Así será la tumba del papa Francisco

Sergio García ROMA / LA VOZ

SOCIEDAD

Este jueves la Santa Sede divulgó la primera foto del sepulcro
Este jueves la Santa Sede divulgó la primera foto del sepulcro VATICAN NEWS | EUROPAPRESS

Se encuentra en la nave central de la basílica de Santa María la Mayor, entre dos confesionarios, en un cuarto donde se guardaban los candelabros

24 abr 2025 . Actualizado a las 19:05 h.

La atención de buena parte de los miles de visitantes que se encuentran estos días en Roma se reparte entre la visita la basílica del San Pedro, donde actualmente se encuentra el cuerpo del papa Francisco, y el templo de Santa María la Mayor, la iglesia donde Bergoglio decidió ser enterrado. Situada a cuatro kilómetros del corazón del catolicismo, el templo que acogerá los restos del pontífice se levanta sobre el Esquilino, una de las siete legendarias colinas de la Ciudad Eterna y la más alta de todas. Construido en el siglo V, la basílica —la primera mariana del mundo— es una de las cuatro mayores. Según la tradición, la Virgen indicó su ubicación apareciéndose al papa Liberio. Corría el año 432. El lugar quedaría señalado por un milagro: en pleno verano, el Esquilino apareció nevado, un hecho que se conmemora cada 5 de agosto con una lluvia de pétalos blancos.

El sepulcro de Francisco se ubica en un cuarto donde guardaban los candelabros, entre dos confesionarios: en el primero cuentan sus pecados españoles e italianos, mientras que el segundo lo hacen los franceses, magiares o polacos, cada uno a su hora. Cada entrada y salida de los albañiles levanta expectación en un intento infructuoso de acertar a ver la que será la última morada del pontífice fallecido este lunes, situada junto a la Capilla Paulina —que acoge el cuadro bizantino de la Virgen María Salus Populi Romani, del que él se confesaba devoto— y una cámara edificada en honor a San Francisco de Asís. 

Cuentan que cuando Bergoglio vio el hueco no tuvo duda, mostrando su expreso deseo de descansar ahí. Su cuerpo, vestido con una sotana blanca, una casulla de color rojo y la mitra de obispo en la cabeza, reposará en el mismo ataúd sencillo de madera de pino en el que está siendo expuesto en San Pedro. Esta es otra diferencia respecto al rito tradicional, según el cual el féretro constaba de tres capas: una exterior de madera de roble barnizada, una intermedia de plomo con 4 milímetros de espesor y una interior de madera de ciprés forrada de terciopelo carmesí. Le enterrarán con tres bolsas de cordobán (cuero de cabra) con monedas de oro, plata y cobre acuñadas durante su pontificado y un resumen de su vida escrito en latín sobre un pergamino. Una vez cerrado el ataúd, se asegurará con un cordón de seda morado en la que el cardenal camarlengo imprimirá el escudo de armas del papa.