Ruta medieval, molinos y vistas al mar

emma araújo LA VOZ

SOCIEDAD

XOAN A. SOLER

El itinerario «Per caminho de Lampai» toma su nombre de una cantiga del trovador Joán Airas y ofrece en el mirador de Agrela unas vistas que abarcan desde la catedral de Santiago hasta la ría de Arousa

23 dic 2023 . Actualizado a las 13:10 h.

Galicia está llena de enclaves cargados de historia, pero si además de siglos de huellas del hombre y de la naturaleza la literatura te regala una cantiga de amor, está claro que se trata de un lugar de lo más especial.

Esto es lo que le ocurre a Lampai, parroquia de Teo, que cuenta con uno de los miradores más espectaculares del área de Compostela, ya que, si la luz acompaña, desde los 410 metros de altura del techo natural de Agrela pueden verse las torres de la catedral de Santiago, la ría de Arousa con la desembocadura del río Ulla, el Pico Sacro, A Curota, el Val de Tabeirós y el Castro Lupario, entre otros lugares de interés.

Acercarse al mirador es tarea sencilla, ya que la principal pista de acceso está asfaltada hasta el último tramo, por lo que se puede llegar en automóvil y caminar apenas cien metros. Y también es posible subir por el monte. Si bien las vistas ya son motivo más que suficiente para acercarse hasta Agrela, un itinerario de menos de dos kilómetros de recorrido, perfectamente señalizado y con reconocimiento oficial, permite bucear en el medievo y dar un enorme salto en el tiempo para acercarse a los numerosos petroglifos de la Edad de Bronce, como los del monte Piquiño, ubicados a dos kilómetros.

Otra pieza rupestre, el petroglifo de Lampai, está en una vivienda a 1,8 kilómetros del mirador y a escasos metros de la iglesia de Santa María. Se trata de un templo románico que también merece una ojeada al ser el único vestigio de un monasterio benedictino fundado en 1150 y que pudo ser arrasado por la población como respuesta a los múltiples abusos de la comunidad religiosa.

Cada metro de esta ruta está lleno de literatura y huellas de un fructífero pasado. El alma poética la aporta el trovador compostelano Joán Airas, que deleitó con sus cantigas a las cortes de los reyes Alfonso X el Sabio, Alfonso III y Don Dinís entre los años 1250 y 1275. Y teniendo en cuenta que prestó sus servicios en los reinos de Galicia y Portugal, unidos por un camino que discurre por Lampai, tiene todo el sentido que una de sus cantigas, la número XXII, en la que Airas se lamenta del abandono de una amada que viajaba al país vecino per caminho de Lampai, se refiera a este mismo enclave. Por eso, este verso es el que da merecido nombre a la ruta diseñada por el Concello de Teo para promocionar A Grela y su entorno.

En el año 1156, un siglo antes de la actividad del trovador compostelano, se colocaron en la zona cuatro marcos que definían una propiedad de 22 hectáreas en la antigua villa medieval teense de Pedrouso. Uno de estos mojones está cerca de Agrela, de la iglesia de Santa Ana (siglo XVIII) y de una fuente de 1868. Desde ella, el camino de Lampai sigue por la ribera del Rego do Tarrío, en cuyo cauce se perciben restos de nueve molinos, con huellas de un antiguo aserradero en uno de ellos.

El tramo regala otra señal del medievo de la misma finca, el Marco do Porto de Lampai, que con una altura de 120 centímetros registra los lindes de los municipios de Teo y Padrón.