La explicación del chef Julen Bergantiños tras cobrar 250 euros de penalización a una mesa que no apareció: «Aprender cuesta dinero»

La Voz REDACCIÓN

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Julen Bergantiños en una imagen de abril, tras ganar Desafío XChef
Julen Bergantiños en una imagen de abril, tras ganar Desafío XChef CERVEZAS 1906 | EUROPAPRESS

Hijo y nieto de gallegos, el cocinero bilbaíno ha explicado en sus redes sociales por qué ha decidido aplicar esta norma en su restaurante por primera vez. «Es que, de haberlo sabido, habríamos acudido», le espetó el comensal que le dio plantón

03 ago 2024 . Actualizado a las 17:22 h.

Hijo y nieto de gallegos -su familia es de Sobrado dos Monxes y Teixeiro-, el chef Julen Bergantiños está en un gran momento. El pasado mes de abril ganaba el Desafío XChef con una cocina con marcadas raíces del norte de la península. Y es que no es para menos, además de sentirse gallego, este cocinero lleva la bandera de haber nacido en Bilbao y de estar enamorado de Asturias y Cantabria. 

Al margen de este reconocimiento, el chef dice estar cumpliendo su sueño. Ese sueño se llama Islares, su propio restaurante con esencia del norte que abría sus puertas a finales del 2023 en Bilbao.

Este miércoles, Julen Bergantiños se hacía viral, y no por su talento culinario sino por su reivindicación, que se une a la de muchos compañeros de profesión. 

«Primera vez que cobramos una penalización de reserva. Tú ingresas tu tarjeta de crédito para validar tu reserva y, en caso de no aparecer o cancelar seis horas antes de la reserva, se te cobran 50 euros (ticket medio, cien euros en mi restaurante)», comienza su narración en su cuenta de X.

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Y es que lo que le sucedió abunda entre establecimientos de todos los niveles: mesas reservadas y comensales que nunca aparecen. En su caso con mayor perjuicio porque su local solo tiene capacidad para 14 comensales. 

«El sábado teníamos el restaurante lleno y dijimos a varias personas que no teníamos sitio. A las 9:24 horas nos cancela una mesa de cinco personas (tengo cinco mesas y un espacio para 14 personas), lo que supone un fastidio. Pudimos suplirla con una mesa de dos personas en lista de espera», cuenta como ejemplo de que no cobran la penalización de reserva.

«Normalmente la gente nos llama 'se me ha muerto el gato', 'Me encuentro mal', 'Mi marido ha hecho paracaidismo y se ha roto el tobillo"'. Hay todo tipo de excusas por cancelar una reserva horas previas y nunca cobramos», sigue explicando para poner en contexto lo que le ha molestado de la actitud de la persona que reservó la mesa que no apareció. «Tampoco dio explicaciones ni argumentó nada. Así que como la norma es la norma decidimos, por primera vez, hacer uso de ella y cobrar 50 euros por persona». Algo que a la persona que hizo la reserva no le pareció precisamente bien.

Ese comensal llamó al restaurante alegando que había cancelado cinco horas y cuarenta minutos antes. «Ya bueno, dígaselo a un hotel a ver qué le dice con eso», reflexiona el chef, a quien la frase que más le impactó fue la reflexión del cliente que no acudió con sus acompañantes a la cita estipulada. 

«"Es que, de haberlo sabido, habríamos acudido". ¿Perdona? ¡Pues haber venido! Y así es como aprende la gente a ir por la vida, a base de realidades. Ahora irá a otro restaurante y habrá aprendido la lección, espero», explica Julen Bergantiños, que sabe también que con ese cobro se habrá ganado en internet para Islares.

«Puedo entender su enfado por perder 250 euros por no haber venido a comer, pero más he perdido yo por su falta de compromiso a una decisión suya. Así que el modo en el que ha despedido la conversación, el modo en que ha colgado, lo dice todo. Aprender cuesta dinero».