Paloma San Basilio: «Se ha pasado de "Mi marido me pega. Pues algo habrás hecho" a "Me ha levantado la mano, así que ahora orden de alejamiento y juicio"»
SOCIEDAD

La cantante ha criticado, en «Viajando con Chester», el concepto del empoderamiento o el movimiento Me Too, aunque ha defendido la lucha por la justicia y la igualdad. Además, ha confesado que pudo haber tenido algo con Donald Trump: «Yo pude ser Melania»
17 jun 2025 . Actualizado a las 17:55 h.Paloma San Basilio ha tenido que pasar por muchos obstáculos para llegar a donde llegó en su carrera musical y como actriz. La época en la que le tocó crecer como artista no era fácil para las mujeres. Tampoco lo es ahora. En su paso por el sofá de Viajando con Chester, la madrileña se ha mostrado perfectamente consciente de que se le siguen permitiendo cosas a los hombres que no se les permiten a las mujeres. Reconoce también que se ha avanzado mucho con respecto a su época, pero se muestra crítica con muchos conceptos actuales, como el de empoderamiento o el movimiento «Me Too». También, en el marco del tema sobre las acusaciones de acoso sexual contra Plácido Domingo, aunque califica de censurables los supuestos comportamientos que se le imputan, se niega a «estigmatizar» a los hombres. «Se ha pasado de "Mi marido me pega. Pues algo habrás hecho" a "Me ha levantado la mano, así que ahora orden de alejamiento y juicio"», comenta.
En el tema de su amigo y excompañero profesional Plácido Domingo, en lo personal Paloma San Basilio solo tiene buenas palabras. Lo considera un «ser maravilloso, un caballero único», educado, gentil y también muy generoso, con mucha calidad humana y artística. Como ejemplo de esto, recuerda un concierto conjunto, en el que Domingo se ofreció a comenzar la actuación para calentar el ambiente del público de cara a la parte en la que le tocaría a ella. «Pocos hacen eso, solo los grandes», reclama.
Pero en cuanto a las acusaciones contra él, Paloma San Basilio asegura que le «cuesta reconocer» a su colega, aunque no niega que puedan ser verdad. «Que haya tenido comportamientos inadecuados me parece censurable, son inaceptables», valora, «nadie tiene derecho a abusar de su posición». Con todo, prefiere coger los hechos con pinzas. «No tengo información fidedigna de qué ha pasado, no ha habido ninguna denuncia», explica.
Y es ahí, en ese momento de la conversación con Risto Mejide, cuando critica el cambio en la sociedad actual, en lo que considera esa «fina línea» que se ha traspasado y que, en su opinión, hace que los hombres no tengan capacidad de defenderse. En cuanto a las agresiones domésticas, reparte hacia ambas partes. «No es el hombre siempre el malo de la película», dice, «la agresión también es psicológica, y puede venir de las dos personas, que pierden los nervios». El entrevistador le recuerda entonces los datos elevados de asesinatos machistas, hechos que no se dan con la misma recurrencia en el sentido contrario. Ni mucho menos. «Lo que digo es que no se puede estigmatizar al hombre», se defiende ella, que reconoce que «la mujer ha sido víctima de un machismo instalado durante siglos».
La crítica a las luchas actuales también regresa en el momento en el que San Basilio recuerda una de sus participaciones en un programa de TVE, donde le taparon el escote. Ahora, en contraposición, está el «concepto de mujer empoderada», con el que se muestra crítica. «Es una palabra que odio», dice, para sorpresa de Risto. A continuación, se explica. Considera que la expresión lleva consigo una connotación de poder, de dominio sobre el otro, y que se contrapone, en su opinión, a la noción de la igualdad efectiva.
«Las mujeres que lucharon por el espacio femenino, por el voto por el derecho a decidir, por que te paguen lo mismo que le pagan al hombre, por que tengas una trayectoria universitaria espectacular y que no tengas que firmar tu proyecto con un hombre, porque no te lo van a aceptar,... Esas son las luchas», reflexiona la actriz. Pero se niega a considerarlo una batalla por el poder. «Eso es justicia, dignidad, derecho», defiende. «Quiero poder expresarme y ser como soy, porque es mi derecho, no por que quiera ser más que nadie».
En su discurso también critica el movimiento «Me Too», al que inscribe dentro de las tendencias vacías que no pasan del eslogan. «No quiero que me contraten porque soy mujer o trans. Yo quiero que me den el derecho a que yo me gane mi espacio. No me humillen dándome un espacio por ser algo», reclama. «Eso sí, cuando llegue a ese espacio, quiero que me den el mismo derecho que tiene ese señor».
A pesar de que en el relato de sus experiencias contó las limitaciones que tenía en otras épocas e incluso en el presente por el hecho de ser mujer o por las convenciones de cada momento, Paloma San Basilio aún considera que hoy en día, «la libertad es un bien cada vez más preciado», y considera, como muchos otros artistas de esa época, que la situación actual «es terrible». Con ello se refiere a la política de la cancelación.
«Hay inclusión, diversidad de género y sexo, pero no de pensamiento. Nadie puede decir lo que piensa», considera, mencionando como ejemplo el caso de Karla Sofía Gascón. «Si le hubiera pasado a Carlos Gascón, seguramente no le habría pasado lo que le ha pasado», cree.
Risto le recuerda que muchos de los mensajes de la actriz de Emilia Pérez rozaban o tocaban con la xenofobia, especialmente hacia inmigrantes musulmanes en España. «Estamos toda la vida criticando la religión católica. Pero no podemos ser críticos del islamismo», le espetó entonces la invitada al sofá de Chester. «Puedes decir que no estás de acuerdo con algo, y tener la posibilidad de decirlo», considera. Algo con lo que el presentador no se muestra de acuerdo, ya que cree que se puede ser crítico con las ideas, pero respetando siempre a las personas y a los individuos.
«Yo pude haber sido Melania Trump»
Risto Mejide también le ha preguntado a Paloma San Basilio sobre uno de los episodios de su vida que contó hace unos años y que implican al actual presidente de Estados Unidos. En una estancia suya a Atlantic City, en Nueva Jersey, se hospedó en uno de los hoteles del magnate. Lo que no sabía es que Donald Trump era fan suyo. «Me dijeron que había ido a verme y cuando estaba en mi habitación, me llamó», ha relatado. No fue ella la que contestó al teléfono, así que fingió estar ya dormida.
El empresario nunca consiguió verse con ella. «Me contactaba, venía a ver la actuación, llamaba a la habitación y luego se iba con el rabo entre las piernas», bromea la intérprete. y no se arrepiente, porque, según ella, nunca ha sentido ninguna atracción por los multimillonarios. «Lo de la erótica del poder conmigo no va», indica.
Pero, según ella, podría haber llegado a ser Primera Dama. «O sea, yo pude ser Melania, un poco más pequeñita y no tan cabreada», ha dicho.