El cambio climático promueve una reorganización biológica a escala planetaria

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Los expertos aseguran que el descubrimiento de mosquitos en Islandia en otoño se debe al cambio climático y al transporte humano

22 oct 2025 . Actualizado a las 09:20 h.

Un inquietante descubrimiento acaba de reforzar la hipótesis de que el cambio climático está provocando una reorganización biológica a escala global. Por primera vez se han observado mosquitos en Islandia. La noticia requiere ante de nada una cierta matización. «Lo que se ha encontrado es una especie concreta de mosquito, Culiseta annulata. Son los mismos que nos pican dentro de casa durante el verano», aclara Óscar Soriano, investigador del CSIC en el Museo Nacional de Ciencias Naturales. Sin embargo, el hallazgo es del todo anómalo si se tiene en cuenta dónde se ha localizado y cuándo.

Islandia figura como una de las zonas del Tierra libres de mosquitos por una combinación de clima y geografía. Los mosquitos necesitan agua líquida durante para completar su fase larvaria, algo que no encuentran en las zonas polares, donde el hielo les impide respirar y mueren. «Esta especie en concreto se desarrolla en aguas estancadas como, por ejemplo, charcos. Pero claro, en una zona como Islandia se congelan antes y no hay posibilidad del desarrollo de poblaciones», apunta Soriano.

Lo que descubrió un entomólogo aficionado y fue posteriormente certificado por el Instituto de Historia Natural del país no fue a un mosquito de paso, sino habitando territorio islandés. «Resulta muy difícil para este tipo de mosquitos invernar en sitios tan fríos y que sobrevivan. Posiblemente se quede en un estado de poca actividad hasta que llegue el calor», asegura el investigador.

Cada vez que se encuentra un ser vivo en un lugar en el que no debería estar, resulta difícil saber cómo ha llegado hasta ahí. Sin embargo, en el caso de los mosquitos se da casi por hecho que ha sido por culpa del transporte humano. Así lleva siendo durante siglos.

En Hawái, por ejemplo, los primeros mosquitos llegaron en 1826 a bordo de balleneros procedentes de América. Después se extendieron por todo el archipiélago, transmitiendo enfermedades y provocando una auténtica catástrofe ecológica: la malaria aviar acabó con buena parte de las aves nativas, que habían evolucionado durante millones de años sin defensas frente a esos insectos. «Yo mismo he visto mosquitos tropicales en Vilagarcía de Arousa que llegaron en barcos con madera importada. Lo que ocurre es que mueren en cuanto llega el invierno gallego», sostiene.

Ahora, además de vivir en un mundo que se puede recorrer en cuestión de horas, se suma un aumento de la temperatura global que resulta más intenso en los polos. De hecho, en el Círculo Polar Ártico, octubre ha sido el mes que más se han calentando en las últimas décadas. «En general, el calor provoca en los animales que se acelere el metabolismo. En el caso de los mosquitos, el paso de huevo a adulto se acelera muchísimo. Es decir, se cierra el ciclo reproductivo muy rápido y esto provoca que haya muchas generaciones que se solapen. Y además especies que antes desaparecían cuando llegaba el otoño, pues con un ascenso de un grado son capaces de sobrevivir. La amenaza de todo esto que lleguemos a importar insectos que son vectores de ciertas enfermedades tropicales», concluye Soriano.