
Ya está autorizado para uso médico y puede estabilizar casi todas las versiones mutadas de una proteína humana, independientemente del lugar donde se produzca la mutación en la secuencia
23 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Un fármaco experimental ya autorizado para su uso médico abre nuevas vías para tratar las enfermedades raras y se considera ya una carabina farmacológica «casi universal». Se ha demostrado que este fármaco es capaz de estabilizar casi todas las versiones mutadas de una proteína humana, en concreto del receptor de vasopresina V2, relacionada con una enfermedad rara llamada diabetes insípida nefrogénica, que afecta a una de cada 25.000 personas. Esto supone una hoja de ruta que abre el camino a la investigación de más enfermedades de este tipo, muchas de ellas todavía sin tratamiento.
Este avance logrado por un equipo del CRG de Barcelona supone que, en lugar de corregirse mutaciones una a una, se estabilizan las proteínas causantes de esas mutaciones que provocan la alteración. La investigación ha sido publicada en Nature Structural & Molecular Biology, en donde se concreta que un mismo gen puede mutar de muchas formas diferentes, de modo que los pacientes con la misma enfermedad rara pueden presentar mutaciones distintas como causa del trastorno. Según los investigadores, esto podría acelerar el desarrollo de terapias.
Gracias a estos pasos adelante, en el futuro, en vez de buscar un medicamento que actúe contra una única mutación, se podría intentar encontrar uno que estabilice toda una proteína, acelerando el desarrollo científico y comercial de tratamientos. Los autores del estudio generaron siete mil versiones del receptor de vasopresina V2 (V2R), esencial para la función renal normal, creando en el laboratorio todas las variantes mutadas posibles.
Las mutaciones defectuosas en V2R impiden que las células renales respondan a la hormona vasopresina, lo que provoca incapacidad para concentrar la orina y resulta en una sed excesiva y en la producción de grandes volúmenes de orina diluida, causando la diabetes insípida nefrogénica (NDI).
En trabajos anteriores, lo que encontraron estos científicos es que entre el 40 y 50 % de las proteínas fracasan porque se vuelven inestables con una mutación. Por lo tanto, consideran estos avances como «una prueba de concepto» basada en una proteína que es parte de otra familia mayor de proteínas y ahora están desarrollando nuevos trabajos para confirmarlo.
El doctor en Medicina especializado en enfermedades raras y genética molecular, Francesc Palau, asegura que «la novedad es lo que el fármaco sería capaz de hacer con mutaciones que condicionan esta patología».
A esto añade que «las enfermedades genéticas tienen una patología molecular específica» y subraya que «sería un avance confirmar que este fármaco u otros pueden tener efecto en enfermedades con variantes missense (un error en el ADN que resulta en la incorporación de un aminoácido a una proteína)».
Tolvaptán y mutaciones en el ADN
Al realizar experimentos adicionales centrados específicamente en mutaciones observadas en pacientes, se comprobó que el fármaco oral tolvaptán, aprobado clínicamente para otras afecciones renales, restauró los niveles del receptor a valores casi normales en el 87% de las mutaciones desestabilizadas (en 60 de las 69 mutaciones conocidas causantes de enfermedad y en 835 de las 965 mutaciones pronosticadas como patogénicas).
El grupo de investigación ha demostrado previamente que la mayoría de las mutaciones afectan a la función de una proteína alterando su estabilidad, volviendo la estructura más inestable de lo normal. El tolvaptán funciona con independencia de dónde se localice la mutación porque las proteínas alternan entre formas plegadas y desplegadas. La mayoría de las mutaciones en V2R hacen más probable la forma desplegada. Cuando el tolvaptán se une a V2R, favorece la forma plegada frente a la desplegada.
Los hallazgos podrían contribuir a abordar un desafío histórico en el ámbito de las enfermedades raras. Se considera enfermedad rara cualquier patología que afecte a menos de una persona por cada 2.000. Aunque su prevalencia individual es baja, representan un reto formidable para la salud global, ya que existen miles de tipos distintos, lo que se traduce en unos 300 millones de personas en todo el mundo que conviven con alguna de estas afecciones.
La mayoría de las enfermedades raras están provocadas por mutaciones en el ADN. Un mismo gen puede mutar de muchas formas diferentes, de modo que los pacientes con la “misma” enfermedad rara pueden presentar mutaciones distintas como causa del trastorno.
Como pocas personas comparten la misma mutación, el desarrollo de fármacos es lento y poco atractivo desde el punto de vista comercial. En consecuencia, la mayoría de los tratamientos existentes ayudan a controlar los síntomas en lugar de atacar la raíz de la enfermedad.