OpenAI, la dueña de ChatGPT, se reestructura para ser una empresa con ánimo de lucro

César Rodríguez Pérez
C. Rodríguez REDACCIÓN

SOCIEDAD

Angel Colmenares | EFE

El proceso de recapitalización otorga a la fundación filantrópica que controlaba la compañía un paquete de acciones de 130.000 millones de dólares

28 oct 2025 . Actualizado a las 16:14 h.

Se acelera la carrera por crear una inteligencia artificial general, superior a las capacidades del ser humano. OpenAI, la compañía dueña del asistente de IA con más usuarios del planeta, ChatGPT, dejará de ser una organización sin ánimo de lucro.

La compañía que dirige Sam Altman se ha convertido en una corporación de beneficio público. Es la misma figura bajo la que operan rivales como Anthropic (creadores del chatbot Claude) o xAI (propiedad de Elon Musk): pueden tener beneficios y, al menos sobre el papel, su fin es mejorar el bienestar de la sociedad. La transformación le permitirá recaudar fondos como cualquier otra empresa y competir con gigantes como Google, Amazon o Meta. También anticipa una posible salida a bolsa en Wall Street.

La fundación que había manejado OpenAI desde su nacimiento, en el 2015, y que había sido constituida por Altman y Musk, hoy rivales, ahora se llamará OpenAI Foundation. Tras la recapitalización —así denominan el cambio—, tendrá un paquete accionarial por valor del 26 %, 130.000 millones. Microsoft, que era hasta la fecha el mayor inversor en la vieja OpenAI, tendrá una participación algo mayor, de un 27 %. Entre las dos pueden controlar lo que pase en la compañía que ha sido clave para que esta tecnología, la IA, sea popular y utilizada de forma masiva. ¿Quién posee el 47 % restante? Empleados, antiguos miembros de la plantilla y otros inversores.

Desde OpenAI sostienen que la operación refuerza su carácter filantrópico y que su misión original —la creación de una inteligencia artificial general que «beneficie a toda la humanidad»— sigue viva. Afirman que el éxito comercial de la empresa recién creada la ayudará a financiar su trabajo y a impulsar «las fronteras de la IA». La fundación se convierte en la más rica de Estados Unidos, por delante de la de Bill Gates y su exmujer Melissa.

La recapitalización cuenta con la bendición de las fiscalías de los estados de Delaware y California, que podrían haberla bloqueado. ChatGPT tiene unos 800 millones de usuarios activos. OpenAI, como empresa, una valoración de 500.000 millones de dólares.

El papel de Altman

Sam Altman (San Francisco, 1985) es el hombre que ha pilotado una operación que se remonta al año 2023. En noviembre de aquel año fue destituido por el consejo de OpenAI. Consideraban que actuaba por su cuenta y que estaba poniendo en peligro la misión original. El despido fulminante provocó una rebelión interna. Cientos de trabajadores amenazaron con dimitir. Microsoft, ya un inversor clave entonces, también se movió. La presión fue insoportable. Altman volvió a los cinco días. Unos meses después ya ejercía como líder indiscutible de la compañía. Y puso en marcha la maquinaria para transformar la organización.

Altman, considerado uno de los nuevos líderes tecnológicos del mundo, no tiene un paquete importante de acciones y, hasta la fecha, solo cobraba unos 65.000 euros por su labor al frente de la compañía. ¿Cambiará el nivel retributivo? De momento no se han confirmado cambios.

Nuevo acuerdo con Microsoft

Si no se hubiera producido el cambio, OpenAI habría perdido bastante dinero. Según informa The New York Times, en marzo Altman consiguió 40.000 millones de dólares de inversión de la corporación japonesa SoftBank. Estaban condicionados a que se hiciera efectiva la recapitalización, que coincide en el tiempo con la renegociación de un acuerdo clave con Microsoft.

 La compañía de Satya Nadella seguirá teniendo acceso preferente a la tecnología de OpenAI hasta el 2032. Lo conservará incluso si esta empresa declara que ha conseguido crear, «con medidas apropiadas de protección», la citada inteligencia artificial general, tan ansiada por Altman como temida por sus críticos. Uno de los más feroces, Elon Musk, denunció a OpenAI para prevenir esta transformación. Todavía no hay fecha fijada para el juicio.