El puente de As Taras, un nexo inmortal con el pasado

SOCIEDAD

MARCOS CREO

Un paseo de algo menos de un kilómetro comunica la parroquia de Casás, en A Pobra, con este puente, un lugar mágico en el que historia y naturaleza brindan a los caminantes una estampa única

27 ene 2024 . Actualizado a las 18:05 h.

Quizás el invierno no es la mejor estación del año para muchos caminantes, que por miedo a coger un buen resfriado por andar debajo de la lluvia sin un paraguas prefieren quedarse en casa. Por el contrario, los chaparrones que caracterizan los meses previos a la temporada estival pueden ser un encanto añadido para los amantes del senderismo a los que no les importe mojarse las zapatillas.

Andando por el monte, uno puede encontrar rincones tan bellos como desconocidos, como es el caso del puente de As Taras, en A Pobra. Esta estructura, que fue construida entre 1898 y 1899, según el historiador Antonio González Millán, emerge entre la vegetación como un nexo con el pasado que parece hablar de las centenares de personas y carretas que pasaron por encima de él para esquivar las rápidas aguas del Lérez.

Para llegar hasta allí, es recomendable dejar de lado el coche, pues aunque existe un sendero más o menos ancho que lleva hasta sus pies, no cualquier vehículo podría aguantar los baches que presenta. Según el responsable de Camiñadas do Barbanza, Suso Dieste, el mejor punto de partida es la parroquia de Casás, que se encuentra a un kilómetro de la construcción.

Pura naturaleza

A partir de ahí, los aventureros que quieran disfrutar de la ruta podrán guiarse fácilmente, ya que el camino no presenta desvíos. Ese es el momento en el que empieza un paseo por el medio de la naturaleza en el que el único ruido presente es la tenue melodía que provoca el correr del agua entre las rocas.

El lugar, lleno de pinos y eucaliptos, es el rincón perfecto en el que tomar fotografías o disfrutar de un tentempié, ya que la gran mayoría de los turistas desconocen su existencia. Debido a la fuerza del río en esta época y el peligro de resbalar al pisar alguna superficie recubierta de verdín, el organizador de rutas precisa que lo mejor es acudir acompañado de varias personas y llevar un calzado adecuado.

Para los más intrépidos, este escondite lleno de encanto se encuentra muy cerca de unos espectaculares saltos de agua. Dicho tramo del Lérez, llamado o Petón do Corvo, presenta varias pozas de diversa profundidad que además de conformar una hermosa estampa pueden convertirse en un lugar perfecto para darse un baño en el verano. Si los caminantes cruzan el puente y siguen avanzando, se encontrarán con la aldea de As Taras, en la que apenas quedan un par de vecinos, explica Dieste: «Alí xa non hai nada, está todo moi descoidado porque non hai quen limpe, pero é un sitio moi bonito».

Lo que llama la atención del puente, que parece surgido de la nada en medio de las plantas, son los detalles labrados en piedra que tiene en el frente y le dan un toque elegante a la estructura, que por su forma podría parecer demasiado robusta.

En oposición a esa dureza, los arcos por los que fluye el agua del río le dan un toque más moderno. Sea más o menos grande, lo que está claro es que el puente de As Taras de A Pobra es un lugar mágico que conserva el encanto de ser desconocido.

Desconocido

Esta singular construcción no suele recibir visitas debido a su localización.

Zona de paso

El puente servía para que los vecinos que iban a la leña pudiesen pasar en carro.