Más de 200.000 fieles vuelven a llenar el Vaticano en la segunda de las nueve misas por el papa Francisco

La Voz ROMA / EFE

SOCIEDAD

Decenas de miles de jóvenes abarrotan el centro de Roma para participar en el Jubileo de los Adolescentes y despedir al papa Francisco
Decenas de miles de jóvenes abarrotan el centro de Roma para participar en el Jubileo de los Adolescentes y despedir al papa Francisco MASSIMO PERCOSSI | EFE

La coincidencia con la celebración del Jubileo de Adolescentes ha provocado que el centro de Roma esté abarrotado

27 abr 2025 . Actualizado a las 11:54 h.

Más de 200.000 fieles, en su gran mayoría jóvenes y adolescentes, han llenado la plaza de San Pedro del Vaticano y la aledaña Vía de la Conciliación para asistir este domingo a la segunda misa de luto por el papa Francisco, oficiada por el cardenal Pietro Parolin.

Fuentes policiales informaron a EFE de que tanto San Pedro como sus alrededores están «completamente saturados», por lo que se ha ordenado el cierre de los accesos en medio de un amplio dispositivo de seguridad.

La liturgia será la segunda de los llamados novendiales, las nueve celebraciones eucarísticas de luto por el pontífice, fallecido el pasado lunes a los 88 años de edad.

La masiva presencia de jóvenes en la misa se debe también a la celebración del Jubileo de los Adolescentes, que en muchos casos habían planeado ya viajar a Roma para la canonización del italiano Carlo Acutis, conocido como el «santo millenial», y pospuesta tras el fallecimiento del papa.

Bajo un sol radiante, miles de voluntarios y miembros de las fuerzas de seguridad se vieron obligados a clausurar los accesos al inicio de la Vía de la Conciliación sobre las 10.00, media hora antes del comienzo previsto de la misa, al constatar que se había alcanzado el máximo de su capacidad.

Más de 250.000 participaron ayer, sábado, en el funeral por el papa Francisco, que se celebró antes del cortejo fúnebre que trasladó sus restos hasta la basílica de Santa María la Mayor, donde fue enterrado.

El templo abrió sus puertas hoy para que los fieles pasen a visitar la sencilla tumba en la que reposa el cuerpo de Francisco.

Abarrote en el centro

Puntos céntricos de Roma como la estación de metro de Termini se ven abarrotados este domingo de jóvenes que participan en el Jubileo de los Adolescentes y que hoy se dirigen al Vaticano para asistir a la segunda misa de novendiales por el fallecido papa Francisco, enterrado ayer.

Este Jubileo de los Adolescentes, en motivo del Año Santo que este 2025 celebra el Vaticano, ha llevado a decenas de miles de jóvenes de Italia y otras partes del mundo a Roma, y ante su numerosa asistencia incluso se acogió a parte de ellos en una base militar de la ciudad.

Durante el masivo funeral del papa Francisco, su presencia destacó entre los cientos de miles de personas asistentes a las exequias.

Este domingo, muchos tienen previsto participar a la segunda misa de novendiales para el difunto pontífice que preside esta mañana el cardenal Pietro Parolin a las 10:30 hora local (08:30 GMT) en la Plaza de San Pedro del Vaticano, que comienza ya a llenarse.

Los novendiales o nueve días de luto, es el tiempo de transición hasta que se elige un nuevo Papa. En este período se celebran nueve misas por el fallecido papa.

Una multitud de personas hacen cola delante de la tumba del papa Francisco
Una multitud de personas hacen cola delante de la tumba del papa Francisco FABIO CIMAGLIA | EFE

La tumba de Francisco, otro punto de peregrinación en Roma

Cientos de personas ya guardaban cola al amanecer a las puertas de Santa María La Mayor para ver la sepultura del papa

Gonzalo Sánchez

Amanece en Roma y ya cientos de personas guardan fila en un lateral de la basílica de Santa María La Mayor: en su interior reposa desde la víspera el papa Francisco y su tumba, de piedra y tenuemente iluminada, es ya otra meta de peregrinación para fieles y curiosos en la Ciudad Eterna.

El sepulcro ha sido mostrado por primera vez esta mañana y muchos han acudido a verlo desde primera hora, tanto que alrededor de 200 personas hacía fila para entrar ya una hora antes de que la iglesia abriera sus puertas, puntualmente a las 07.00 horas.

«He querido venir un poco antes a visitar la tumba», reconoce a EFE Rocío, una ecuatoriana residente en Roma que ha madrugado con tal de poder despedirse de un papa «revolucionario».

El pontífice argentino fue despedido este sábado con un funeral solemne en la Plaza de San Pedro del Vaticano y, acto seguido, su féretro atravesó la Roma más monumental hasta llegar a Santa María La Mayor, el lugar donde reposará para la eternidad.

Este antiquísimo templo, uno de los cuatro papales de la ciudad y cuyos orígenes se remontan a un milenario milagro, fue el elegido por Francisco para construir su sepultura pues custodia una Virgen de la que era muy devoto, la Salus Populi Romani.

La sepultura se halla precisamente a un lado de la capilla que la alberga y consiste, tal y como pidió en su testamento, en una lápida sencilla de piedra de Liguria, la tierra de sus antepasados italianos, con una única inscripción: «FRANCISCUS», en latín.

La tumba está en el suelo, dentro de un receptáculo abierto en la nave izquierda de la basílica, y en la pared, iluminado con un haz de luz tenue, a la altura de la vista, hay una réplica de la cruz pectoral que usaba Francisco, en plata y con el Buen Pastor.

Nada más. No revela dato alguno sobre el difunto... puede de hecho que el mundo del futuro remoto llegue a preguntarse quién fue «Franciscus» como ocurriría si hoy se preguntara a cualquiera por los otros siete papas del pasado que yacen en este templo.

La respuesta está bajo tierra, pues el féretro contiene un pergamino con su biografía protegido en un tubo metálico.

Este domingo ante el sepulcro atrajo a una multitud de personas, que desfilaban ante él espoleadas por dos gendarmes que impedían aglomeraciones con órdenes insistentes en varios idiomas.

Esto porque entre los primeros que visitaron a Francisco hay un poco de todo: muchos religiosos, monjas, peregrinos del Jubileo o personas gratas con su ministerio, pero también de turistas que, ante la escena, no dudan en activar la cámara de su móvil.

El padre Gregorio, un cura estadounidense, no esconde cierto pesar al salir de la basílica: «Me pregunto cuántos rezan por él o por sí mismos. Hacer fotos está bien, pero también orar», rumia.

En este primer día abierta, la tumba apareció con una rosa blanca sobre la lápida, aunque también se vieron algunas flores en el suelo depositadas a buen seguro por algún visitante y devoto.

Roma vive este año asaltada por millones de peregrinos llegados de todo el planeta debido a que Francisco convocó un Jubileo y muchos han coincidido con esta histórica defunción papal.

Es el caso de William, un joven brasileño que había preparado hace meses su viaje a Roma para asistir a la canonización del ´primer santo millenial´, Carlo Acutis, programada para hoy mismo pero que ha tenido que posponerse por la muerte de Francisco.

«Ha sido una mezcla de sentimientos, de misión cumplida pero también de pesar», confiesa.

La italiana Tiziana también puso el despertador para ser de las primeras en pasar por el sepulcro: «He sentido una gran serenidad por él porque ha vuelto a la Casa del Padre. Ha hecho mucho bien en la Tierra y creo que nos protegerá desde el cielo», augura.

Sin embargo, ante la sepultura sí que hay algunas personas que rezan. Unas de pie, otras en reclinatorios. Fuera de la basílica, en un balcón que da a la plaza, alguien ha colgado una pancarta con un mensaje para el nuevo morador del templo: «Gracias Francisco», se lee, en italiano.