El falso obispo, Pablo Rojas, tras su expulsión del monasterio de Belorado: «La ruptura es irreversible y no volveremos»

j. c. r. BURGOS / COLPISA

SOCIEDAD

El falso obispo Pablo Rojas en el convento de Belorado.
El falso obispo Pablo Rojas en el convento de Belorado. Rafel Gutiérrez

Las monjas excomulgadas han decidido expulsar a los representantes de la Pía Unión y afirman que ahora «caminan solas» en una separación que ha sido «voluntaria y sin ningún tipo de coacción»

03 jul 2024 . Actualizado a las 17:37 h.

En el cisma creado en la Iglesia católica por las monjas clarisas de Belorado, en Burgos, gana fuerza la opción de que la salida de Pablo Rojas y Francisco José Ceacero, del convento no fue amistosa. El obispo excomulgado, Pablo Rojas, devolvía la llamada que Burgosconecta le realizaba y, aunque parco en palabras, Rojas fue amable y dejaba claro que lo ocurrido en Belorado esta semana es el punto final de la relación de las ya exmonjas, excomulgadas por el Arzobispado de Burgos, con la Pía Unión.

Aunque Pablo Rojas dice que la ruptura es de «mutuo acuerdo», su respuesta, por el tono y el contenido, no resulta convincente. Parece que quiere decir muchas cosas con la coletilla «se pude decir». Queda reforzado cuando asegura que no van a volver, ya que la ruptura es irreversible.

Qué pasó entre la noche del domingo 23 y el martes 25 de junio en el interior del convento es algo que solo saben los protagonistas. Las exmonjas ya hablaron y dieron su versión. La versión de Pablo Rojas llega ahora. Breve, porque el excomulgado mide mucho sus palabras, pero resulta esclarecedora.

—¿Cómo se encuentra después de la salida del monasterio?

—Bien. Yo me encuentro en Bilbao y don José está en Alar del Rey. Tanto don José como yo mismo hemos asumido con normalidad esta salida. Con total normalidad.

—¿Cómo quedan espiritualmente las religiosas?

—Bueno, actualmente no hay ningún vínculo de ellas con la Pía Unión. Es decir, ellas han roto esa vinculación que tenían con la Pía Unión.

—¿Esto quiere decir que las religiosas están sin atención espiritual, sin misa, ni sacramentos?

—La Pía Unión de San Pablo Apóstol no está atendiendo a las monjas.

—Esta ruptura, ¿a qué se ha debido, según su modo de ver las cosas?

—Es una decisión tomada de mutuo acuerdo, se puede decir.

—¿Y tienen pensado ustedes en algún momento volver al monasterio con ellas?

—La ruptura es irreversible y no volveremos al monasterio.

—¿Cree que les abandonan a ustedes y se alinean con el exnuncio de EE.UU. Carlo María Viganò?

—Ellas han expresado en sus redes sociales su simpatía por él. Pero han borrado de las redes sociales lo que han publicado. Se declaran libres ahora.

Las exmonjas de Belorado se desvinculan de la Pía Unión y dicen que «caminan solas»

Tres de las exmonjas de Belorado tras presentar una denuncia contra el Arzobispado de Burgos el pasado mes de mayo.
Tres de las exmonjas de Belorado tras presentar una denuncia contra el Arzobispado de Burgos el pasado mes de mayo. Santi Otero | EFE

Las monjas excomulgadas de Belorado han anunciado que ahora «caminan libres y solas» tras romper vínculos con la Pía Unión del falso obispo Pablo Rojas y el que fue su portavoz, el cura coctelero José Ceacero, y expulsarlos del monasterio.

«No se ha procedido a la expulsión de nadie de nuestras instalaciones por la fuerza, tan solo se ha comunicado nuestro deseo al Sr. D. Pablo de Rojas, de cuya jurisdicción nos apartamos, y al Sr. D. José Ceacero para que abandonasen el convento, actuando ambos de forma voluntaria y sin ningún tipo de coacción, de manera que a día de hoy caminamos libres y solas en defensa de la Fe Católica», afirman las religiosas excomulgadas en un comunicado recogido por Efe.

También responden al arzobispo de Burgos, Mario Iceta, quien anunció que iniciará acciones legales si las exmonjas no abandonan el convento en un «plazo prudencial» aún por determinar. «Protestamos ante las amenazas a recurrir a la fuerza pública para nuestro desahucio, que solo cabría si se acompaña de una resolución judicial que, además, habría de ser incumplida por nosotras en período de ejecución voluntaria» y apostillan que, en el caso de su desalojo, no reconocen «autoridad alguna a nadie más que los Tribunales de Justicia».

Defenderán ser las «legítimas poseedoras»

Las exmonjas defienden que el monasterio consta inmatriculado en el registro de la propiedad en virtud de un documento privado del año 1969 «que confiere el 100 % de su pleno dominio a la Comunidad de Religiosas Clarisas de Belorado sin que conste mayor condición o carga añadida».

Por tanto, rechazan las acusaciones, que lamentan haber «tenido la desgracia de escuchar», sobre «una supuesta trama inmobiliaria». Aseguran que son «ridículas, salvo que la trama inmobiliaria sea entendida como la suma aritmética de los conventos de los que se nos pretende echar hasta las puertas de la misma calle, sin recursos y sin alternativa habitacional».

Las exmonjas insisten en que les han intervenido las cuentas corrientes y sus nóminas. «Nos han dejado sin poder atender los pagos de los proveedores de materia prima para nuestros dulces, no podemos acceder a nuestra propias notificaciones...», enfatizan.

Recuerdan que la comunidad ha desempeñado la actividad «que le es propia y legítima» en el monasterio y que está inscrita en el registro de entidades religiosas del Ministerio, «regida por Derecho Canónico y por sus estatutos y expresándose formalmente a través de los órganos correspondientes (abadesa, vicaria y discretas)».

Por ello, aseguran que van a defender su condición de «legítimas poseedoras» del monasterio por la actividad que desempeñan en el mismo y consideran que no se ha aclarado cuál es la naturaleza administrativa que «desvirtúa» su título o «a quién se supone que va adscribir el inmueble el órgano correspondiente sin incurrir en su libre asignación».