El centro aplica la hormona del crecimiento y desde hace un año incorpora el pionero traje Exopulse, que ayuda a moverse a personas con trastornos neurológicos como la esclerosis múltiple
27 mar 2023 . Actualizado a las 08:12 h.En Montouto (Teo), a doce minutos en coche de Santiago, el alquiler de pisos alcanza los 600 euros mensuales. La «revalorización» de esta travesía poco tiene que ver con su atractivo turístico sino con Foltra, la clínica del doctor Jesús Devesa, que desde hace años aplica tratamientos con la hormona del crecimiento. Foltra es un lugar tranquilo que tras la pandemia ha reducido mucho el número de pacientes. Ahora rondan el medio centenar. Muchos del extranjero y otras partes de España. Aquí llegan cuando en los hospitales les dicen que no hay nada que hacer. Jesús Devesa (Vigo, 1946), que fue catedrático de Fisiología de la USC, recuerda sentado en su despacho que ahora mismo tratan a tres ciudadanos italianos en coma, a otro suizo, a María, una preciosa niña ucraniana con un síndrome que le impide controlar esfínteres, a un niño sueco... Todo empezó en 2002, con el gravísimo accidente que sufrió su hijo Pablo, «me prometí a mi mismo que si sacaba adelante a mi hijo del accidente crearía un centro o una fundación de ayuda a la rehabilitación del paciente neurológico y nunca cobraría un euro».
Es así como nació Foltra en el año 2006, primero en una casita en Cacheiras y después en la actual sede. Allí se trata a pacientes graves, muy graves. Se aplica la hormona del crecimiento y rehabilitación. Antes muchos eran niños con parálisis cerebral infantil. Llegan personas con traumatismos craneoencefálicos, ictus, alzhéimer, esclerosis múltiple, esclerosis lateral amiotrófica...
ELA son las siglas de esta última enfermedad. La cruel y terrible ELA. La que le diagnosticaron hace menos de un año a Urbano González, de 55 años, un leonés exbaloncestista profesional en equipos como Elosúa León o Básquet Coruña. Tras colgar la camiseta montó una empresa de apicultura y se convirtió en jefe de dotación del parque de bomberos de León. Pero llegó la ELA, «ha sido rápida en las extremidades, mis piernas y mis brazos van flojitos ya, pero tengo la suerte de que sigo hablando, respirando y comiendo de forma autónoma», dice con coraje.
Conoció Foltra a través de la mujer de otro jugador de baloncesto y acaba de llegar. Va a probarse el traje de electroestimulación, «estaré dos días y me llevo el traje otros quince». Su objetivo es vivir día a día. Tiene familia y amigos que lo apoyan, y una ciudad que se volcó con él, «por eso quiero ayudar a quien no tiene recursos, ya que según la Fundación Luzón el 94 % de los pacientes de ELA no tienen recursos, se dejan ir y piden la ley de eutanasia».
El traje de El Hormiguero
El traje de electroestimulación, Exopulse, es una de las terapias más innovadoras de este centro. Se hizo famoso hace poco más de un año al salir en el programa de Pablo Motos, El Hormiguero, ya que permite andar a personas con esclerosis múltiple u otras enfermedades en las que hay espasticidad, «si hay parálisis no permite andar, pero si hay espasticidad vimos que iba muy bien y nos quedamos con la distribución», cuenta Jesús Devesa. Se enteró de la existencia de esta técnica a través del padre de un niño sueco que se puso en contacto con él.
Terapias cuestionadas
Devesa defiende de forma acérrima la hormona del crecimiento. Pero sus terapias no son bien aceptadas por toda la comunidad científica. Ha habido incluso denuncias «me sancionaron, recurrí al TSXG y gané», dice. No le molesta que le cuestionen sus propios compañeros «el que critica lo hace porque no sabe lo que estoy haciendo, antes que médico soy científico y trabajé toda mi vida en hormona del crecimiento».
Asegura que hay muchas aplicaciones de esta hormona que se desconocen a nivel médico. Actúa a nivel cerebral induciendo la proliferación de células madre, «transformando esas células madre en neuronas, y llevando las neuronas a las zonas donde hay un daño para tratar de recuperarlo», cuenta el catedrático. Es clave en regeneración hepática, en la función cardiovascular o en la función ovárica.
La lucha del pequeño Jesús
Jesús es un precioso bebé gaditano de diez meses que juega con sus rehabilitadores. Nació con el síndrome de regresión caudal, la columna vertebral solo se desarrolló en la edad fetal por lo que no tenía movilidad ni sensibilidad en las extremidades inferiores ni control de esfínteres, «desde que está aquí sus piernas crecieron siete centímetros y ya las mueve. Este niño va a llegar a caminar», dice convencido el doctor Devesa.
Como él, miles de pacientes han llegado a esta clínica pidiendo casi un milagro. Pocas veces se dice que no. Sí se dijo a un joven italiano que quería traer a su hermana, en coma tras un intento de suicidio, «vimos que el daño cerebral era tan tremendo que no íbamos a conseguirlo». Ahora el método Foltra cruzará el Atlántico hasta Colombia, en donde unos médicos colombianos pondrán en marcha un centro con sus terapias. Ya hay pacientes en Johannesburgo (Sudáfrica) que están recibiendo sus tratamientos, en concreto un joven empresario al que dispararon en la cabeza, «a nivel cognitivo y de motor ya está perfectamente», concluye Devesa.