Virginia Giuffre, víctima de los abusos de Epstein, señala en sus memorias póstumas al príncipe Andrés

Miguel Cebrián REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

En la imagen, la californiana Virginia Guiffre.
En la imagen, la californiana Virginia Guiffre. Reuters

Los adelantos publicados en «La Chica de Nadie: Memorias de Supervivencia ante Abusos y de Lucha por la Justicia», narran las vivencias de la joven en el entorno de Epstein y revive los encuentros sexuales que tuvo con el duque de York

16 oct 2025 . Actualizado a las 17:21 h.

Virginia Giuffre tenía solo unos pocos años más que las hijas del príncipe Andrés cuando este mantuvo relaciones sexuales con ella después de ser captada por el pedófilo multimillonario Jeffrey Epstein. Así lo relata en sus memorias póstumas Nobody´s Girl: A Memoir of Surviving Abuse and Fighting for Justice (La Chica de Nadie: Memorias de Supervivencia ante Abusos y de Lucha por la Justicia), cuyos fragmentos ha adelantado el periódico The Guardian.

Giuffre fue una víctima más de Epstein. Primero, fue interceptada por Ghislaine Maxwell, la compañera del magnate financiero, cuando la joven trabajaba en Mar-a-Lago, el club de alto standig que dirigía ni más ni menos que el actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. El padre de Giuffre era el responsable de mantenimiento del lugar y fue el que la colocó para trabajar en ese sitio antes de cumplir la mayoría de edad. En un momento dado, Maxwell la divisó desde su coche mientras la adolescente se dirigía a trabajar, pero no fue hasta pasados unos días cuando la «depredadora de las altas esferas» decidió acercarse a interactuar con ella. Acabó convenciéndola para que asistiera a uno de los domicilios de Epstein, ubicado en el 358 de El Brillo Way. Cuando accedió, se topó con el magnate, desnudo y tumbado boca arriba en una camilla. Con el pretexto de «enseñarle a dar masajes» y tras hacerle muchas preguntas de índole sexual, él y Maxwell acabaron forzándola en un trío sexual

Jeffrey Epstein junto a Ghislaine Maxwell.
Jeffrey Epstein junto a Ghislaine Maxwell. SDNY

Desde ese momento se convirtió en una víctima del sistema de manipulación de Epstein, y le acompañaba en muchos de sus viajes. Uno de los «clientes» a los que se asignó la joven Giuffre fue el hijo predilecto de la difunta reina Isabel II, Andrés, duque de York. En sus memorias, adelantadas por The Guardian, la difunta Giuffre habló de la «obsesión por sus pies» del príncipe y de su encuentro sexual en el 2001, cuando ella tenía 17 años y él 41. Más del doble. Un total de 15.000 dólares y un agradecimiento por hacérselo pasar bien al heredero fue la recompensa que Epstein le dio, en concreto, por esos servicios. «Fue lo suficientemente cordial, pero muy consciente de sus privilegios. Creía que tener sexo conmigo era su derecho de nacimiento» relata en sus memorias. 

Tuvo otros dos encuentros sexuales más con Andrés: un mes después, en Nueva York (donde surgió la famosa fotografía de ella junto al príncipe que lo ha torturado en los últimos 20 años) y, una tercera vez, en una orgía junto al propio Epstein, Andrés y ocho jóvenes que «aparentaban tener menos de 18 años». Con el tiempo, Giuffre terminó demandando al príncipe por abuso sexual, pero acabó solventándose con un acuerdo multimillonario extrajudicial de cantidad desconocida entre los dos (la prensa británica la estimaba en 14 millones de euros).

No obstante, tres años más tarde Giuffre (que también sufrió abusos sexuales en el entorno familiar cuando era pequeña)  se quitó la vida y emergen, ahora, sus últimas palabras. Muchas de ellas dirigidas hacia el príncipe, alimentando así uno de los mayores escándalos de la Casa Real británica.