«Te dicen que no caigas, que camines, y ese sentido humano vale mucho»

LA VOZ REDACCIÓN

SOCIEDAD

Williams Zerpa es abogado, pero en A Coruña se vio sin techo.
Williams Zerpa es abogado, pero en A Coruña se vio sin techo. Marcos Míguez

La Fundación Rais fomenta la inserción laboral con el apoyo de La Caixa

17 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

En un contexto marcado por la incertidumbre y la inestabilidad, la lucha contra la exclusión social es un reto urgente. Lo sabe la Fundación la Caixa, que, a través de su acción social, impulsa una red de programas para garantizar la igualdad de oportunidades entre los colectivos más vulnerables. Entre ellos se encuentra la Fundación Red de Apoyo a la Integración Sociolaboral Rais, en A Coruña, que trabaja con el fin último de conseguir la empleabilidad y la autonomía de las personas que llegan a ellos. Coincidiendo con el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, una de sus técnicas, Lorena Sánchez, expone su modelo de actuación: «La situación de calle puede ser sobrevenida, hay muchas circunstancias que te pueden llevar a acabar así», reflexiona.

Claro ejemplo de ello es Williams Zerpa, uno de los primeros beneficiarios del programa. A ellos llegó en el verano del 2019, cuando cumplía los 63 años, pero, para comprender su historia, hay que remontarse a tiempo atrás. En Venezuela, donde vivía, era abogado. «A mí no me hacía falta salir», comenta, aunque la situación política de su país le obligó a hacerlo. Primero emigró a Colombia y después a Ecuador, pero su sitio lo encontró en España. Ya había pasado algunos veranos en la península y, recomendado por un amigo, voló desde Quito hasta Palma de Mallorca. Había cumplido los sesenta, pero la edad no fue un impedimento para él. Pasó, en sus propias palabras, «por todos los trabajos del mundo». Fue comercial de seguros, porque le gusta hablar con la gente, personal en un restaurante de comida tailandesa y repartidor de pizzas.

Tras una breve estancia en Madrid, donde volvió a trabajar como comercial y también como conductor, se desplazó hasta A Coruña para prestarle ayuda a un sobrino. «Fue muy duro», recuerda Williams. Tanto que, por primera vez en su vida, se vio sin techo. Durmió un mes en la calle hasta que dio con Padre Rubinos, donde se alojó durante treinta días. Cuando ya no podía alargar más la estancia, encontró la Fundación Rais. Le ayudaron con los papeles y a encontrar un trabajó, primero como repartidor y después en el control de acceso a los partidos del Deportivo en Riazor.

Compatibilizándolo con una prestación, pudo ahorrar para alquilar una habitación en la que vivir. Ahora, a sus 69 años, pasa el tiempo en la biblioteca leyendo y estudiando. Sus temas favoritos, sobre los que también da clases, son la filosofía, la geopolítica y la historia de la Grecia clásica. Echando la vista atrás, lo que más valora del programa es el apoyo personal que le dieron: «Llegaba, hablaba con ellas y me escuchaban. Fue un gran apoyo laboral, mental y hasta sentimental. Te dicen que no te caigas, que camines, y que si no sale todo ahora, ya saldrá la semana que viene. Así es como se consiguen las cosas y ese sentido humano vale mucho».

Williams Zerpa en el local de la Fundación Rais, en A Coruña.
Williams Zerpa en el local de la Fundación Rais, en A Coruña. Marcos Míguez

Una planificación en la que ellos mismos deciden lo que quieren hacer

Lorena Sánchez, la técnica que acompañó a Williams durante todo su proceso, expone su modelo de actuación. «Estamos centradas en la planificación liderada por la persona, un tipo de metodología en la que son ellos mismos los que deciden qué quieren hacer. Lo que ofrecemos nosotras es apoyo y acompañamiento durante el proceso que les gustaría llevar a cabo», explica Sánchez. Adaptan la intervención a la situación de cada uno y, para ello, empiezan recogiendo sus datos más básicos: «Les explicamos lo que hacemos para que luego puedan decidir si les interesa venir. En caso de que vuelvan, que suele ser así, entramos en detalle». En ese momento, se le asigna la técnica que lo acompañará durante todo el proceso. «Después vamos planificando con él o con ella lo que quiere en base a sus necesidades, marcando unos objetivos y temporalizándolos para trabajar con un sentido», continúa la técnica.

Como el fin último es el empleo, Lorena Sánchez incide en la importancia de facilitarles las formas de acceso. «Muchas veces no tienen ordenador ni un teléfono móvil con conexión a internet. Hoy en día la búsqueda se ha digitalizado, por lo que seguimos encontrándonos con una barrera importante», asegura. Ellas les enseñan los diferentes portales de empleo, a elaborar un currículo y, en el momento en el que acceden a una entrevista, se aseguran de que puedan acudir: «A veces están seleccionados, pero desde una situación de calle, dicen: ‘¿Cómo voy a hacer para comer, para ducharme y para ir descansado?’. Vemos también la forma de solventar eso para que no pierdan la oportunidad», explica.