Científicos espaciales gallegos muestran su fascinación por los logros de SpaceX
SOCIEDAD
Creen que la empresa de Elon Musk revoluciona y abarata los lanzamientos
20 oct 2024 . Actualizado a las 12:21 h.La captura al vuelo del cohete Falcon Heavy por parte de la propia plataforma que lo había lanzado desde el Centro Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral, y además al primer intento, ha venido a confirmar el liderato absoluto de la empresa Space X de Elon Musk, en el sector aeroespacial. Una evolución meteórica que impresiona a científicos y técnicos de todo el mundo.
El ingeniero de estructuras Santiago Hernández Ibáñez, catedrático de la UDC y con una dilatada experiencia en proyectos aeroespaciales con empresas como Airbus, no oculta su fascinación con los logros de Space X y la figura de Elon Musk, por controvertida que sea. «Es un tío que irá a 1.000 por hora y debe tener a todos a 999», ejemplifica Hernández, para quien el principal logro de Musk fue «reunir a grandísimos ingenieros de diseño, de fabricación, de mecánica de fluidos, de propulsión, de estructuras, de sistemas... y montar todo eso para que se lleven bien entre ellos». El hecho de «ser capaz de imbuir una atmósfera de: ‘‘Señores, esto hay que hacerlo y lo vamos a hacer».
La diferencia con las agencias gubernamentales es que «son dos culturas empresariales distintas», que el catedrático ejemplifica con un chiste ya clásico en el sector: «De la NASA se decía que cuando enviaba una parte de una estructura a montaje pesaban tanto los papeles de los manuales como la estructura». Además, para él todo este fenómeno es, en realidad, una vuelta a las esencias estadounidenses. «La NASA siempre fue una cosa muy rara desde el punto de vista de la política económica de Estados Unidos, que es un país capitalista donde lo habitual es que una empresa haga un producto y si lo vende, bien, y si no, fracasa. Se creó por la voluntad de Kennedy de llegar a la Luna antes que los rusos y depende del Congreso, ni siquiera del Gobierno, que le debe aprobar el presupuesto todos los años», relata Hernández, para evidenciar las diferencias con Space X, que, a su juicio, se ha hecho con el liderato absoluto. Más ante el fracaso de Boeing, donde «tiene que estar pasando algo grave, porque si no no se explica». La captura del Falcon Heavy «demuestra que son capaces de hacer las operaciones con una precisión muy alta» y el hecho de que el cohete vuelva al sitio de lanzamiento, en lugar de tener que transportarlo desde el golfo de México, también marca diferencias. «Es como si alguien que salta en paracaídas aterriza en el mismo sitio o a aterriza a un kilómetro», ilustra.
El astrofísico noiés Aaron Bello Arufe, que trabaja en el Laboratorio de Populsión a Chorro (JPL) de la NASA en California, donde se ensambló la sonda interplanetaria Europa Clipper lanzada el lunes 14 en un cohete de Space X, reconoce que siguen «con mucha atención e interés» todas las operaciones de la empresa de Elon Musk. «Las imágenes de la captura del Falcon Heavy son surrealistas. Lo que está consiguiendo SpaceX es admirable. Están progresando muy rápido y la colaboración con la NASA está siendo muy positiva», señala el joven científico, que tenía entre sus divertimentos favoritos pasarse por la cleanroom (sala limpia) donde se estuvo montando la Europa Clipper que ahora ha emprendido un viaje de casi seis años para llegar hasta Júpiter.
«SpaceX está consiguiendo abaratar sustancialmente los costes de los lanzamientos espaciales, lo cual es muy positivo para la exploración espacial y para la astronomía. El telescopio espacial más potente, el James Webb, tuvo que ser diseñado para que fuese ligero y plegable, como una especie de origami, de tal forma que pudiese ser lanzado en un cohete Ariane V, lo cual elevó notablemente el coste del telescopio. El desarrollo de cohetes más grandes, más baratos y reutilizables por parte de compañías como SpaceX facilita que podamos construir telescopios más económicos, más potentes y de mayor tamaño», recalca.
El ingeniero de operaciones Alejandro Cardesín Moinelo, que coordina la Comunidad Ibérica de Ciencias Planetarias y trabaja en el Centro Europeo de Astronomía Espacial de la ESA, dice que «básicamente lo que está haciendo SpaceX es revolucionando el sector espacial, en particular de lanzadores, pero no solo eso. Ahora mismo están copando el 80 % de los lanzamientos a nivel mundial y eso está haciendo que se lancen muchísimas más misiones», gracias al abaratamiento de los costes. Reconoce que, al principio, desde las agencias, que llevaban «décadas construyendo satélites y lanzadores, se veía como algo demasiado revolucionario» pero «con el tiempo han ido demostrando la fiabilidad y sobre todo la capacidad de éxito que tienen».
«Lo que al principio parecía como una serie de errores de ingeniería, después demostraron que efectivamente eran errores necesarios. Cuantos más errores cometas, más aprendes de esos errores y más rápido evolucionas», incide Cardesín, que contrapone esa manera de trabajar con la de científicos como él adscristos a la NASA o la ESA. «Nosotros no podemos lanzar o no estamos habituados a lanzar cohetes hasta que de verdad estén testados de mil maneras y haya unos procedimientos de controles de calidad con muchísimo coste y muchísima carga de trabajo», sentencia el ingeniero coruñés.