Los refugios de Genoveva Casanova: de San Sebastián a Kenia, todos a cargo de Cayetano Martínez de Irujo

Martín Bastos

SOCIEDAD

Genoveva Casanova, en una imagen de archivo
Genoveva Casanova, en una imagen de archivo Europa Press

Desde que salieron a la luz la fotografías con Federico de Dinamarca, la mexicana no ha hecho ninguna aparición pública

08 feb 2024 . Actualizado a las 12:14 h.

Genoveva Casanova llevaba una existencia normal, la normal de una celebrity, cuando el pasado otoño unas fotos en la portada de la revista Lecturas hicieron saltar por los aires su vida tal y como era hasta el momento. Acababa de participar en MasterChef Celebrity (había sido la primera expulsada) y residía en un piso en Madrid con sus perros. 

En las fotos -más adelante se vería también un vídeo-, se la veía paseando relajadamente con el aún príncipe Federico de Dinamarca. El testimonio de los reporteros que los encontraron de casualidad y los siguieron durante toda la noche, les sitúa en un local de flamenco, subidos a un coche y entrando y saliendo juntos del piso de la mexicana, con diferentes ropas y una maleta. De madrugada, Federico abandonó el edificio y se le vio «solo y desorientado» por las calles de Madrid, sin escoltas, hasta que lo recogió un coche. 

El escándalo que supusieron esas imágenes fue tal que Genoveva Casanova lleva desaparecida desde entonces. No se la ha visto, no ha participado en ningún acto público (ni acudió a la final de MasterChef Celebrity que ganó Laura Londoño) y hasta ha cerrado sus redes sociales, ya que sus publicaciones, incluso algunas antiguas, daban pistas sobre la relación que habría tenido con el actual rey de Dinamarca

Inicialmente, los fotógrafos la localizaron en San Sebastián, en el palacio de Arbaizenea, perteneciente a su exmarido, Cayetano Martínez de Irujo. Luego se la volvió a perder la pista, hasta que se supo que había vuelto a Madrid, donde pasó la Nochebuena.

En las últimas semanas se la ha había ubicado en México, su tierra natal, y el último destino descubierto parece ser Kenia, donde el conde de Salvatierra tiene otra propiedad. Según anunciaba el director de Lecturas, Luis Pliego, en el programa TardeAR, Genoveva se habría desplazado al país africano para pasar la Nochevieja junto a sus hijos, su exmarido y la pareja de este, Bárbara Mirjan. Durante la estancia, compartieron la casa de tres plantas con vistas a la playa del hijo de la duquesa de Alba y disfrutaron en un safari.

Hay que recordar que todos los refugios de Genoveva Casanova en este tiempo son propiedad o están pagados por su exmarido, que se ha mostrado su máximo defensor en este tiempo. Cayetano Martínez de Irujo sufraga el piso en el que reside en Madrid, y a él también pertenecen las fincas que ha ido recorriendo en estos meses. De Genoveva Casanova se sabe que lleva una vida de lujo pero con una difícil situación económica

Lecturas añade ahora que Genoveva Casanova intenta pasar desapercibida en un piso que su exmarido posee en La Finca, la lujosa urbanización en las afueras de Madrid. Sin embargo LOC, de El Mundo, desmiente tanto esa información como que Genoveva viajase a Kenia para pasar las Navidades y asegura que la mexicana sigue en paradero desconocido. 

El caso es que el apoyo de Cayetano Martínez de Irujo a su exmujer podría estar provocando una crisis con su actual pareja, Bárbara Mirjan. «Pagarán por el daño que le han hecho a Genoveva Casanova y a mis hijos», aseguró hace unos días en Espejo Público. «Es un tema que ya se verá en los tribunales, porque le han hecho mucho daño a ella y a mis hijos. Están teniendo que sufrir mucho con esta historia, pero ya están todas las historias en trámite», manifestaba. 

Dicen que Mirjan, la joven novia de Cayetano (se llevan 33 años) está probando en sus carnes el dicho de que «tres son multitud». La mujer, que ha sido siempre un gran apoyo para el duque de Arjona en estos últimos años de enfrentamientos con su familia y numerosos problemas de salud, empieza a estar harta de que Genoveva Casanova sea el centro de las preocupaciones de su novio. 

«Bárbara empieza a estar harta de Genoveva Casanova y está pidiendo su lugar. Está muy cabreada con que siempre esté Genoveva en todo», relataba Amor Romeira en Fiesta el pasado fin de semana. «Entiende perfectamente que sea la madre de los hijos de su pareja, pero ahora se considera la actriz secundaria. Aunque lleva tanto tiempo con Cayetano Martínez de Irujo, Genoveva siempre va a ser la principal», transmitió. Una sensación que también confirmaba su compañera de plató, Marisa Martín Blázquez: «Está un poco cansada de esa dedicación absoluta que Cayetano está teniendo con Genoveva. Está triste».

Amor hablaba incluso de que la pareja estaría «atravesando una crisis». «Bárbara, en ese momento de cabreo, hace un apunte y dice: 'Qué fuerte que la única foto que Cayetano tiene subida conmigo en Instagram también salga Genoveva'», en referencia a la imagen en la que aparece juntos en la Feria de Abril del 2022.

Cayetano y Bárbara comenzaron su relación en el verano del 2016. Los 33 años de diferencia entre ambos (ella tiene 27 y él 60) parece que nunca han sido un obstáculo para vivir su amor, que se ha ido consolidando con los años. De hecho, el conde de Salvatierra confesó en una entrevista con Risto Mejide que, aunque ya había descartado volver a ser padre, ahora había vuelto a planteárselo porque «ella se lo merece». «Es la primera vez que he sido capaz de tener una relación de verdad», confesaba al publicista. Queda por ver si el escándalo protagonizado por Federico de Dinamarca termina pasando factura a la pareja.

 Genoveva y Federico, dos años de amor secreto y una ruptura para ser rey

«¿Por qué te quiero? me preguntas, y si trato de definirlo ¿se acercará en algo a esas noches de sudor y hambre, al cuchillo que me atraviesa el pecho en cada beso?». Esta tórrida reflexión ha cobrado hoy un nuevo significado. La publicó en inglés Genoveva Casanova en octubre del 2021 y ahora ya no es accesible en su Instagram, ya que ha decidido eliminar la cuenta y borrar cualquier rastro de ella en las redes sociales

Pero estas palabras estarían dedicadas a Federico de Dinamarca, ya que por aquel entonces, ya tendría una estrecha relación con el actual rey danés. Así lo cuenta Pilar Eyre en Lecturas, que pone fechas y lugares a la relación entre la mexicana y el por aquel entonces príncipe de Dinamarca. Asegura que ambos se conocieron en una cacería hace años y que el amor surgió hace dos, tiempo durante el que su relación se mantuvo en secreto. No fue nada superficial, era algo serio para ambos, dicen que Federico estaba «muy enamorado» y que Genoveva Casanova no es «frívola» en este tipo de relaciones. 

Con la información de la revista, cobra fuerza una de las teorías que más han sonado en los últimos tiempos. Federico de Dinamarca tendría una relación «secreta» con Genoveva Casanova desde hace unos dos años. Ella colgó hace unos meses una foto suya en Copenhague, asegurando que había visitado un museo con objetos donados por su abuelo. Hasta que saltó el escándalo de las fotos de ellos dos juntos en Madrid nadie sospechó nada, pero en ese momento, empezaron a atarse cabos.

Dicen que ese viaje en el que fueron pillados fue el último encuentro entre ambos. Sabedor de la inminente abdicación de su madre, la reina Margarita, Federico de Dinamarca habría viajado a España para «despedirse» de Genoveva y «romper» su relación. Fue ahí cuando los fotógrafos los captaron juntos y saltó el escándalo, que además coincidió con un viaje oficial de los reyes Felipe VI y Letizia Ortiz a Dinamarca. 

Más tarde llegaría la «huida» de Mary Donaldson a Australia, y su supuesto ultimátum a la reina Margarita, lo que habría acelerado sus planes para dejar el trono. Dicen en Dinamarca que Federico se enteró tan solo tres días antes de la abdicación de su madre de que se convertiría en rey de manera inminente. Pero es prácticamente imposible que el heredero al trono no conociese los plazos de su coronación. 

Eso sí, desde Lecturas, desmentían que tenga problemas de salud. «Genoveva tiene mucha resistencia mental y, a pesar de su aspecto dulce y frágil, tiene personalidad y aguante», aseguraba la revista.