Luz verde al tratado mundial de pandemias para no repetir los errores cometidos durante el covid-19

LA VOZ GINEBRA / EFE

SOCIEDAD

Miembros de la OMS, celebrando el acuerdo.
Miembros de la OMS, celebrando el acuerdo. WHO

Las negociaciones llevaban tiempo atascadas por la reticencia de los países con potentes industrias farmacéuticas a transferir tecnología a naciones en vías de desarrollo

16 abr 2025 . Actualizado a las 13:34 h.

El tratado contra futuras pandemias, alumbrado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) este miércoles después de tres años y 13 rondas de negociaciones, busca preparar al mundo para próximas crisis sanitarias como la que provocó el covid-19 y, sobre todo, evitar que se repitan los errores de entonces. Estas son algunas claves para comprender este acuerdo —y su gestación—, que debe ser adoptado oficialmente durante la próxima asamblea de la OMS en Ginebra, que se celebrará del 19 al 27 de mayo:

Inicio de las negociaciones

La propuesta fue lanzada por un grupo de líderes europeos en diciembre del 2020, primer año de la pandemia del covid, y enseguida fue respaldada por el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Poco después, los Estados miembros de la organización aprobaron el inicio de las negociaciones y se dieron de plazo hasta el 2024 para completarlas, aunque finalmente se vieron obligados a prolongar este margen un año más. Para ello se constituyó un Órgano de Negociación Intergubernamental (INB), formado por los 194 Estados miembros, que tras el retiro de Estados Unidos de la OMS se quedó en 193.

Importancia del tratado

Apoyada en las evidencias históricas y epidemiológicas, la OMS da por seguro que la pandemia del covid-19 —causante de unas 20 millones de muertes en todo el mundo— no será la última, por lo que considera que un tratado internacional ayudaría a prepararnos mejor para las que lleguen en el futuro. El texto del acuerdo subraya que las pandemias son una amenaza para las sociedades y economías, y que se requiere cooperación y solidaridad para combatirlas. En esa línea, el objetivo del acuerdo es mejorar la prevención, la preparación y la respuesta frente a emergencias sanitarias de tal magnitud.

Áreas del acuerdo

El tratado señala que los países firmantes deben fortalecer sus sistemas de alerta temprana y de identificación de nuevas enfermedades zoonóticas —las que se transmiten del animal al ser humano—, así como la bioseguridad en los laboratorios. Asimismo, establece un nuevo mecanismo de acceso y participación en los beneficios que se obtengan de los patógenos —como su secuenciación—, que deberán compartirse en un sistema común gestionado por la OMS.

El tema que más se atascó en las negociaciones fue el relacionado con la transferencia de tecnología —generalmente desarrollada en los países desarrollados— a los países en desarrollo, para que estos puedan desplegar sus propias capacidades de manufactura de productos farmacéuticos. El bloqueo se superó incorporando la condición de que esa transferencia se hará siempre conforme a los términos que las partes «hayan acordado mutuamente» y no de manera obligatoria. Los países con potentes industrias farmacéuticas mostraron poca voluntad de ceder en su posición.

Trascendencia del acuerdo

Antes de este tratado solo había logrado consensuarse un acuerdo internacional en el campo sanitario, el obtenido tras la Convención para el Control del Tabaco (2003). Entre las posibles consecuencias del convenio de pandemias estaría el refuerzo de las competencias de la OMS en caso de crisis sanitarias de gran envergadura; durante el covid el organismo recibió numerosas críticas por su supuesta falta de previsión o decisiones equivocadas. La OMS sufre actualmente importantes problemas de financiación, entre otros motivos por la renuncia de Estados Unidos, que hasta el pasado año era su principal contribuyente. En estos momentos, haber llegado a un consenso para la adopción de este tratado es, sin duda, una inyección de moral para la agencia sanitaria de las Naciones Unidas.