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Desarrollan el marcapasos más pequeño del mundo, ideal para corazones de recién nacidos

SOCIEDAD

John A. Rogers | Universidad Northwestern

El organismo reabsorbe el dispositivo, del tamaño de un grano de arroz, cuando ya no lo necesita

02 abr 2025 . Actualizado a las 19:08 h.

Un equipo de ingenieros de la Universidad Northwestern, en Evanston (Illinois, EE.UU.), ha desarrollado el marcapasos más pequeño del mundo, un aparato minúsculo, más pequeño que un grano de arroz —1,8 milímetros × 3,5 milímetros × 1 milímetros—, que el organismo es capaz de reabsorber cuando ya no lo necesita. Es capaz de conseguir una estimulación eficaz desde distintas cámaras, tanto en modelos animales como en humanos, y permite una implantación menos invasiva que los dispositivos actuales, según un estudio publicado este miércoles en Nature.

El dispositivo ofrece una capacidad de hasta 20 días, lo que lo hace adecuado para aplicaciones temporales como infecciones en dispositivos convencionales o posoperatorios inmediatos de cirugías cardíacas, y aunque puede funcionar con corazones de todos los tamaños, es especialmente adecuado para los pequeños y frágiles de los recién nacidos con defectos congénitos.

«Existe una necesidad crucial de marcapasos temporales en el contexto de las cirugías cardíacas pediátricas, y ese es un caso de uso donde la miniaturización del tamaño es fundamental», contextualiza John A. Rogers, experto en Bioelectrónica al frente del desarrollo del dispositivo. «Alrededor del 1 % de los niños nacen con cardiopatías congénitas —continúa Igor Efimov, cardiólogo y codirector del estudio—. La buena noticia es que tras ser operados solo necesitan un marcapasos temporal; en aproximadamente siete días, el corazón de la mayoría de los pacientes se autorrepara, pero esos siete días son cruciales».

Se activa con luz

El minimarcapasos se acopla a un dispositivo portátil, suave e inalámbrico, que se coloca sobre el tórax del paciente. Cuando detecta un latido irregular, automáticamente emite un pulso de luz infrarroja que penetra en la piel, el esternón y los músculos del paciente y activa el marcapasos, controlando la estimulación. Aunque es muy pequeño es capaz de proporcionar tanta estimulación como uno de tamaño completo, aseguran sus creadores. «Simplificamos drásticamente los procedimientos de implantación —añaden—. Reducimos el trauma y el riesgo para el paciente y, gracias a la naturaleza disoluble del dispositivo, eliminamos la necesidad de realizar extracciones quirúrgicas secundarias».

A pesar de sus ventajas, este dispositivo presenta ciertas limitaciones. David Filgueiras, del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) señala a la agencia de noticias científicas SMC que el aparato no es aplicable a todos los escenarios clínicos ya que su diseño actual no permite la estimulación permanente durante meses o años. Añade el cardiólogo que el procedimiento de implante, aunque mínimamente invasivo, puede ser complejo si se realiza en la superficie del corazón. «La implantación percutánea podría implicar complicaciones importantes y la estimulación desde la superficie del corazón, al no ser fisiológica, contribuir a la insuficiencia cardíaca en estimulaciones prolongadas», explica.

Posibilidad de implantar varios a la vez

Para Julián Pérez-Villacastín, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, este prototipo es un trabajo «excepcional», «espectacular». «Primero, porque es una miniatura, que podrá ser transportada utilizando catéteres hasta ser implantada en las paredes del corazón —desarrolla—. Segundo, porque la forma en la que genera los impulsos eléctricos es absolutamente original y abre la posibilidad de poder colocar varios dispositivos que estimulen el corazón de forma simultánea, aumentando la eficiencia de la contracción».

Sin embargo, como su colega Pérez-Villacastín, es cauto y rebaja el entusiasmo: «La idea es brillante, pero tendrán que pasar años para que esta tecnología pueda llegar a implantarse en seres humanos con las suficientes garantías». Expresidente de la Sociedad Española de Cardiología, señala que además solo posibilita una estimulación transitoria, lo que podría ser útil para quienes requieran marcapasos solo durante un tiempo muy reducido. «Pero esto no es la norma. La norma es que las personas que necesitan un marcapasos lo necesiten de por vida».