Las deudas de las monjas de Belorado: 6.900 euros en sábanas de seda

La Voz BURGOS/ EFE

SOCIEDAD

Tres monjas del convento de Belorado a finales de mayo
Tres monjas del convento de Belorado a finales de mayo Santi Otero | EFE

La factura recibida por el Arzobispado de Burgos también recoge la compra de cinco edredones nórdicos de alta gama y otros tantas mantas de terciopelo. Existirían otros proveedores con pagos pendientes por conceptos como jamones ibéricos y iPhones

07 jul 2024 . Actualizado a las 13:49 h.

El Arzobispado de Burgos ha recibido una factura de 6.900 euros de un proveedor que vendió al monasterio de Santa Clara de Belorado sábanas de seda, edredones nórdicos de alta gama y cubrepiés de terciopelo, y que las exmonjas burgalesas adeudan desde el pasado mes de enero.

El proveedor se puso en contacto con el Arzobispado la pasada semana y este jueves les remitió la factura por el suministro de cinco juegos de sábanas, otros cinco edredones y cinco mantas para el pie de la cama, han confirmado a Efe fuentes de la institución burgalesa que admiten que desconocían que el convento tuviera este tipo de gastos.

Los juegos de cama estarían destinados a la visita de algún cardenal, o al menos eso es lo que le comentaron las exmonjas al empresario, que ha pedido al Arzobispado el pago inmediato de su factura, aunque tendrá que esperar a que se hagan las cuentas oportunas pues las deudas son numerosas y el saldo de las cuentas de las exreligiosas limitado.

Además, el proveedor les ha comentado que su caso no es único y existirían otros proveedores en la misma situación, con grandes facturas pendientes de pago desde hace meses y por conceptos como jamones ibéricos o teléfonos iPhones, si bien el Arzobispado no ha recibido ninguna factura de este tipo.

Sí han recibido las nóminas correspondientes a junio, que se sumará a las que recibieron el pasado mes, y que corresponden al mes de mayo; entonces la exabadesa del monasterio les remitió once nóminas por valor de 9.800 euros, las que corresponden a los once trabajadores que tienen contratados.

Una plantilla que llevaría, al menos, dos meses sin cobrar, y que es una de las prioridades del arzobispo, Mario Iceta, que es el responsable último del monasterio actualmente, como comisario pontificio y una vez se ha excomulgado a diez de las dieciocho religiosas que conformaban la comunidad clarisa.

Por el momento, solo tres trabajadores han enviado a la documentación al Arzobispado para que se puedan tramitar los pagos pues, como han vuelto a denunciar, la exabadesa continúa sin facilitar la información financiera requerida y, ello, limita la capacidad de acción de Iceta, y el desarrollo de sus obligaciones.

3.000 euros en suministros y créditos de casi 900.000 euros

Fachada del convento de Belorado
Fachada del convento de Belorado Iratxe Rodríguez | EFE

Las exreligiosas han remitido al Arzobispado facturas por valor de 35.000 euros, con 3.000 euros solo en suministros como luz, gas o teléfono, algunas de las cuales son antiguas, que se están revisando. Además, la institución que preside Iceta ha pagado ya 18.000 euros de los créditos concedidos a la comunidad de Belorado: uno de 150.000 euros para renovar la cocina y otro de 42.000 euros para poner placas solares en Orduña, que se suman a la hipoteca de 700.000 euros sobre el monasterio de Derio, en principio para pagar las obras de Orduña, 

De ellos, quedan por pagar 600.000 euros de la hipoteca, 72.000 del préstamo de la cocina y otros 30.000 del préstamo de las placas solares, y el Arzobispado recuerda que no dispone de información sobre dónde se encuentra ese dinero ni tampoco a dónde va el que ingresan actualmente de la venta de productos del obrador.

Las cuentas que tienen intervenidas solo disponen de 6.000 euros, y en ellas están domiciliados los pagos de la Seguridad Social de las exreligiosas, que cotizan como autónomas, y las pensiones de las más mayores.

Por ese motivo, será la Federación de Hermanas Clarisas de Nuestra Señora de Aránzazu la que aporte los fondos necesarios para ir pagando facturas, nóminas y créditos, gastos que el Arzobispado teme que aumenten si llegan otras reclamaciones de proveedores o desde el convento reenvían nuevas facturas.