La soledad de los jóvenes favorece la transmisión de las infecciones sexuales

Fermín Apezteguia MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

MONICA IRAGO

La sociedad digital ha favorecido una mayor conexión social, pero también una menor y peor comunicación, que favorece los contagios

15 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La soledad de los jóvenes se ha convertido en un desafío no sólo social, sino también de salud pública. El aislamiento en el que viven inmersos, favorecedor de relaciones afectivas pobres, faltas de todo tipo de contacto físico y emocional, favorece la expansión de las infecciones de transmisión sexual, que desde el cambio de siglo han experimentado en el mundo occidental un auge espectacular.

Los modelos de prevención que sirvieron para frenarlas no bastan, algunos incluso resultan inútiles. La epidemia está alcanzado tales dimensiones que los expertos no dudan en afirmar que ha llegado el momento de pasar a la acción y apostar, entre otras medidas, por «una educación afectiva real y de calidad».

Así lo han expresado la especialista Josefina López de Munain, jefa de sección de la unidad de Infecciones de Transmisión Sexual del servicio de Enfermedades infecciosas del Hospital Universitario Basurto, y la coordinadora general de la comisión ciudadana Bizkaisida, Marta Pastor.

La falsa plenitud de las redes

En el ámbito del virus del sida, la situación es mejor, pero tampoco «como para echar las campanas al vuelo». Los casos, según detalló López de Munain, no crecen, pero se mantienen en el mismo nivel desde el cambio de siglo, que tampoco es algo bueno. El año 2.000 registró 140 infecciones por VIH y el 2023, un total 127. El problema es que la mayoría de ellas, el 57%, fueron diagnósticos tardíos. La infección (VIH) se detectó cuando se había convertido ya en enfermedad (sida), lo que no sólo limita el tratamiento sino que favorece, además, la expansión de la epidemia.

Las nuevas infecciones se están dando en hombres y mujeres de todas las edades, pero los grupos de población más afectados son los varones que mantienen relaciones homosexuales y, por encima de todo, los jóvenes menores de 25 años.

¿Cómo es posible que aumenten las infecciones de transmisión sexual en un tiempo en que se conocen tanto sus vías de transmisión como la forma de evitarlas? Hay factores que se conocen de largo, según explicaron López de Munain y Pastor. Se sabe que las relaciones sexuales se inician cada vez a edades más tempranas, que es complicado el uso permanente del preservativo en algo, en teoría, tan imprevisto y pasional como el sexo, que ya no hay tanto miedo al sida... Pero hay, añadió la coordinadora de Bizkaisida, mucha soledad entre los jóvenes, oculta bajo la falsa plenitud que muestran las redes sociales, que favorece la transmisión.

«Lo preventivo ahora es comunicarse, las relaciones humanas», destacó la experta. «Los jóvenes están hiperconectados, pero esa conexión no implica comunicación, que es fundamental para superar inseguridades y sentirse lo suficientemente fuerte como para decir 'vamos a usar un condón'». «Hay que disfrutar de la sexualidad», añade la médico experta en Infecciosas, «pero hay que protegerse y tener un sexo seguro».