
El Gobierno de Dick Schoof marca camino a otros países como España al reconocer los derechos de autor para el entrenamiento de los modelos de lenguaje en el ámbito público
18 jul 2025 . Actualizado a las 16:42 h.Países Bajos marca un punto de inflexión en el desarrollo de la inteligencia artificial. Este jueves, el gobierno neerlandés ha reconocido que su modelo estatal de lenguaje, GPT-NL, necesita autorización expresa de los autores para utilizar sus textos en el proceso de entrenamiento. Un paso que podría redefinir las reglas del juego en el sector de la IA, especialmente en el ámbito público.
El Ejecutivo neerlandés fue uno de los primeros en apostar por modelos de inteligencia artificial impulsados desde lo público, como alternativa a los gigantes privados estadounidenses y chinos: ChatGPT, Gemini o DeepSeek. Una senda que poco después seguiría el Gobierno español con la presentación de ALIA, su proyecto para «proteger el español». Ambos modelos, como aseguran sus promotores, se han entrenado con «datos de alta calidad». Pero ahora Países Bajos marca distancia.
Lucha por los derechos de autor
Cada vez más usuarios recurren a ChatGPT de OpenAI o Gemini de Google para obtener respuestas inmediatas. Detrás de esa interacción aparentemente sencilla hay centenares de reglas matemáticas, modelos estadísticos y redes neuronales entrenadas con enormes volúmenes de texto.
Estos conjuntos de datos cubren todo tipo de temas, desde salud y ciencia hasta economía y política. Los tokens —fragmentos de palabras o signos de puntuación— son extraídos de fuentes originales mediante técnicas de scraping, es decir, la recolección automatizada de información en internet. En la mayoría de los casos, este proceso se realiza sin consentimiento ni compensación para los autores de los contenidos.
Países Bajos busca precisamente revertir esa lógica. «Hemos alcanzado acuerdos para que los editores reciban una compensación adecuada cuando el modelo se lance al mercado», subraya el Ejecutivo. «Esto garantiza el cumplimiento de las normativas europeas, incluida la Ley de Inteligencia Artificial», añaden.
El reconocimiento oficial del Gobierno neerlandés añade presión a los países que han impulsado modelos de inteligencia artificial desde lo público. La cuestión sobre el origen de los datos y el respeto a los derechos de autor se perfila como uno de los principales retos regulatorios en el despliegue de estas tecnologías. Mientras tanto, el debate sigue abierto tanto en los parlamentos como entre los desarrolladores.