El papa, que fue dado de alta el pasado sábado después de haber estado ingresado tres días por una bronquitis, apareció con buen aspecto
06 abr 2023 . Actualizado a las 18:49 h.Diez años después de que acudiera a la cárcel de menores de Casal del Marmo como pontífice recién elegido, el papa Francisco regresó a la institución para lavar y besar los pies de doce reclusos (entre ellos una mujer), en un gesto que ha repetido a lo largo de su mandato, salvo con la pandemia. El papa, que fue dado de alta el pasado sábado después de haber estado ingresado tres días en el hospital Gemelli por una bronquitis, apareció con buen aspecto, aunque llegó en silla de ruedas a la capilla del centro penitenciario.
Francisco lavó los pies de una docena de reclusos de diferentes edades y etnias y que profesaban en algunos casos religiones distintas. De hecho algunos de ellos celebraban el Ramadán, que en esta ocasión coincide con el Pesaj (festividad judía que conmemora la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto) y de la Pascua cristiana.
Un pequeño coro con una guitarra animó la celebración. El papa leyó el Evangelio de la Última Cena, en el que se evoca la traición de Judas. Francisco subrayó que lavar los pies era una tarea que hacían los esclavos y que Jesús se atrevió a realizar este quehacer pese al escándalo de sus discípulos. «Jesús sabe lo que tienes dentro y te quiere así y te lava los pies, Él no se asusta jamás de nuestras debilidades, solo quiere acompañarte, tomarte de la mano para que la vida no sea tan dura», proclamó.
Debido al mal estado de su rodilla, los jóvenes se subieron a una plataforma y, sentados en un banco, vieron cómo Francisco repetía la ceremonia del lavatorio. El Papa adujo que el rito no era «algo folclórico». «Es un gesto que nos indica cómo debemos ser nosotros» frente a quienes se aprovechan de los demás o viven injusticias o dificultades.
Antes de la ceremonia, Jorge Mario Bergoglio presidió la misa Crismal con la que se abre el denominado Triduo pascual, con el que comienzan los ritos de la Semana Santa. En su homilía pidió a los sacerdotes que rehúyan las divisiones y se opongan a formar «partidos y cordadas» en la Iglesia. «Tengamos cuidado, por favor, de no ensuciar la unción del Espíritu y el manto de la Madre Iglesia con la desunión, con las polarizaciones, con cualquier falta de caridad y de comunión. Recordemos que el Espíritu prefiere la forma comunitaria: la disponibilidad respecto a las propias necesidades, la obediencia respecto a los propios gustos, la humildad respecto a las propias pretensiones», sentenció.