
El país asiático, que prohibió los cigarrillos electrónicos en el 2018, también propone que los usuarios puedan acudir a centros de rehabilitación para superar la adicción
18 ago 2025 . Actualizado a las 13:22 h.El Gobierno de Singapur ha anunciado que reforzará las leyes contra la venta y uso de vapeadores, prohibidos desde el 2018, y se plantea tratarlos como una droga e incluir penas de prisión para quien vulnere las leyes. «Lo trataremos como un problema de drogas e impondremos penas mucho más severas. Esto significa penas de cárcel y castigos más duros para quienes vendan vapeadores con sustancias nocivas», dijo la noche del pasado domingo el primer ministro, Lawrence Wong, durante su discurso a la nación.
Además, los usuarios podrán acudir a centros de rehabilitación para ayudarles a dejar la adicción. «Muchos de estos vapeadores contienen sustancias adictivas y nocivas, como el etomidato (...) en el futuro pueden contener algo peor, más fuerte o drogas más peligrosas», subrayó el mandatario.
Vapear está prohibido en Singapur desde el 2018 y, según las leyes actuales, poseer, usar o comprar vaporizadores conlleva una multa máxima de 2.000 dólares. Wong, sin embargo, señaló que los contrabandistas siguen encontrando la manera de introducir estos dispositivos en el país.
«Hasta ahora, hemos tratado a los vapeadores como el tabaco. Como mucho imponíamos una multa, pero eso ya no es suficiente», remarcó el primer ministro al avanzar una campaña nacional contra el uso de estos dispositivos que incluirá a las escuelas. Con estas medidas, la ciudad-Estado asiática se pone a la vanguardia contra el consumo de vapeadores, mientras aumentan las restricciones en otros países.
Desde junio, el Reino Unido prohíbe la venta y suministro de vapeadores desechables, una medida con la que las autoridades sanitarias tratan de reducir el acceso de los jóvenes al vapeo y los residuos que generan estos dispositivos.