El presentador, alejado desde hace meses de la televisión, llora la pérdida de su galga
31 ene 2024 . Actualizado a las 13:38 h.Alejado de la televisión, Jorge Javier Vázquez llora en Lecturas la muerte de Lima, su galga de doce años, de la que tuvo que despedirse recientemente. «La muerte de Lima, mi galga, nos ha dejado para el arrastre», resume en su blog de la revista. Asegura que el jueves por la noche «se nos fue Lima. Lima era la mía. Mi galga», recordando que fue la primera que habían adoptado juntos él y P. (se refiere a Paco, su expareja).
«Así que la marcha de Lima, después de doce años con nosotros, nos ha dejado un poco para el arrastre», dice, escribiendo en plural porque «P. y yo seguimos juntos pero de otra manera». «Y Lima sigue estando con nosotros pero también de otra manera. Prefiero pensarlo así. Llega una edad que todo te sirve para seguir levantándote», asegura.
Jorge Javier Vázquez relata el fuerte vínculo que tenía con Lima. «El hogar no es la casa sino donde estén ellos», dice que es para los que viven solos y tienen animales. «Sentir calor de hogar era abrir la puerta y que Lima se me abalanzara como una loca porque, como siempre le decía a P., estaba enamorada de mí. Y yo de ella. Él se descojonaba, pero era verdad», recuerda.
Añade que Lima notó especialmente sus ingresos en el hospital, como cuando sufrió el ictus y Lima estaba «meditabunda» y que lo esperó a las puertas de su habitación. «Nuestra conexión no era normal», relata. «Había veces que volvía de un viaje deseando verla y ella, como una señorita despechada, me giraba la cara. Pero pronto se le olvidaba. Cosas de enamorados», añade.
Sin perder el humor, Jorge Javier Vázquez relata cuando comenzaron los problemas de salud para Lima, a finales del pasado mes de noviembre. Justo ese día Jorge Javier Vázquez tenía una sesión fotográfica para la revista y contaba divertido cómo terminó en urgencias en el veterinario peinado y maquillado como si saliera de la tele. «Parecía que todo se quedaba en un susto, aunque me dejó tocado ver cómo la pinchaban para estabilizarla y verme a mí colocándole una mascarilla en el hocico para ayudarla a respirar. Doce años a mi lado. Su vulnerabilidad también fue la mía. Han sido un par de meses viéndola superar el contratiempo. N. me advertía: 'Está muy mayor y muy delgada',», aseguraba.
Reconoce que se autoengañó, no queriendo ver el final de su amada perra. Y un día al preparar las cenas, Lima no apareció. «Le cogí la cabeza entre mis manos y nos miramos a los ojos, como tantas veces habíamos hecho a lo largo de estos doce años. La acaricié, le dije 'guapa'. Volví a acariciarle la cabecita hasta que en un momento escuché 'Ella ya no está'. Y aparentemente todo acabó. Cuando aparece la muerte todo a tu alrededor se convierte en ruido», recuerda.
«Me duelen los ojos. Doce años juntos, Lima. A lo largo de ese tiempo me he separado, he querido ser actor, cantante y a veces escritor. Era presentador. Pero ahora, por encima de todas esas cosas, lo más importante de todo es que ya no estás. Y vuelvo una y otra vez a esa hermosa canción de El cuarteto de Nos que descubrí este verano: Ya no sé qué hacer conmigo», termina.