Jesús Herrero, director de Red.es: «Hemos tardado mucho en hacerles cumplir las reglas a las plataformas»

SOCIEDAD

El experto espera que la inteligencia artificial revolucione la atención sanitaria
08 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Jesús Herrero Poza dirige Red.es, la entidad pública empresarial adscrita al Ministerio de Transformación Digital conocida por su labor de impulso tecnológico y modernización de las empresas, pero que ahora va a jugar también un papel importante en la promoción y la garantía de los derechos digitales.
—¿Está ganando peso la labor de control sobre la de promoción?
—Yo no diría realmente que la función regulatoria se esté imponiendo a la de dinamización del sector. Estamos hablando de unos nuevos sistemas de protección al ciudadano frente a la gestión de plataformas y de la tecnología. Pero nosotros también estamos potenciando la parte de desarrollo tecnológico de empresas europeas y de tecnologías propiamente españolas. Nosotros en este año, aparte de todos los procesos de digitalización y transformación digital de las pymes, de que tenemos Kit Digital, Kit Consulting, Bonos de Conectividad, todas las reuniones, encuentros y programas formativos que hacen las oficinas de hacer de Acelera Pyme por toda España; también tenemos luego el fortalecimiento de servicios públicos, que son con tecnologías desarrolladas por empresas españolas. Tenemos programas que van específicamente destinados al desarrollo de tecnología made in Spain y, además, con ese fortalecimiento de las capacidades europeas y el desarrollo de tecnologías europeas. Así que yo creo que el proceso de dinamización y el proceso de regulación van de la mano, y hoy más que nunca. También es interesante, porque la regulación genera una alternativa de lo que sí que se puede hacer y lo que sí que se hace correctamente.
—¿Las instituciones españolas tienen la fuerza suficiente frente a gigantes transnacionales o hay que buscar el impulso europeo?
—En ningún momento se ha tratado de identificar la alternativa de regulación digital española, sino siempre la europea. Los anteproyectos normativos que han sido aprobados por nuestro ministerio en las últimas semanas, el anteproyecto de ley que impulsa la gobernanza democrática en servicios digitales y la creación del registro de medios o el de uso ético, inclusivo y beneficioso de la inteligencia artificial son la transposición nacional de regulación europea. De hecho, yo creo que la Unión Europea es ahora mismo la que está identificando necesidades y oportunidades. Y también creo que en España tenemos singularidades particulares. A través de proyectos como la Carta de Derechos Digitales y el Observatorio de Derechos Digitales, estamos ayudando a una mayor profundidad y a la identificación de necesidades, en el impacto que tienen en la vida de la gente, en lo que deberíamos centrarnos para mejorar la parte de protección que tienen nuestros ciudadanos, las familias, los trabajadores o los beneficiarios de servicios públicos en los procesos democráticos. Yo creo que estamos ayudando, intentando dar mayor fuerza o profundidad a los análisis que tienen que traducirse posteriormente en regulaciones. Pero nosotros siempre hemos trasladado que España entiende el proceso regulatorio y el proceso de defensa de los ciudadanos europeos a través de un diálogo de la defensa de la Unión Europea.
—¿Quienes son los más vulnerables en el entorno digital?
—Aquí hay diferentes vulnerabilidades, por eso tenemos que regular ahora. Creo que la tecnología (o las plataformas) son el único sector en el que hemos tardado mucho en hacerle cumplir las reglas que todos cumplían con anterioridad. De hecho, si vemos otros sectores de nuestra economía: la banca, el sanitario... cualquiera tiene que cumplir con una serie de reglas y a estas plataformas les hemos permitido no hacerlo. Es un poco esa frase que dice la juventud ahora, el «amiga date cuenta». Es entender cuáles son los elementos que establecen una relación dañina de las plataformas en nuestra vida. Hablamos de los niños, pero también de los adolescentes. Su autopercepción y la configuración que tienen de su entorno es muy diferente. También esto está pesando colateralmente en los padres. Cuántas conversaciones tienen los padres por la noche: «Oye, veo a la niña rara o veo al chico raro o lleva un tiempo que no quiere salir de su burbuja». Pero también está ahí el ámbito laboral. Estos correos de estas típicas empresas. «No, ya lo lees mañana, pero te lo mando por la noche al destiempo». Pero también son nuestros mayores. También estamos viendo cómo hay muchas personas mayores que cada día reciben decenas de mensajes que son potenciales fraudes que tienen que ver con entidades bancarias, que tienen que ver con entidades públicas, que les están diciendo que les den las cuentas y los datos para proceder posteriormente a fraudes y a estafas. Estamos viendo cómo esto interactúa en nuestra vida como beneficiarios o como usuarios de tecnología, pero también como miembros de cada una de esas partes. Estamos sufriendo de manera directa o indirecta el impacto que tiene esto ahí. Yo creo que también es un elemento de reflexión, que como padres, parejas, amigos, vecinos, familiares... nos está afectando. Así que la Carta de Derechos Digitales y los grupos de trabajo de los observatorios estamos haciendo eso: mirar en profundidad qué hay, mirar cómo nos está afectando e identificar oportunidades normativas y regulatorias para que estos derechos, que ya lo son cuando afectan a nuestra realidad offline, también puedan serlo con garantías de nuestra realidad online.
—¿Realmente hay una potencia empresarial en IA en España como se trató de evidenciar en el Mobile World Congress?
—Ya que hablaba usted del Mobile, podemos recopilar un poco los datos de España en el Mobile, que creo que son impresionantes y, además, tuvimos cuatro empresas gallegas que también aportaron el acento de la tierra a nuestro pabellón. El pabellón recibió un 30 % de incremento de visitas con respecto al año anterior, datos que no están asociados al incremento de visitantes que ha tenido el Mobile. Es decir, el Mobile ha crecido cerca del 9 % en cuanto a visitantes y nosotros hemos incrementado un 30% de asistentes a nuestro pabellón, con 13.000. El importe que las empresas nos trasladan que han tenido la capacidad de cerrar para sus negocios y futuros proyectos es de 26,5 millones de euros. El año pasado fueron 13 millones. Las reuniones que han tenido profesionales de las empresas, es decir, los técnicos, los trabajadores, rondan los 4.000. Las reuniones que tuvieron de negocios superan las 2.000, las visitas de agentes internacionales y de otros países superan la docena... Yo creo que si tuviésemos que identificar el pabellón de España como un punto en el que valorásemos lo que significa España en el ecosistema digital o tecnológico global, yo creo que tendríamos datos enormemente satisfactorios, sobre todo porque tenemos empresas posicionadas en sectores clave. Por hablar de las gallegas, Insitu —que además es vieja conocida de red.es porque ya ha recibido subvenciones para el desarrollo de proyectos concretos— es una demostración. Pero tenemos la madrileña Spicatech, tenemos la aragonesa Libelium, hemos tenido Galgus, que iba a empezar una ronda de inversión de 200 millones. Y tenemos también Multiverse, que es de Euskadi y que va a recibir una inversión de 67,1 millones de euros por parte de la Sociedad Española de Transformación Tecnológica... Es decir, yo creo que sí que hay potencia para nuestro uso y además con un elemento singular, porque yo creo que nuestra propia configuración pública o de gestión hace que tengamos oportunidades tan relevantes, como ocurre en el sector de la salud. Por ejemplo, todas las aseguradoras americanas muy probablemente estén desarrollando tecnología para hacer más eficiente el recibo promedio para que el coste de cada uno de esos seguros sea menor. Y nosotros ya tenemos un sistema público robusto que identifica como si fuese una oportunidad comercial la mejora de diagnóstico o la mejora de tratamiento, y ahí las empresas españolas tienen mucho que decir. También están las empresas del ámbito de las smart cities, las ciudades inteligentes. Ya nos están llegando peticiones de países de África, de Asia o de otros puntos del mundo que quieren ver como las empresas españolas han hecho sus proyectos. En Galicia, por ejemplo, lo han hecho en A Coruña, en Sanxenxo y O Grove, lo han hecho en la Diputación de Ourense, en la Diputación de Pontevedra... Esas empresas son reclamadas internacionalmente para implementar esta tecnología, que podemos decir made in Spain, en el uso de las ciudades, pero que también podemos trasladarlas a otros ámbitos. Así que creo que sí, que es pertinente, que hay oportunidad y no cabe duda de que el talento corporativo asociado al impulso público en este tipo de proyectos nos va a hacer que seamos un elemento diferencial también en la prestación de soluciones.
—¿Tiene sentido invertir dinero público en un lenguaje general como Alia o habría que centrarse en la microsegmentación?
—Son dos elementos que se están dando la mano. En cuanto a materia de procesamiento de lenguaje natural, creo que no debemos renunciar a nuestra capacidad como tercera lengua más hablada del mundo y como la segunda de ámbito digital. Podemos tener nuestro modelo o poner nuestras lenguas en estos modelos. Creo que tenemos un enormísimo potencial y una enorme capacidad, sobre todo porque contamos con un público objetivo, como puede ser todo el público hispanohablante, que no es solamente español, sino también latinoamericano, que puede beneficiarse de los usos que se hagan desde la organización pública o corporativa que tengan en cuenta los matices que establece nuestra lengua. Estamos haciendo estudios con otros organismos en los que estamos viendo los gaps [brechas] que hay ya entre los modelos de lenguaje natural que están educados principalmente en inglés y que luego hacen su traducción al castellano. Vemos que, independiente de la expresión, en muchas ocasiones compramos mercancías y ya. Es decir, no se ajustan a las necesidades que tenemos y no se ajustan a lo que nosotros exigimos, porque al final el lenguaje es un elemento de descripción de la realidad y yo creo que los matices que aporta nuestra lengua son reconocidos en otros muchos ámbitos, ya sea en la literatura, en la creatividad..., pero también en la tecnología. Yo sí que creo que es muy relevante desde un punto de vista de orgullo patrio de la lengua, pero también como una oportunidad de prestación de servicios y de desarrollo de soluciones. Yo sí que creo que es pertinente empezar a trabajar en esos ámbitos y con los casos de uso que ya se están desarrollando. Se están dando casos de uso en programas propios que hace Red.es, como es el Kit Consulting. Pero también con otros que está haciendo la Agencia Tributaria en el ámbito municipal... Estamos viendo que este tipo de modelo, nuestro modelo, tiene capacidades y, cómo no, tiene su parte de educación en gallego, como lo tiene en euskera, en catalán o en valenciano. Yo creo que es relevante también para preservar nuestra cultura y la diversidad cultural, frente a estos modelos que tiende a ser de homologación y de estandarización absoluta.
—¿Cómo se conjuga todo esto con el compromiso ambiental?
—Bueno, lo primero poniéndole serenidad al ambiente este de hiperinformación, hipertoma de decisiones, hipertodo. Si todos los centros de datos que se quieren montar aquí se fuesen a montar, tendríamos que tener luz en los hogares dos horas al día. Por eso agradezco todo el trabajo que está haciendo la Secretaría de Estado de Energía y todos los equipos que están ocupándose de los trámites, también los equipos de Red Eléctrica. Yo creo que ante la nueva moda especulativa de ahora en la que ya no queremos montar edificios, sino centros de procesamiento de datos, es importante ponerle mesura, raciocinio y capacidad de reflexión. Y en segundo lugar, está la inversión de Multiverse, que tiene la capacidad de reducir un 50 % el consumo energético que implica lograr un modelo de lenguaje natural. Esta tecnología que nos aportan los compañeros de Multiverse tiene tres derivadas. La primera es esta reducción, otra limita la capacidad de consumo energético a la que se pueda hacer dentro del dispositivo, dentro del cloud, lo cual también hace que la energía sea más eficiente. Y por último, estaban intentando hacer un trabajo de reducción de los modelos de lenguaje natural para que puedan ser almacenados en local, en dispositivos como tabletas y teléfonos móviles, lo que supone que ninguna de esas capacidades de consulta va a salir fuera del dispositivo. Yo creo que se trata de esto, ¿no? Ya lo han hecho con DeepSeek en China: han identificado oportunidades de menor consumo energético para mejorar el funcionamiento de los modelos. Pues nosotros tenemos nuestra propia apuesta, que es con esta empresa, que es un ejemplo en el que sí que estamos viendo que combinar una mejora de la capacidad de la tecnología asociada a una mejora de la sostenibilidad energética es el camino. Y así es como se hace. Además, también está la estrategia del Plan Nacional de Algoritmos Verdes, que consiste en desarrollar algoritmos que ya desde el inicio entienden que deben de tener un menor consumo energético.
—¿Es una oportunidad para mejorar la eficiencia de la administración?
—Bueno, yo te puedo hablar en primera persona de lo que ha supuesto para nosotros. Es decir, la tecnología a nosotros nos ha obligado a cambiar y nos ha permitido cambiar. Para empezar, en un plano no tan físico, más filosófico, creo que es importante qué papel queremos tener las administraciones públicas en la vida de la gente. En Red.es hemos querido ser muy ambiciosos, queremos estar en su día a día. Y esa tecnología nos ha permitido hacer 13 millones de consultas automáticas de más de 29 documentos por persona. Si usted hace ese cálculo, pues lo que hemos hecho ha sido ahorrarle al ciudadano el trabajo de recuperar esa información, de compilarla, presentarla... y el famoso loop eterno de «vuelva usted mañana» de la Administración. Lo hemos hecho nosotros en 13 millones de ocasiones. Gracias a la tecnología y a la segmentación de las necesidades y dificultades, podemos hacer llamadas a beneficiarios y a agentes digitalizadores en los que entendemos de antemano su problema y podemos aportarles una solución evidente. Por otra parte, no sé cuánta audiencia habrán tenido nuestros vídeos, pero yo creo que han superado las decenas de millones de visualizaciones. Vídeos informativos, con características concretas, con explicaciones del programa, adecuadas a necesidades tanto de negocio de las empresas como nuestras de procedimiento. En eso nos ha ayudado. Y ahora, por ejemplo, con la agilización de pagos también. Está bien poder recopilar toda esta información de manera automática y tramitar los expedientes así. Por ejemplo, ahora con Kit Consulting esperamos que haya un total de entre 60 y 70.000 documentos de memoria final de consultoría. Pues gracias a la inteligencia artificial nos está permitiendo que un proceso que podría tardar entre cuatro y seis horas, ahora en diez minutos podemos tener una propuesta de resolución de un bono. Es decir, que te permite aumentar tu dinámica de escala. Sin tecnología gestionábamos 90 millones al año, un con tecnología llegamos a provocar 1.864 millones de euros. Es decir, lo que te permite es la oportunidad de preguntarte qué papel quieres tener en la vida de la gente. Nosotros queremos estar cerca, queremos estar presentes y queremos hacerlo fácil.
—¿Es el campo sanitario donde se ven con más claridad estos avances? ¿Puede dar lugar a una revolución o a un salto muy importante?
—Lo acabas de decir perfectamente. A ver, yo creo que es revolucionario si se invierte la mitad del tiempo que antes en diagnosticar para invertir el doble del tiempo en tratar. Y claro, creo que tenemos que reducir a la mitad la parte de reflexión sobre qué te sucede y multiplicar por dos el tiempo que están atendiéndote. Detrás de la historia clínica digital está Red.es, detrás de la receta electrónica está Red.es, pero nos retrotraemos a algo mucho más anterior. Cuando había que instalar equipos y redes de conectividad en centros médicos y en atención sanitaria, ahí estábamos nosotros. ¿Y qué hemos hecho ahora? Pues junto al Ministerio de Sanidad hemos firmado un acuerdo de 224 millones de euros con el que vamos a trabajar con las diecisiete comunidades autónomas para tres proyectos principalmente. En primer lugar, queremos hacer la Red Nacional de Imagen Diagnóstica. Queremos que España tenga la capacidad de montar una infraestructura en la que toda la evidencia que deje la prueba gráfica en el tratamiento a personas pueda alimentar el tratamiento que dé a otros. En segundo lugar, nosotros ya tenemos un proyecto de monitorización de enfermos crónicos que hemos desplegado tanto en Extremadura como en Andalucía. En Andalucía creo que superan los 100.000 usuarios y en Extremadura los 11.000. Y lo que hacemos es monitorizarlos a través de una petaquita que tiene el símbolo de Red.es, una aplicación, un sistema de información que se conecta con su doctor y con su servicio de salud. Y lo que hacemos es una monitorización 24 horas al día, siete días a la semana, de cómo está ese enfermo. Pero lo que vamos a hacer ahora es llevar este proyecto al resto del territorio de España. Y, por último, que no es menos importante sino que es una de las partes maravillosas, es identificar casos concretos por región de utilización de inteligencia artificial. Y a mí hay uno de los que se me ocurren que es absolutamente necesario, que es para la mejora de la gestión de las listas de espera. No puede convertirse esto de ir al médico en horas perdidas porque no sabes cómo hacerlo. La tecnología nos puede ayudar a identificar cuál es una mejor manera de gestión. Pero también lo que queremos trabajar es algoritmos para el diagnóstico, algoritmos para la prevención, algoritmos para la detección precoz de patologías que pueden tener ciertos perfiles poblacionales, o a lo mejor incluso establecer la relación de algún tipo de problemática con alguna región concreta. Porque también la distribución de internet que tiene nuestro país nos va a permitir que, ante muchas comunidades que están muy identificadas con algún tipo de perfil sociodemográfico particular, podemos establecer conclusiones que puedan alimentar al resto del país. Es decir, aquí hay regiones en las que hay más niños o en las que hay más mayores, o en las que hay más mujeres, o en las que hay mayores dificultades asociadas a los trabajos en diferentes sectores profesionales. Pues todo este tema de especialización nos va a permitir fortalecer una red de diagnóstico y de acompañamiento y tratamiento mejor para todo el país. Es una de las cosas en las que quiero empujar hasta el último día de que podamos disfrutar de esta experiencia de estar aquí. Ojalá hayamos podido implementar algún algoritmo que me pueda curar en el futuro, o que lo pueda hacer con usted o con algún familiar en el caso de que lo esté necesitando. Eso sí que sería revolucionario y estamos trabajando para que lo sea.