Las claves para una jubilación feliz: «He superado esta etapa y ya no necesito el trabajo para sentirme realizado»

Tamara Montero
tamara montero SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Miguel Ángel Escotet, presidente de Afundación, Rafaela Dopazo, participante en el estudio; Salomé Adroher, directora de la cátedra de longevidad, y Dolores Pedrouso, también participante.
Miguel Ángel Escotet, presidente de Afundación, Rafaela Dopazo, participante en el estudio; Salomé Adroher, directora de la cátedra de longevidad, y Dolores Pedrouso, también participante. PACO RODRÍGUEZ

Un estudio de Afundación dice que el 67 % de las personas se adaptan exitosamente a esta nueva etapa, en la que es clave verla como una oportunidad y pudiendo planificarla con antelación

12 feb 2025 . Actualizado a las 20:13 h.

No, no es solo dejar de trabajar. Jubilarse, dada la creciente longevidad de la población, se ha convertido en una de las transiciones vitales más significativas en la vida de las personas. Y por eso es importante prepararse para el cambio. Con el objetivo de analizar las implicaciones de la jubilación en el ámbito emocional, relacional, de construcción de identidad y de propósito vital en esta etapa, la Cátedra Abanca-Afundación / Icade sobre longevidad, economía y sociedad ha elaborado un estudio cualitativo que servirá, además, como base para la creación de un proyecto piloto de preparación a la transición de la jubilación.

«Merece que nos paremos a pensar, que escuchemos de manera activa a otras personas que han atravesado esto», afirmaba el presidente de Afundación, Miguel Ángel Escotet, en la presentación de los resultados del estudio, que corrobora que buena parte de los participantes (un 67 %) se han adaptado a la jubilación de manera exitosa.

En la transición se dan tres patrones principales, según explicó Rosalía Mota, una de las investigadoras principales junto a Macarena Sánchez Izquierdo. En el de recuperación, la persona mejora su bienestar desde etapas tempranas y ve la jubilación como una oportunidad para reconectar con aficiones, tener mas autonomía y crecimiento personal.

Otras transitan un patrón en U, con un descenso inicial y en el que pasan cierto duelo por el rol laboral y el estatus que tenían. y que resume muy bien Irene, una de las participantes en el estudio: «Soy médica, y digo soy porque creo que médica lo he sido y lo seré siempre. Dejar el trabajo fue como perder una parte de mí misma». Y una parte la vive como una continuidad, porque no hay una ruptura con rutinas que se tenían antes. «Me preparé para la jubilación como un cambio de etapa, no como un fin», decía Eulalia en el estudio.

Poder planificar cómo y cuándo dejar de trabajar también es crucial, puesto que una jubilación sobrevenida por circunstancias ajenas (como coyunturas laborales o de salud) se vive con más rechazo. Aquellas personas que planifican actividades viven la jubilación con más satisfacción y propósito.

Contar con una red social sólida e involucrarse en actividades recreativas, sociales y comunitarias, así como redefinir el propósito vital son importantes para la transición. Xaquín, otro de los participantes en el estudio, afirma que «he superado esta etapa y ya no necesito el trabajo para sentirme realizado»

Los participantes en el estudio también señalan la importancia de la familia y actividades como el cuidado de los nietos, aunque siempre estableciendo límites.

Esta nueva etapa vital también trae preocupaciones, como la pérdida de autonomía física y mental, la seguridad económica, la soledad y la muerte de seres queridos.