El papa León XIV, en su primera entrevista: «Tuve que saltar al fondo de la piscina muy rápidamente»
SOCIEDAD

El pontífice, que acaba de cumplir 70 años, ha participado en una larga conversación para un libro de la periodista Elise Ann Allen, en la que habla de sus principales retos y su visión de la situación internacional
14 sep 2025 . Actualizado a las 20:05 h.Robert Prevost ha cumplido este domingo 70 años como hombre y 129 días como pontífice. Ha sido el propio León XIV el que, haciendo gala de su cercanía, ha acudido a sus redes sociales para contar que estaba de aniversario. Pero los curiosos en la vida del estadounidense que se siente peruano tendrán una oportunidad de bucear en sus reflexiones más personales dentro de poco, cuando se publique en forma de libro la larga entrevista que ha concedido a la periodista Elise Ann Allen.
«Todavía me queda una enorme curva de aprendizaje por delante», confiesa en el libro León XIV: ciudadano del mundo, misionero del siglo XXI, en el que revela lo siente como «un desafío», aunque no se siente abrumado ante los retos que se le plantean en su nuevo trabajo como papa. «Tuve que saltar al fondo de la piscina muy rápidamente», indica.
Las palabras de Prevost son solo algunas reflexiones que forman parte de ese libro de casi 300 páginas cuyo lanzamiento está previsto para el próximo jueves, 18 de septiembre, en su segunda casa, Perú, pero que en España tardará un poco más en llegar a las estanterías, hasta el 23 de octubre. Estas declaraciones forman parte de un extracto que han publicado en primicia en inglés el diario católico Crux —en el que es corresponsal de Roma la periodista— y en castellano el diario peruano El comercio.
No es casual. León XIV, aunque estadounidense de nacimiento, se siente en buena medida peruano. «La mitad de mi vida ministerial la pasé en Perú, por lo que la perspectiva latinoamericana es muy valiosa para mí», ha expresado como forma de recalcar que seguirá el legado de Francisco en su sensibilidad con las circunstancias del continente. «La iglesia de América Latina fue significativa tanto en mi conexión con el papa Francisco como en mi comprensión de parte de la visión que él tenía para la iglesia», ha destacado.
Sobre sus desafíos en su nueva vida como pontífice, afirma que hay un área en la que se mueve como pez en el agua: en la parte pastoral. La otra, la de ser de la noche a la mañana un líder de talla mundial, es donde encuentra los verdaderos retos. Especialmente en un momento sensible tanto para la iglesia como en las dinámicas geopolíticas actuales.
Un mundo polarizado que se agravó por la crisis del 2020 y la pandemia, pero que él considera que comenzó mucho antes, con la pérdida de unos valores básicos. Pero también apunta, en sintonía con su predecesor, a la desigualdad económica. «La brecha entre la clase trabajadora y los más ricos es cada vez más amplia», lamenta, basándose en datos. «Los directores ejecutivos que hace sesenta años podrían haber estado ganando de cuatro a seis veces más que los trabajadores, ahora ganan seiscientas veces más», dice, poniendo un ejemplo con nombre y apellidos: Elon Musk. Va a ser el primer trillonario del mundo. «¿Qué significa eso y de qué se trata? Si eso es lo único que tiene valor, tenemos un gran problema».
Precisamente en un ambiente de aparente descomposición de algunas de las democracias más asentadas del mundo, León XIV apuesta por un mayor diálogo en las decisiones de la iglesia, aunque descarta convertirla «en una especie de Gobierno democrática». «Si miramos a muchos países del mundo hoy en día, la democracia no es necesariamente la solución perfecta para todo», ha valorado. Cree, por el contrario, en que la fórmula pasa por el respeto a todas las corrientes y al entendimiento entre ellas. «Hay que decir: "Tenemos que hacer esto juntos"».
León XIV se ha referido a los conflictos actuales y, aunque en el extracto se refiere únicamente a la guerra entre Ucrania y Rusia, ha lamentado que las Naciones Unidas «hayan perdido su capacidad de multilateralismo». Critica con ello la defensa de los diálogos bilaterales que defienden, por ejemplo, figuras como Donald Trump. «Tenemos que seguir recordándonos el potencial que tiene la humanidad para superar la violencia y el odio que nos divide cada vez más», ha pedido.