El cribado gallego de cáncer de cuello de útero ha detectado 41 tumores, más del 76 % en fase inicial
SOCIEDAD
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También ha permitido diagnosticar hasta la fecha 1.300 lesiones precancerosas
22 ene 2025 . Actualizado a las 18:11 h.El programa gallego de detección precoz de cáncer de cérvix, puesto en marcha por la Xunta en el año 2021 en el área de Lugo, A Mariña y Monforte, y posteriormente instaurado en toda la comunidad, detectó hasta diciembre del 2024 un total de 41 tumores, de los que el 76 % estaban en fase inicial. También permitió diagnosticar 1.300 lesiones precancerosas.
Desde su implementación, la Dirección Xeral de Saúde Pública ha invitado a someterse a las pruebas a 260.347 mujeres, lo que representa el 41 % de las gallegas de 35 a 65 años. Aceptaron participar más de la mitad, con lo que se analizaron cerca de 150.000 muestras. Un 6,70 % de los análisis realizados dieron positivo en el virus del papiloma humano (VPH), cumpliendo con los datos observados en la bibliografía de esta enfermedad.
Desde el inicio del cribado, se han realizado colposcopias —exploraciones del cuello del útero— a más de 4.400 mujeres. En 850 de ellas aparecieron lesiones preinvasoras (CIN 1), en 300 se encontraron células moderadamente anormales (CIN 2), en 170 se hallaron lesiones de elevado riesgo de progresión (CIN 3) y 41 resultaron tener cáncer.
Cómo participar
El cribado de cáncer de cérvix está orientado a mujeres de 35 a 65 años residentes en la comunidad y con cobertura sanitaria pública, lo que significa que todas las gallegas en esa franja de edad van a ser convocadas, más temprano o más tarde. La invitación se realiza mediante carta o SMS —en el caso de haber facilitado el número al Sergas— y es la mujer la que decide participar o no; no es obligatorio. Aquellas que aceptan, pueden escoger entre recoger ellas mismas la muestra en casa, con un dispositivo que recibirán en su domicilio y deberán entregar en el centro de salud, o una cita con la matrona, que será la encargada de recoger las células a analizar.
Si la prueba primaria resulta negativa, no se repetirá hasta cinco años después; si es positiva, hay que verificar que no existen anomalías en las células. Haberse infectado con el virus del papiloma no implica necesariamente tener cáncer.
En estos casos, la mujer es sometida a una citología y, según el resultado, se la vigila durante un período de tiempo variable o se la deriva a exploración para descartar presencia de una lesión premaligna o maligna en el cuello del útero, y biopsiar, si es el caso.