El papa mira a Galicia: «Pídanle al apóstol Santiago que interceda por mí»

SOCIEDAD

El papa francisco, con los prelados de Santiago de Compostela, Mondoñedo-Ferrol y Tui-Vigo
El papa francisco, con los prelados de Santiago de Compostela, Mondoñedo-Ferrol y Tui-Vigo D. M. F

Francisco celebra el nacimiento del seminario interdiocesano de Santiago

15 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

«El Santo Padre nos ha animado a seguir avanzando en el camino de la cercanía y de la entrega», señalaba, visiblemente agradecido y un tanto emocionado, el obispo de Mondoñedo-Ferrol, Fernando García Cadiñanos, tras el encuentro mantenido el jueves en Roma con el papa Francisco. El Sumo Pontífice ha recibido a los prelados, a los formadores y a los seminaristas de Mondoñedo-Ferrol, Tui-Vigo y Compostela («Por favor, pídanle al Apóstol Santiago que interceda por mí», dijo Francisco) en un gesto que, como a nadie se le escapa, viene a mostrar su agradecimiento por la creación del seminario interdiocesano de San Martiño Pinario, que hoy ya es un centro académico nacido, directamente, de las sugerencias del pontífice.

La recepción celebrada en el Vaticano, aun estando rodeada de una especial solemnidad, pudiera parecer, sí, un acto protocolario como tantos de los que organiza la Santa Sede. Pero nada está más lejos de la realidad. Lo cierto es que el papa Francisco no solo ha querido mostrar públicamente su aprecio por las tres diócesis gallegas que han sido pioneras en hacerse eco de lo que él piensa sobre la formación de los nuevos sacerdotes, sino que, además, ha querido dejar muy claro su afecto por lo que representa, tanto para el mundo de hoy como ante la historia, la peregrinación a Compostela.

«Agradezco su disponibilidad»

«Les doy la bienvenida a todos ustedes, que conocen bien las huellas del apóstol Santiago en España y ahora vienen como peregrinos a Roma —dijo el papa Francisco—, tras las huellas del apóstol Pedro y de otros fieles seguidores de Jesús. Como dicen en su tierra —añadió el Sumo Pontífice—, ¡buen camino!».

«Desde septiembre —remarcó el papa— están viviendo» el «seminario interdiocesano», uniendo los de «las diócesis de Santiago de Compostela, Tui-Vigo y Mondoñedo-Ferrol [...]. Les agradezco su disponibilidad» y «los animo a seguir adelante».

«Sean para todos —dijo el papa, también— testigos de la alegría del Evangelio, bríndenles la ternura y el consuelo del Señor [...]. No dejen de ser esas flechas amarillas que, como san Juan Bautista, señalan a Jesús [...]. Sigamos caminando todos como peregrinos de esperanza».

Un tiempo nuevo

El papa Francisco es consciente —como ya lo era su predecesor, Benedicto XVI, que fue uno de los grandes teólogos que ha dado la historia pero que al mismo tiempo conocía muy bien las realidades diocesanas— de que la crisis de vocaciones sacerdotales no es algo que se vaya a solucionar en breve plazo. De ahí que insista en la importancia de dar a los pocos sacerdotes de hoy la mejor formación posible. Tanto en el plano moral como en el intelectual. Y da las gracias a quien responde a su llamamiento.

En el encuentro del viernes, además del arzobispo Francisco José Prieto (Santiago), los obispos Fernando García Cadiñanos (Mondoñedo) y Antonio Valín (Tui-Vigo), participaron, junto a los profesores del seminario interdiocesano, veintidós seminaristas, de los que doce pertenecen a la archidiócesis compostelana, seis a la de Mondoñedo-Ferrol y cuatro a la de Tui-Vigo.

Una apuesta por el conocimiento que aumenta en Roma el prestigio de la Iglesia gallega

La decisión de crear el seminario interdiocesano (una decisión que nunca es fácil, porque toda diócesis tiene en su particular seminario una institución muy querida, como puede comprender cualquiera) ha sido una excelente idea de las diócesis de Santiago, Mondoñedo-Ferrol y Tui-Vigo. Una idea, además, que ha contribuido a incrementar sustancialmente, en Roma, el prestigio de la Iglesia gallega. Parece previsible que, antes o después, la inmensa mayoría de las diócesis europeas seguirán ese mismo camino: crear centros en los que, concentrando sus recursos educativos, se apuesta por una formación de los sacerdotes verdaderamente digna del siglo XXI.

Pero, más allá del gesto que el papa ha tenido este viernes, mostrando su gratitud a quienes han hecho posible el surgimiento de la institución que alberga San Martiño Pinario, conviene anotar también que en Roma ha quedado patente, una vez más, que García Cadiñanos (Valín fue, hasta hace unos meses, su vicario) es un prelado en muy buena sintonía con la curia romana. Y, sobre todo, que el arzobispo de Santiago, Francisco José Prieto, una de las grandes figuras intelectuales y pastorales de la iglesia española, es un prelado muy querido y muy respetado en la Santa Sede, que confía en él... y que lo escucha muy atentamente.