El centro Achúcarro prueba en ratones un medicamento con capacidad para regenerar zonas del cerebro dañadas por la dolencia
19 mar 2023 . Actualizado a las 17:24 h.El centro Achúcarro de investigación en neurociencias ha descubierto la capacidad de un medicamento para regenerar áreas del cerebro dañadas por el avance de la esclerosis múltiple. Si se confirman los resultados obtenidos hasta la fecha, el fármaco, aún en fase de investigación con animales, contribuiría a mejorar de manera significativa la calidad de vida de los pacientes.
La esclerosis múltiple es una patología crónica y neurodegenerativa que se manifiesta, entre otros síntomas, con trastornos sensitivos, del equilibrio y del habla. En España, según la Sociedad Española de Neurología (SEN), la padecen unas 55.000 personas, la mayoría mujeres.
El pronóstico de la enfermedad, a pesar de su carácter degenerativo, ha cambiado de manera radical en las últimas décadas, especialmente a partir de 1996, cuando comenzaron a aparecer nuevos tratamientos. El neurólogo vasco Alfredo Rodríguez Antigüedad, jefe de Neurología del hospital de Cruces y uno de los mayores expertos de Europa en la enfermedad, suele decir una frase que da una idea del cambio radical que se ha experimentado en este tiempo: «A finales del siglo pasado, las consultas estaban llenas de sillas de ruedas; hoy son pacientes que vienen con prisas porque tienen que irse a trabajar», afirma.
Un viejo conocido
En ese cambio -que de ninguna manera varía un diagnóstico que sigue siendo dramático- ha intervenido de manera decisiva la investigación básica y clínica contra la enfermedad que se ha hecho y se hace en Euskadi. El último logro, recogido en una revista científica de impacto, Glia, lleva la firma del centro Achúcarro, radicado en el campus de Leioa de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), que también lleva años investigando la enfermedad.
Un grupo dirigido por el catedrático de Neurobiología Carlos Matute ha descubierto los esperanzadores efectos que tiene suministrar de manera temprana un fármaco ya conocido, baclofeno, utilizado incluso en el abordaje de la esclerosis múltiple para el tratamiento de síntomas como la espasticidad, la rigidez muscular y los movimientos involuntarios del paciente.
Según se ha visto, el medicamento probado tiene la capacidad en ratones de recuperar la mielina, una capa aislante que rodea los nervios, compuesta de proteínas y sustancias grasas, que permite que los impulsos eléctricos se transmitan de manera rápida y eficiente entre las neuronas. El daño en la mielina está relacionado con determinadas enfermedades neurodegenerativas, como la esclerosis múltiple.
«Hemos visto que en animales modelados y bien pautados, el uso temprano del fármaco posibilita una mayor reparación de las lesiones que provoca la dolencia. Esto significa que si se adelantara su prescripción muy posiblemente lograríamos ralentizar el avance de la enfermedad y, en todo caso, daríamos a los pacientes una mayor calidad de vida».
Tarea pendiente
No será mañana, que en ciencia todo avance, grande o pequeño, necesita sus tiempos. Lo que el equipo del centro Achúcarro ha logrado es lo que se llama una prueba de concepto. Han demostrado en ratones lo que sospechaban que podía producirse. Ahora es necesario desarrollar aún más la investigación realizada, obtener respuestas concretas a determinadas preguntas como la dosis necesaria para lograr el efecto buscado, antes de que la terapia pueda probarse en pacientes. «Tenemos una sustancia con el potencial de modificar el curso temprano de la enfermedad, algo para lo que de momento no hay nada», avanza el científico. A favor de la investigación juega el hecho de que se trata de un medicamento ya autorizado. Determinados ensayos y trámites no se necesitarán realizar, porque ya se hicieron en su día. Si todo va bien y se cumplen los plazos previstos, el medicamento podría utilizarse para su nuevo uso en el plazo de dos años.