La utilización de tabletas por parte de niños pequeños contribuye a los arrebatos de ira y frustración

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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El estudio publicado en «JAMA Pediatrics» describe el uso de estos dispositivos como una actividad solitaria, con pocas oportunidades para aprender estrategias de regulación emocional

13 ago 2024 . Actualizado a las 18:35 h.

La utilización de tabletas por los niños contribuye a los arrebatos de ira y frustración, entre los 3,5 y los 5,5 años, según ha concluido un estudio publicado en JAMA Pediatrics. En específico, la investigación asoció el uso de tabletas por parte de los niños de 3,5 años con la propensión a la ira y la frustración un año después, es decir a los 4,5 años. Esto sugiere que el uso de tabletas en la primera infancia puede ser perjudicial para la regulación emocional.

 Estas conclusiones fueron obtenidas por el equipo de investigación a través de encuestas realizadas a los padres de 315 niños a lo largo de tres años en Canadá. El estudio realizó un seguimiento de 171 niños (54 %) y 144 niñas (46 %) a las edades de 3,5 (en el 2020), 4,5 (en el 2021) y 5,5 años (en el 2022).

El tiempo de uso del dispositivo tecnológico fue incrementando cuando se hicieron un poco mayores, pasando de 6,5 horas por semana (0,92 horas por día) en la edad de 3,5 años; 6,7 horas por semana (0,95 horas al día) a los 4,5 años; y 7,0 horas por semana (1 hora por día) a los 5,5 años.

El estudio aclara que a los tres años los infantes ya son capaces de manejar dispositivos móviles por sí solos, y el uso de pantallas es cada vez más frecuente. Los progenitores encuestados señalan que lo utilizan para mantener a los niños ocupados, mientras ellos realizan tareas.

Es decir, que el uso de tabletas suele ser una actividad solitaria, con pocas oportunidades para aprender y practicar estrategias de regulación emocional, adquiridas a través de la observación y de la crianza centrada en las emociones. Otros estudios recientes afirman que la utilización de los medios electrónicos por parte de los menores puede contribuir a reducir la comunicación entre padres e hijos.

A su vez, el estudio resalta que los pequeños que expresan más ira, pueden llegar a generar más estrategias digitales para moderar los arrebatos. Proveer a los niños pantallas con el fin de calmarlo y ayudarlo a regular sus comportamientos y emociones se ha observado anteriormente en niños pequeños y preescolares.

Por último, los expertos señalan que en próximas investigaciones se debería considerar la calidad del contenido que los niños ven en las tabletas y la naturaleza de las interacciones de los niños con las pantallas. De esta manera, se separaría el uso activo (lectura en libros electrónicos) y pasivo (visualización de vídeo en YouTube). También sostienen que hay aplicaciones y programas que pueden ofrecer apoyo en el desarrollo de habilidades de regulación emocional.