Carlo Buontempo, responsable de clima de Copernicus: «No hay un lugar seguro para huir de los eventos climáticos extremos»
SOCIEDAD

Europa fue el continente más afectado por el calentamiento global en el 2024 con un incremento de 2,4 grados con respecto a la era preindustrial, según el Servicio de Cambio Climático de la Unión Europea
15 abr 2025 . Actualizado a las 09:15 h.El 2024 fue el año más caluroso de toda la historia de Europa, «el continente en el que más incrementó el calentamiento global durante dicho año», indicó Celeste Saulo, secretaria general de la Organización Meteorológica Mundial (WMO). Las temperaturas han aumentado 2,4 grados con respecto a la era preindustrial —período de referencia, entre 1850 y 1900—, según el último informe sobre el estado del clima en Europa. Esto supone que se sitúe más de un grado por encima de la media global, que ha subido 1,3 grados desde la misma época de referencia.
El Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), programa coordinado por la Comisión Europea, ha publicado los datos sobre el estado del clima en Europa durante el pasado 2024, un año en el que los indicadores del cambio climático en el continente no han dejado de aumentar. «Es algo que debe preocuparnos y en lo que tenemos que trabajar todos juntos. Es una necesidad ahora y en el futuro», ha afirmado Saulo.
El año pasado fue el que tuvo mayor número de días con «fuerte estrés por calor» y noches tropicales en Europa, sobre todo en los países de la costa este mediterránea. Según el informe, 43 de los 97 días del verano del 2024 registraron olas de calor en el continente, entre el 1 de junio y el 5 de septiembre, y el 45 % de días a lo largo de todo el año tuvieron una media de temperatura mayor de lo habitual, de los que un cuarto de ellos tuvieron el récord de calor (12 % con respecto al total de días del año).
El C3S destaca el gran contraste entre el clima de la Europa más occidental y la más oriental. Los países del este han tenido un año mucho más seco y caluroso de lo habitual, mientras que los del oeste, entre los que se encuentra España, ha sido más lluvioso y, aunque también caluroso, con menos diferencia con respecto al período de referencia, entre 1991 y el 2020.
Eventos climáticos extremos
El 2024 fue en el oeste de Europa uno de los diez más húmedos desde 1950, con grandes inundaciones provocadas por intensas precipitaciones, como la sucedida en Valencia tras el desastre de la dana. «El incremento de las temperaturas en la alta atmósfera aumenta el riesgo de precipitaciones extremas como las de Valencia», ha explicado Carlo Buontempo, director del Servicio de Cambio Climático de Copernicus.
Según el servicio de la Unión Europea, alrededor de 413.000 personas estuvieron afectadas por desbordamientos de ríos y grandes tormentas en Europa a lo largo del año, con al menos 335 fallecidos debido a ellos. De ellos, la mayoría fueron en octubre en Valencia; según los datos oficiales, 224 muertos y más de 306.000 perjudicados.
El 12 % de los ríos europeos superaron el año pasado su umbral de inundación severa y casi un tercio (30 %), el de inundación grave. Fue el período en el que el porcentaje de red fluvial que se inundó fue más alto desde 2013, y el quinto de los últimos 32 años.
Aunque en esta parte de Europa el tiempo ha sido muy cambiante y etapas con gran cantidad de precipitaciones han convivido con otras de sequía extrema, acompañados de grandes incendios, como el que quemó más de 40.000 hectáreas en el corazón de Grecia en agosto. Según el C3S, más de 42.000 personas se han visto afectadas por los fuegos en la Unión Europea. Cerca de Galicia, el pasado septiembre Portugal estuvo asolado por más de cien incendios a lo largo de su geografía, que quemaron unas 110.000 hectáreas.
«Basándose en datos objetivos, el informe alerta del aumento en la frecuencia y severidad de las olas de calor y riesgos de incendios en septiembre, particularmente en España y Portugal», ha añadido sobre el informe Froila M. Palmeiro, investigadora en el Centro Euro-Mediterráneo para el Cambio Climático (CMCC), a través de la agencia SMC España.
Olas de calor, grandes nevadas o olas de frío son otros de los eventos clave que destaca el informe en Europa. Andrew Ferrone, director adjunto del Ministerio de Medio Ambiente, Clima y Biodiversidad de Luxemburgo, en nombre de la WMO, ha destacado como «los eventos extremos afectan a la infraestructura y es urgente actuar sobre las inundaciones, que podrían ser catastróficas en el próximo siglo». Copernicus estima que todos estos eventos extremos provocaron pérdidas por valor de 18,2 billones de euros, de los que el 85 % se asocia a los anegamientos.
En este sentido, el profesor de Ingeniería forestal y Cambio global de la Universidad de Lérida, Víctor Resco de Dios, incide en que «es incorrecto responsabilizar únicamente al cambio climático de estos eventos extremos», ya que «estamos justificando la inacción de nuestros gobernantes en prevención de catástrofes naturales».
Calentamiento del mar
Pero las temperaturas no han incrementado solo en tierra. El C3S señala que la superficie del mar se ha incrementado un grado en Europa según los promedios de los últimos cinco años. Aunque puede no parecer mucho, los expertos exclaman que hay que entenderlo como si se tratara de la temperatura del cuerpo humano.
Resalta al compararlo con la media mundial, que fue de 0,6 grados. El Mediterráneo fue uno de los mares más afectados, donde ha aumentado 1,3 grados. «En estos momentos, estamos en el segundo nivel más cálido para el océano en su conjunto», ha indicado Buontempo.
Este calentamiento del mar, además, ha tenido otros efectos adversos que afectan directamente al ecosistema. Por un lado, al aumento del nivel del mar, que incrementa a un ritmo de 3,7 milímetros cada año en todo el mundo. Y, a mayores, ha incrementado la acidificación de los océanos, es decir, que ha disminuido el pH del agua, lo que perjudica en gran medida a los ecosistemas marinos, según los expertos. Esto se debe en gran medida a la absorción de gases de efecto invernadero por el mar, los cuales han aumentado su presencia en la atmósfera —el dióxido de carbono, 2,4 partes por millón, y el metano, 12 partes por billón—.
Además, se estima que en los últimos cinco años se han perdido 3,4 millones de kilómetros de hielo marino en el Ártico y el Antártico. Indicador del acelerado deshielo de la criosfera. Desde 1976, los glaciares han reducido su extensión en Europa en 915 kilómetros cúbicos, y 9.200 a nivel global.
«El deshielo ha contribuido en la última década al 41 % del aumento del nivel del mar. Sumado a una gran volatilidad debido a tormentas marinas, realmente representan un riesgo para las comunidades costeras», ha alertado Samantha Burgess, líder estratégica en materia climática del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (ECMWF). «Los glaciares son cada vez menos y al final toda esa agua acaba en el mar», añadió.
Prevención frente al cambio climático
Carlo Buontempo no cree que haya «un lugar seguro para huir de los eventos climáticos extremos», que Andrew Ferrone exclama que cada vez serán más frecuentes, acompañados de «un incremento aún mayor de las temperaturas en Europa». Por ello, los expertos advierten sobre la importancia de tomar medidas para frenar el calentamiento global. «La adaptación climática no puede ser una opción de futuro», añadió Celeste Saulo.
Saulo destaca la importancia de que «los países puedan estar mejor preparados para afrontar estos eventos climáticos extremos» y, en relación a ello, subraya la necesidad de una red de avisos de peligro a la población aún más veloz. Florence Rabier, directora general de la ECMWF, señala como la aplicación de la inteligencia artificial (IA) a los modelos de predicción meteorológica puede ser un gran avance al respecto. «La ventaja de la IA es que puede ser bastante precisa, pero también es mucho más rápida», señaló la experta.
«Todos los elementos que contribuyen a los sistemas de alerta temprana, tales como la monitorización, la predicción o la comunicación, deben reforzarse para minimizar los efectos de los eventos meteorológicos extremos en los que una rápida respuesta es esencial», ha declarado a la agencia SMC España el Meteorólogo Superior del Estado Ernesto Rodríguez Camino.
Tecnología e infraestructura para mitigar los eventos extremos
El 51 % de las ciudades europeas han adoptado planes específicos de adaptación al clima. Esto supone un gran progreso con respecto al 2018, cuando solo lo había hecho el 26 %. Andrew Ferrone expuso algunas de las medidas realizadas, y que pueden servir en un futuro para plantar cara a estos eventos extremos.
El representante de la WMO destacó que la plantación extensiva de árboles, como sucedió en el 2024 en París o Milán, puede ayudar a mitigar las olas de calor y controlar la polución del aire. También la creación de embalses, como en Bratislava, o de infraestructuras resistentes a la inundaciones, como en Glasgow, para aminorar los efectos de los desbordamientos de ríos.
Otras medidas tecnológicas, como la instalación de pavimentos sostenibles, pueden apoyar la reducción de los efectos del cambio climático. Un ejemplo de ello son los llamados teile whipping de los Países Bajos, ideados para favorecer el crecimiento de la vegetación y el drenaje de agua.
Los expertos destacan como, además, se sigue trabajando en el aumento del porcentaje de energía generada a través de fuentes renovables. En el 2024, se logró el récord de electricidad producida de forma sostenible en Europa, llegando a significar el 45 % del total.