Los tramposos (1959).

Entonces conciliaba el cine con la televisión. Desde 1956 ya formaba parte de la plantilla de TVE, donde probó suerte alentada por José Luis Ozores. Con 25 años se plantó delante de la cámara y presentó a un bailaor. En la prueba entonces exhibió buenas mañas y dotes de improvisación cuando al bailaor se le quedó trabado el tacón del zapato. Fue contratada en menos de 24 horas.

Años rutilantes

Abandonó el medio televisivo, el que fue su ecosistema natural, cuando conoció al que sería su marido, el productor y guionista José Luis Dibildos. De esos años datan películas como Trío de damas (1960), Llanto por un bandido (1963), Soltera y madre en la vida (1967) y Las que tienen que servir (1967), entre otras. Fueron años rutilantes, sobre todo cuando coincidió en los rodajes con talentos como Sofía Loren y Alain Delon.

Laura Valenzuela y Joaquín Prat fueron la pareja por antonomasia de la televisión en blanco y negro, el dúo carismático que se ganó al público con programas de actuaciones musicales, como Galas de sábado y Contamos contigo. Su actuación más memorable ocurrió con la presentación de Eurovisión en 1969, que se celebró en el Teatro Real de Madrid. Aquel año España necesitaba imperiosamente dar una imagen de modernidad -era la primera vez que el certamen se celebraba en un país sometido a una dictadura- y para ello se eligió a Laura Valenzuela, que se desenvolvió con soltura en varios idiomas. Tuvo que encarar un momento insólito: un empate cuádruple en el primer puesto. España (representada por Salomé, con su Vivo cantando), Reino Unido, Países Bajos y Francia quedaron igualados. La presentadora resolvió el dilema con decisión y llamó al supervisor de la Unión Europea de Radiodifusión (UER), Clifford Brown, para deshacer el entuerto.

Cuando contrajo matrimonio con José Luis Dibildos después de 13 años de noviazgo, en 1971, se retiró del oficio. Su último programa en la empresa pública fue el concurso musical Canción 71, que presentó al lado Tony Leblanc y José Luis Uribarri. «Laurita se nos va. Se nos va porque va a contraer matrimonio en los próximos días», dijo Tony Leblanc para despedir a la presentadora, unas palabras que hoy sonarían anacrónicas. Pero fue la condición que impuso José Luis Dibildos para casarse con ella. Si quería trabajar, debía hacerlo en su casa.

Fue una retirada en toda regla: durante 19 años estuvo ausente del medio, hasta que con la llegada de las televisiones privadas, Valerio Lazarov recuperó a la entonces veterana estrella para Telecinco, donde participó en el espacio Telecinco ¿dígame?, junto a Javier Basilio y Paloma Lago, programa que se mantuvo en antena hasta 1992. Luego vinieron Se acabó la siesta, Date un respiro, Las mañanas de Telecinco, con José María Íñigo, y Mi querida España. Laura Valenzuela volvía a trabajar, aunque teniendo como representante a su marido. «Soy una mujer liberada y le pregunto a José Luis si me deja seguir, y si me deja sigo», confesó mucho tiempo después.

Regreso a TVE

Un cuarto de siglo después de su adiós, Valenzuela regresó a Televisión Española, en 1996, con el programa Mañanas de Primera, que presentaba junto a su hija Lara Dibildos. Fue la reacción de la cadena pública a la deserción de María Teresa Campos a Telecinco, donde se marchó para conducir Día a día. La presencia de madre e hija fue tan fugaz que el espacio apenas duró unos meses en la parrilla. Con todo, hubo segunda una oportunidad cuando le encomendaron Entre tú y yo.

Después de ese espacio su aura fue declinando. Se la llamaba para apariciones esporádicas como la presentación en diciembre del 2006 de la gala con motivo 50.º aniversario de TVE, junto a Anne Igartiburu y Paula Vázquez. O para recibir premios, como el que le dio la Academia de Televisión en el 2012 por toda su carrera profesional.

Solía colaborar con la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) después de que padeciera un tumor de mama a los 70 años, una afección que se trató en Houston, en la clínica Anderson, como su hija Lara, aunque ella padeció uno de tiroides.

Querida y respetada, Laura Valenzuela se ha ido con discreción, sin perder un ápice de su carisma. Tenía el don de seducir a la cámara, como demostró en 1971 cuando dijo adiós a los espectadores para casarse. En aquella ocasión caminó hacia atrás, sin dejar de mirar al objetivo, mientras la cámara enfocaba las evoluciones de un ballet que parecía homenajearla.