Diez años de Netflix en España con escala en Galicia

Beatriz pallas REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Tamar Novas y Clara Lago, en el rodaje en Arousa de la segunda temporada de «Clanes»
Tamar Novas y Clara Lago, en el rodaje en Arousa de la segunda temporada de «Clanes» Jaime Olmedo / Netflix

La compañía norteamericana ha llevado títulos gallegos como «El desorden que dejas», «Clanes», «El jardinero» y «El caso Asunta» a los primeros puestos globales

01 jun 2025 . Actualizado a las 21:18 h.

Se cumple una década desde que la gran «N» roja palpitó por primera vez en las pantallas españolas. Capítulo a capítulo, Netflix alcanza diez años en este 2025 saltándose la intro de un país donde, en el 2015, el elevado consumo de contenidos digitales piratas despertaba reticencias sobre la posible supervivencia de esta y otras plataformas de series y cine. Hoy, con 300 millones de suscriptores a nivel global, el servicio ha sido uno de los más destacados artífices de la transformación del entretenimiento doméstico y el consumo audiovisual.

Además de cambiar la forma de distribución, su desembarco en la producción de contenidos locales alrededor del mundo ha tenido importantes escalas en Galicia. Con títulos como El desorden que dejas, Clanes, El caso Asunta, El jardinero y Hasta el cielo: la serie, ha transportado a los 190 países donde está presente su talento y sus escenarios naturales. «Nuestro recorrido en Galicia empezó con El desorden que dejas (2020), de la mano de Vaca Films, que fue una experiencia preciosa, además de una historia única y un thriller muy diferente. La serie fue un éxito en toda España y viajó mucho. Fue el comienzo de una relación que sigue muy fuerte y reforzándose cada vez más», explica Diego Ávalos, vicepresidente de contenidos de Netflix en España, Portugal y países nórdicos, desde la orilla del puerto de Vilanova de Arousa. A bordo de una patrullera de Aduanas que recorre la ría, entre A Illa y el continente, asiste a la persecución vertiginosa de una planeadora manejada por el actor Tamar Novas en compañía de Xosé Antonio Touriñán. Es una de las primeras jornadas de grabación de la segunda temporada de Clanes, también producida por la compañía de Emma Lustres y Borja Pena. En el estreno de su primera temporada, hace un año, la ficción se aupó durante cinco semanas al número uno global de series de habla no inglesa.

Emma Lustres, productora de Vaca Films, y Diego Ávalos, vicepresidente de contenidos de Netflix en España, en el rodaje de «Clanes 2» en Vilanova de Arousa
Emma Lustres, productora de Vaca Films, y Diego Ávalos, vicepresidente de contenidos de Netflix en España, en el rodaje de «Clanes 2» en Vilanova de Arousa Jaime Olmedo / Netflix

Cuando la plataforma graba en Galicia, la mayor parte del equipo es local. Para la productora Emma Lustres, «la llegada de las plataformas, principalmente la de Netflix, ha significado que la gente no tenga que irse a Madrid a trabajar y pueda ser actor, jefe de sonido o auxiliar de cámara viviendo en Galicia. Eso tiene una trascendencia y una importancia enormes». «A nosotros nos ha permitido crecer, tener estabilidad, una estructura mayor y poder trabajar de una forma más industrial, en el buen sentido de la palabra, sin perder la forma artesanal de hacer las cosas», afirma Emma Lustres, que destaca de la plataforma el poder de llegar el mismo día a la misma hora a una enorme cantidad de espectadores en el mundo. «Para mí el gran mérito es que ha globalizado la audiencia, que ahora muchísimas personas pueden ver con facilidad producciones noruegas, suecas, alemanas, coreanas, españolas, argentinas, y eso es una riqueza para el ser humano —señala Lustres—. En eso se basa Netflix, en producir localmente para el mundo y, dentro de eso, España somos un sitio privilegiado, porque ha puesto aquí una base importante».

Se refiere, Lustres, al centro de producción y posproducción que la compañía norteamericana abrió en Madrid en abril del 2019, su superficie de rodaje más amplia en la UE. En sus enormes naves se recrean platós de grandes dimensiones, capaces de albergar estructuras como el fuselaje completo del avión en el que se grabó La sociedad de la nieve.

«Hace años parecía que si no rodabas en inglés eras un productor de segunda categoría. Era la única manera de llegar a mucha audiencia, no necesariamente por un tema económico, sino por la satisfacción personal de que lo que haces conecte con mucha gente», dice la productora.

La creación de contenido local alrededor del planeta se mantiene como una de las señas de identidad de la plataforma, a pesar de los anuncios de Estados Unidos sobre la imposición de posibles aranceles al audiovisual producido fuera de su territorio. «Seguimos creyendo increíblemente en el poder de las historias locales. Las producimos en más de 50 países alrededor del mundo en sus idiomas locales y eso no va a cambiar para nosotros. Creemos fielmente en el apetito que existe por ellas y hemos visto el gran potencial que tienen a nivel global», apunta Diego Ávalos. La compañía ha constatado que cuatro de las diez películas de lengua no inglesa más vistas en la historia del servicio son de España: La sociedad de la nieve, Nowhere, El hoyo y A través de mi ventana. La reciente El jardinero, de DLO Producciones y rodada en Pontevedra, ha llegado al top 10 en 80 países.

«El jardinero»
«El jardinero» JAIME OLMEDO / NETFLIX

«Ahora hacemos muchas series ahora porque existe Netflix y las hacemos exactamente igual que hacíamos las películas. Para mí lo más importante es que se vean, me da igual que se vea en una pantalla de cine, en casa, en una tableta o incluso en un móvil. Lo que quiero es que la gente lo vea, lo disfrute, se entretenga, se emocione...», afirma la productora de Vaca Films.

Apoyo institucional

Diego Ávalos destaca el respaldo institucional en Galicia como una de las claves para el desarrollo del sector. «Ha habido inversiones de la Xunta muy importantes. Los nuevos platós que se están abriendo en A Coruña y su evolución técnica con producción virtual enseñan la importancia que le da Galicia al audiovisual, no solo como tejido industrial, sino también cultural y turístico. Todo eso nos facilita el seguir viniendo y seguir empujando para contar esas historias».

Pocos meses después de empezar a operar en España, en el 2016, Netflix encargó su primera producción local a una compañía gallega que trabaja desde Madrid. Su título, Las chicas del cable, y la productora, Bambú. «Para nosotros aquello lo fue todo; de repente ser los primeros a los que llama Netflix, que era y sigue siendo la plataforma de referencia, fue un hito y nos puso en un lugar bastante más importante del que ya habíamos conseguido en la televisión generalista con Gran Hotel, Velvet...», afirma su responsable, Ramón Campos.

Asegura que la llegada de Netflix cambió las reglas del juego y demostró que una serie española podía cruzar todas las fronteras. «Ha homogeneizado el contenido en el mundo, en el buen sentido del término. Cuando hicimos El caso de Asunta, una semana antes me preguntaba si la verían fuera, porque es una serie muy gallega, hablada en castrapo, con personajes muy gallegos... Y de repente se convirtió en una de las series más vistas del año», comenta. La ficción sobre el crimen de los Basterra, rodada en escenarios naturales de Santiago, sumó 31 millones de visualizaciones en el primer semestre del 2024 (se estrenó el 26 de abril).

Afirma Campos que el encargo de la compañía no fue el de «hacer series para el mundo». «Nos dijeron: ‘‘Vamos a hacer vuestras series, hacedlas como sabéis y vamos a esperar a que viajen’’», afirma el productor, que tiene en el catálogo títulos como Alta mar, A pesar de todo, El caso Alcàsser, Jaguar, 800 metros y las más recientes Manual para señoritas y La viuda negra. Ramón Campos rechaza como «una gran mentira» esa creencia de que las plataformas, y en especial Netflix, funcionan al dictado de un algoritmo que predice el éxito y marca las líneas a seguir. «Ese algoritmo no existe; existen seres humanos frente a ti a los cuales les cuentas una historia. Si a ellos les emociona te la compran y van adelante contigo hasta el final», afirma.

«Netflix no tiene vergüenza de llegar a todos los públicos. No quiere ser una plataforma de premios y de la que la prensa hable bien. Solo buscan que el público te vea —sostiene—. A mí que me den muchos premios si la serie no la ha visto nadie, no me vale para seguir trabajando. Ninguna industria en el mundo se sostiene con premios o con buenas críticas, sino con ventas o, en nuestro caso, visualizaciones».

Luiis Tosar, en «Los favoritos de Midas»
Luiis Tosar, en «Los favoritos de Midas» Netflix

Luis Tosar: «Abordamos proyectos antes impensables»

Los actores señalan que la irrupción de las plataformas ha transformado sus oportunidades. Luis Tosar ha formado parte de originales de Netflix como Los favoritos de Midas, Hasta el cielo: la serie y, próximamente, Salvador. «La irrupción de las plataformas ha supuesto una transformación total. En el caso de Netflix, casi como precursora de este fenómeno, ha provocado que se hayan multiplicado los proyectos y que formatos que antes no existían se hayan convertido en una constante para actores que, como yo, no nos prodigábamos mucho fuera del cine. Hemos tenido la oportunidad de abordar proyectos que antes eran impensables». Asegura Tosar que la manera de producir se ha acercado más a «un sistema de estudios que hasta hace unos años era inédito en España». Además, los estrenos a nivel global permiten que la repercusión de sus trabajos sea «infinitamente superior» a la de pocos años atrás y «provoca que ciertos proyectos nazcan con una vocación transoceánica que dota a las películas y a las series de una transversalidad cultural que antes era muy difícil de conseguir», afirma.

Para Tamar Novas, el proyecto de pasar los próximos meses grabando Clanes 2 en Galicia es una perspectiva reconfortante. «Desde que llegó Netflix a mi vida, he podido volver a casa a trabajar, a contar historias que no van a interesar solo en Galicia. Ha contribuido enormemente a descentralizar las historias y a universalizar conflictos y espacios inexplorados. La posibilidad de ir en mi primera serie con Netflix (El desorden que dejas) a un rincón de la Ribeira Sacra que a lo mejor ni yo mismo conocía como gallego, que ese lugar se vea en todo el mundo y que mucha gente quiera saber dónde es, creo que es un patrimonio maravilloso para el audiovisual, para la cultura y para nosotros como actores». Valora especialmente «la posibilidad de encontrar personajes diversos e historias con un empaque y una envergadura que antes eran difíciles de levantar».