El cambio de sexo y la lucha contra el sida, nuevas víctimas de Trump

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Una mujer transexual en un acto del Día Mundial Contra el Sida en los jardines de la Casa Blanca
Una mujer transexual en un acto del Día Mundial Contra el Sida en los jardines de la Casa Blanca Aaron Schwartz / POOL | EFE

Solo los jueces pueden frenar las medidas más regresivas del presidente

30 ene 2025 . Actualizado a las 12:48 h.

Las promesas de campaña del presidente de Estados Unidos Donald Trump, que incluso muchos de sus propios votantes consideraban boutades imposibles de llevar a la práctica, se están traduciendo en órdenes ejecutivas con un enorme impacto social dentro y fuera de Estados Unidos. Son algo así como el real decreto ley español, pero sin lo de real ni lo de ley, porque ni las firma ningún soberano ni tiene que ratificarlas el Congreso. Solo los jueces pueden frenarlas, generalmente en la medida que atentan contra la Constitución. Y eso es lo que ha hecho la magistrada Loren L. AliKhan con la congelación de todas las subvenciones y préstamos federales, que debía entrar en vigor el martes y que ayer la Casa Blanca se vio obligada a retirar.

Para Matthew J. Vaeth, director interino de la oficina de presupuesto, hasta ahora se estaba permitiendo «el uso de recursos federales para promover la equidad marxista, el trasngenerismo y las políticas de ingeniería social». En realidad, para el Consejo Nacional de las ONG, las consecuencias de la orden iban «desde frenar la investigación sobre el cáncer infantil hasta cerrar líneas de ayuda para la prevención del suicidio», por no hablar de los programas básicos de educación y sanidad de los que dependen casi en exclusiva decenas de millones de estadounidenses pobres.

Pero las consecuencias, a golpe del rotulador gordo con el que firma sus decretos, van bastante más allá de las fronteras de Estados Unidos. Acaba de ordenar el fin de las distribuciones de medicamentos para el VIH adquiridos con ayuda humanitaria norteamericana, incluso si las operaciones de compra ya se han materializado y los tratamientos están en los centros sanitarios.

Transexuales fuera del Ejército

También en las últimas horas, el multimillonario ha tenido el «honor» de rubricar otra orden con la que prohíbe los tratamientos de transición de género y las cirugías de «mutilación sexual» en menores. «Están mutilando y esterilizando a un número cada vez mayor de niños bajo la afirmación radical y falsa de que los adultos pueden cambiar el sexo a través de una serie de intervenciones médicas irreversibles» señala el documento, en el que se incide: «Esta peligrosa tendencia será una mancha en la historia de nuestra nación y debe terminar».

Las personas transexuales, que se estima que son 1,6 millones en Estados Unidos, de las que 300.000 están entre los 13 y los 17 años, tampoco podrán iniciar una carrera en el Ejército. El decreto promulgado este martes dice que el servicio militar «debe reservarse a aquellos que están en condiciones físicas y mentales para prestarlo». No aclara, en cambio, si los transexuales que ya son militares podrán seguir en sus puestos o serán purgados. Lo que sí parece evidente es que esta es otra de las ideas del expresentador de televisión, abocada a terminar en los juzgados porque, según Amnistía Internacional, «contraviene los derechos humanos y constituye un enorme retroceso en materia de igualdad».

Estas medidas vienen a sumarse a las restricciones al aborto, el renovado respaldo a la pena de muerte y la retirada de la OMS y de los Acuerdos de París contra el cambio climático.

La OMS denuncia que la retirada de EE. UU. pone en peligro millones de vidas por el VIH 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió ayer de que millones de vidas se pondrán en riesgo a raíz de la decisión del nuevo Gobierno estadounidense de detener sus programas de distribución de medicamentos para personas con VIH en países en desarrollo.

«Una repentina y prolongada detención de estos programas no permitirá una transición controlada y pone a millones de vidas en peligro», indicó la OMS en un comunicado, donde señaló que los programas estadounidenses, denominados PEPFAR, dan tratamiento a 20 millones de personas en el mundo, incluidos 566.000 niños.

El fin de los programas PEPFAR, desarrollados en medio centenar de países, «podría conllevar aumentos en infecciones y muertes, acabar con décadas de progresos y virtualmente devolver al mundo a los años 80 y 90, cuando millones de personas morían al año de sida en el mundo», advirtió. Detener los programas de VIH «minará los esfuerzos por evitar la transmisión del virus en países y comunidades», agregó la agencia sanitaria de Naciones Unidas.

Actualmente hay casi 40 millones de seropositivos en el mundo, y más de 30 millones dependen de este tipo de programas para costearse sus tratamientos con antirretrovirales y otros medicamentos. En 2023, último año del que se tienen datos completos, 1,3 millones de personas contrajeron el virus del VIH y unas 630.000 personas, fallecieron.