Una investigación a largo plazo demuestra que los pacientes con infartos recurrentes tienen que tomar Aspirina a diario

La Voz MADRID / EUROPA PRESS

SOCIEDAD

Envases de aspirina en una farmacia de Lugo
Envases de aspirina en una farmacia de Lugo OSCAR CELA

Los que no siguen este tratamiento tienen una probabilidad elevada de recaer, sufrir un ictus o incluso morir

22 ago 2023 . Actualizado a las 16:33 h.

Los pacientes con infarto de miocardio que no toman Aspirina a diario tienen una probabilidad elevada de infarto de miocardio recurrente, ictus o muerte en comparación con los que toman el fármaco de forma sistemática, según una investigación presentada en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología ESC 2023.

«Nuestros hallazgos sugieren que no tomar Aspirina como se prescribe después de un ataque al corazón está vinculado a un mayor riesgo de sufrir otro ataque al corazón, un derrame cerebral o morir», advierte la autora del estudio, la doctora Anna Meta Kristensen, del Hospital Bispebjerg y Frederiksberg (Dinamarca).

«Recomendamos que todos los pacientes que hayan sufrido un infarto sigan tomando Aspirina de acuerdo con las directrices hasta que los ensayos controlados aleatorios demuestren lo contrario y se modifiquen las directrices clínicas», añade.

La Aspirina es obligatoria tras un infarto de miocardio debido a su capacidad para prevenir la formación de coágulos sanguíneos y, por lo tanto, reducir el riesgo de un nuevo infarto de miocardio o ictus. Sin embargo, a medida que los métodos de tratamiento y diagnóstico han avanzado en las últimas décadas, el pronóstico tras un infarto de miocardio ha mejorado y los efectos a largo plazo de la Aspirina son ahora menos evidentes.

Dado que la Aspirina previene la formación de coágulos sanguíneos, también aumenta el riesgo de hemorragia, y el equilibrio entre los beneficios cardiovasculares y la hemorragia cambia con el tiempo tras un infarto de miocardio. Este estudio investigó el riesgo asociado con la interrupción de la Aspirina a largo plazo en comparación con el uso continuado después de un infarto de miocardio en un entorno contemporáneo.

El estudio utilizó datos de registros sanitarios nacionales daneses. Incluyó a pacientes de 40 años o más que sufrieron un primer infarto entre 2004 y 2017, fueron tratados con un stent coronario y tomaron Aspirina según lo prescrito durante el primer año después de su infarto. Se excluyó a los pacientes que tomaban anticoagulantes o habían sufrido un ictus o un infarto recurrente durante ese primer año.

La adherencia a la Aspirina se evaluó a los dos, cuatro, seis y ocho años del infarto. En Dinamarca, cada vez que un paciente recoge una receta de Aspirina, el número de comprimidos y la fecha de recogida se anotan en unos registros. La adherencia en cada uno de los cuatro puntos temporales se evaluó como la proporción de días en que los pacientes tomaron sus pastillas durante los dos años anteriores.

Los pacientes que tomaban Aspirina el 80% o menos del tiempo se consideraron no adherentes (es decir, que la no tomaban según lo prescrito), mientras que los que la tomaban más del 80% del tiempo se consideraron adherentes (es decir, según lo prescrito). En cada momento, se excluyó a los pacientes que habían sufrido otro infarto de miocardio, un ictus, habían fallecido o habían empezado a tomar anticoagulantes o inhibidores de P2Y12.

«Evaluamos los efectos del uso de Aspirina a largo plazo en pacientes que no recibían otros medicamentos para la prevención del infarto de miocardio o el ictus —explica la doctora Kristensen—. Tanto los anticoagulantes como los inhibidores de P2Y12 son agentes que, de forma similar a la aspirina, actúan para prevenir la formación de coágulos sanguíneos. Por lo tanto, los pacientes sometidos a dichos tratamientos fueron excluidos de nuestro estudio».

En el estudio participaron 40.114 pacientes con un primer infarto de miocardio. La adherencia a la Aspirina disminuyó progresivamente con cada punto temporal, del 90% a los dos años del infarto al 84% a los cuatro años, al 82% a los seis años y al 81% a los ocho años.

Los investigadores analizaron si los pacientes que no la tomaban según lo prescrito tenían un mayor riesgo de sufrir el resultado compuesto de infarto recurrente, ictus o muerte en comparación con los que tomaban Aspirina sistemáticamente.

Se tuvieron en cuenta diversos factores que podían afectar a los resultados, como la edad, el sexo, la diabetes, la hipertensión, el colesterol alto, las enfermedades renales, el cáncer, las úlceras de estómago, las hemorragias previas y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

En cada punto temporal, los pacientes que tomaron Aspirina según lo pautado tuvieron menos probabilidades de experimentar el resultado compuesto en comparación con los pacientes no adherentes. En comparación con los pacientes cumplidores, los no cumplidores tenían un 29%, 40%, 31% y 20% más de probabilidades de sufrir un infarto de miocardio recurrente, un ictus o la muerte a los dos, cuatro, seis y ocho años del infarto, respectivamente.