Galicia custodia 700 compuestos químicos con potencial farmacológico

Tamara Montero
Tamara Montero SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Ines Ardao, gestora del PCBAS, y Mabel Loza, directora científica, en la quimioteca ubicada en el Cimus
Ines Ardao, gestora del PCBAS, y Mabel Loza, directora científica, en la quimioteca ubicada en el Cimus Paco Rodríguez

La Fundación Kaertor, bajo la dirección científica de Mabel Loza, coordina la quimioteca española, una red con la que buscar nuevas utilidades para moléculas que permanecían sin uso tras su desarrollo inicial

17 oct 2025 . Actualizado a las 14:02 h.

Ocurre que en ocasiones, compuestos químicos que se han sintetizado en los laboratorios se quedan sin desarrollo inicial. Y, sin embargo, pueden tener una segunda vida. Otros usos. De eso se encarga de Quimioteca Pública Española, una iniciativa que pone al servicio de la comunidad científica esos compuestos desarrollados en universidades y centros de investigación de todo el país. 

La quimioteca es el equivalente molecular a una biblioteca. El Centro de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (Cimus) de la USC alberga en sus instalaciones una librería que por el momento está formada por unos 700 compuestos desarrollados por laboratorios de toda España. Unos 350 son de Galicia y el objetivo es alcanzar la cifra de 10.000 moléculas disponibles en el 2028. La iniciativa, coordinada desde Galicia por la Fundación Kaertor, y enmarcada en el Plan Comentario de Biotecnología Aplicada a la Salud (PCBAS) y la red estratégica ES-OPENSCREEN tiene aspiración inmediata alcanzar el millar de compuestos. 

«Lo que hacemos es recoger los compuestos que han sido producidos y sintetizados por grupos españoles, purificarlos y ponerlos en funcionamiento para buscar con ellos nuevos fármacos», explica Mabel Loza, directora científica. Es decir, son custodios de esos compuestos que luego pueden ensayar en diferentes dianas terapéuticas. Además, el plan es conectar esta quimioteca con las librerías europeas y de este modo sacar el máximo partido para proyectos de descubrimiento de fármacos que puedan llevar, con esos compuestos como punto de partida, a acelerar nuevas terapias a los pacientes.

De hecho, en los primeros ensayos que se han realizado se han encontrado compuestos con un muy buen potencial para las resistencias microbianas, moléculas que «nadie probaría porque incluso habían sido sintetizados con otros fines». Lo que custodia Galicia, al final, es un nuevo arsenal terapéutico y original, ya que no se habían probado nunca para desarrollar nuevos fármacos. 

La quimioteca recibe los compuestos y los caracteriza. En las instalaciones del Cimus, un gran robot los mantiene en condiciones adecuadas, los registra y clasifica. Los grupos de investigación pueden solicitar los compuestos y desde la quimioteca se les envían para que puedan realizar los ensayos. «Ahí se genera una colaboración entre los laboratorios químicos que en su día los produjeron y los laboratorios farmacológicos y biológicos que los están utilizando», aclara Mabel Loza.

«Es ciencia abierta» y gratuita. No se compran ni se venden los compuestos, porque la quimioteca es de todos los grupos españoles que colaboran con ella, remarca la directora científica. El primer paso es buscar una diana terapéutica, es decir, un mecanismo para curar en el que actúan. En ese momento se desarrolla un proyecto colaborativo. «De lo que se trata es de generar programas conjuntos».

El objetivo inicial es el descubrimiento de nuevos fármacos, pero están teniendo peticiones de centros de investigación que han solicitado la posibilidad de usar los compuestos para otras áreas de investigación, como por ejemplo la agricultura. «Es un ejemplo de eficiencia», dice Loza, porque hay muchos compuestos que no están siendo desarrollados y muchas necesidades clínicas no cubiertas. La quimioteca funciona como una vía de comunicación para encontrar sinergias. 

Participar en la Quimioteca Pública es completamente gratuito y el proceso está diseñado para asegurar la trazabilidad, la protección intelectual y la integración eficaz de los mismos en campañas de cribado farmacológico.

El primer paso es enviar correo electrónico a quimioteca@biofarmagroup.es en el que se manifieste el interés en participar y se proporcione una descripción preliminar de los compuestos que se desean incorporar. A continuación, habrá que formalizar los acuerdos de transferencia de material con las instituciones correspondientes. Se garantiza la conservación del control y de la propiedad intelectual de los compuestos.

Seis líneas para acelerar proyectos

El PCBAS agrupa a siete comunidades autónomas que destacan en bioteconología aplicada a la salud. Financiado tanto por el Gobierno como por las autonomías, el objetivo es seleccionar los proyectos y las oportunidades que permitan trasladar más rápido al paciente los avances en biotecnología y en general en investigación de fármacos y generar un ecosistema colaborativo.

Galicia participa en seis líneas de ese programa y coordina la que está centrada en el cribado de fármacos y desarrollo de nuevas terapias. «Tratamos de visibilizar y unir las capacidades de Galicia y generar proyectos que unan la fuerza de la investigación  básica de la Academia con la aplicada de los institutos de investigación hospitalaria». De momento, el plan ha logrado hacer avanzar 18 proyectos desde estadios tempranos para llegar a uso en pacientes.