Dani Rovira: «En la España rural y profunda el animal es un objeto»

J. Moreno MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

José Manuel Ortega Elgueta

El actor presenta «Un día de perros», un programa de RTVE Play que acompaña a famosos con sus mascotas y apuesta por la educación canina

29 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Fiel a su fuerte compromiso animalista, el actor Dani Rovira (Málaga, 43 años) ha aceptado un nuevo reto profesional que apuesta por el cuidado de los animales y la educación canina. El malagueño presenta Un día de perros, un nuevo programa de la plataforma RTVE Play, donde además acompañará a seis personajes famosos para compartir sus experiencias relacionadas con sus mejores amigos de cuatro patas. Entre los invitados, el ministro Fernando Grande-Marlaska; la presentadora Mercedes Milá y los escritores Juan Gómez Jurado y Bárbara Montes.

—¿Qué le convenció de «Un día de perros»?

—De todo lo que me han ofrecido con relación a los perros, obviamente desde que participaba en El Hormiguero hasta ahora, no he hecho nada así a nivel televisivo. Lo que me presentaban eran formatos que estaban supeditados a la tiranía de la tele. Decía que no porque había una cierta frivolidad o el foco no estaba en los perros, sino en el show, en la audiencia y en que pasaran cosas. Me presentaron el proyecto los directores y vi el amor que tenían por los perros. También estaba de colaborador Santi Vidal, a quien conozco desde hace muchos años porque ha querido muchos a mis perros.

—¿Recuerda al primer animal que le acompañó en su vida?

—A mí no me gusta mucho el nombre de mascota. Teníamos lo típico, como un par de canarios o un pececito en su pecera. A día de hoy no tendría un pez en casa, ni un canario en una pequeña cárcel, me parece horroroso. Mi perrita Carapapa fue la primera hace trece años, desde un lugar totalmente elegido por mí y siendo consciente.

—¿Ha aprendido mucho de educación canina en el formato?

—He aprendido a que si le pones un poquito de paciencia, le echas tiempo y sentido común, podemos ser compañeros de nuestros perros muchísimo más amables. Porque querer mucho a tu perro no significa que le estés queriendo bien. Lo importante es observarlos y conocerlos, porque ellos pasan la gran parte de su vida mirándote, y conocen ya tus hábitos. Saben cuándo estás triste, cuándo sales a la calle. Este programa también te invita a que les observemos más a ellos, para poder entenderles mejor y de ahí tener una relación como más de a igual. La educación canina en positivo conlleva a que no se imponga un estatus de superioridad frente al perro. Cuando yo quedo con un amigo no le mando ni ordeno que se siente. Es una nueva manera de educación que creo que es más sensible e igualitaria.

—Los expertos nos cuentan lo normalizado que sigue estando el castigo a los animales. ¿Ha notado un cambio en la concienciación de las personas?

—Queda muchísimo, pero hay que ser también optimista. Si echamos la vista atrás sí que ha habido una concienciación, incluso a nivel empresarial, porque hay más veterinarias o tiendas para animales y su bienestar. ¿Qué hay mucho por hacer? Muchísimo. Porque a lo mejor nosotros tenemos una visión más urbanita de los perros, pero luego a todos nos ha pasado que cuando nos hemos ido de excursión o al pueblo, y te metes ya un poco en la España profunda, más rural, ahí sí que ves que todavía hay una conciencia de que el animal es un objeto. Esto ya lo extrapolo a un burro, a un caballo, a una oveja o a una vaca. Pero bueno, sí que estamos mejor a como estábamos antes, la verdad.

—Hace unos meses que se aprobó una ley de bienestar animal que no contentó a todos los animalistas. ¿Confía en que la nueva legislatura que acaba de arrancar sirva para mejorar la norma?

—Siempre voy a exigir que el bienestar animal se mejore. Es una ley que entiendo que nació con muy buenas intenciones, pero al final no todo es política. También hay poderes fácticos y demás. En el caso de los galgos, hay muchos que seguramente fueron abandonados por un cazador, porque ya no cazaban bien o porque tenían una pata defectuosa. Obviamente no podemos estar de acuerdo en que un perro que esté en mi casa tenga más derechos y esté más protegido por la ley que el perro de un cazador. La cría privada y la caza son la gran lacra de este país. Entonces sí, tiene que haber un retorcimiento de orejas de la ley de bienestar animal, pero hay muchos intereses. La caza mueve muchísimo dinero, hay grandes grupos de presión, grandes fortunas. Y fíjate, yo no digo que la gente no vaya a cazar, que me parece un espanto, pero sí tienes un perro no lo puedes maltratar. Es sencillo.

—En el programa tenéis al ministro Fernando Grande-Marlaska con sus tres perros adoptados. ¿Es importante que un político muestre su intención de aprender a tratar bien y mejor a los animales?

—Por supuesto. No voy a entrar a valorar el trabajo de Fernando en política, pero sí como persona a la que conozco y trato de tú a tú. Es una de las personas más perrunas que existen en el Congreso. Lleva años adoptando a perros y tiene mucha sensibilidad. Ha sido muy generoso en el programa porque nos ha contado historias donde se le ha visto conmovido y removido. Es valiente porque aunque sea un político, también es una persona que se emociona y frustra. Le pregunté por la ley del bienestar animal y él es participe de que se mejore porque no está absolutamente de acuerdo, pero entiende que hay como poderes externos y a veces no es tan fácil.