Marc Rollán, El Funs: «La industria del videojuego se ha vuelto más conservadora»
SOCIEDAD
Sega lo hizo antes y a veces, mejor. Es la máxima con la que el divulgador en videojuegos ha resumido en Píxel á feira una empresa innovadora, y muchas veces incomprendida, en los 90
09 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Sega lo hizo antes. Esa máxima fue realidad gracias a un grupo humano que se arriesgó como nunca en los 90. Marc Rollán, (Barcelona, 1981) conocido en redes como El Funs, explicó en Píxel á feira, el primer salón de videojuegos de Galicia que se celebra hasta hoy en el Palacio de Congresos de Santiago, por qué sin los años salvajes de Sega el mundo del videojuego no habría existido tal y como se le conoce hoy en día.
—¿Qué es lo que hizo antes Sega?
—Sega tenía una filosofía de innovación. Siempre que había alguna novedad o una nueva tecnología Sega quería ser la primera en utilizarla, para bien y para mal. A veces se coronaban con ideas revolucionarias muy interesantes y a veces esas ideas no llevaban a ninguna parte. Pero tenían ese factor diferencial de innovar siempre. Lo consiguieron y al mismo tiempo fue su cruz, pero por muy revolucionarias que sean, no todas son buenas ideas.
—Sega fue en los 90 la gran marca, pero fue perdiendo posición en el mercado. ¿Es porque le ha pasado factura ese afán revolucionario?
—Es una parte importante, no se puede negar. A finales del siglo pasado y a principios de la década de los 2000 se tomaron algunas decisiones aventuradas, por así decirlo, que condujeron a que aparecieran algunos productos que no estaban a la altura de las circunstancias. Hubo una desconexión con el usuario final, que es el más importante para una empresa así, y la parte económica se vio afectada. A principios de los 2000 esta filosofía de siempre innovación se tuvo que cuestionar, y a pesar de que hoy en día siguen con el afán de probar cosas nuevas y diferentes, tuvieron que hacer un punto de inflexión y funcionar como una empresa más tradicional. Ya no es la empresa de los 90, pero no significa que no hayan seguido probando cosas nuevas y diferentes, aunque quizá con otra mentalidad.
—¿Se ha vuelto la industria del videojuego más conservadora?
—Si, es mucho más conservadora, no se hacen las locuras de los 80 y los 90, pero a la vez es un mercado mucho más asentado, con muchísimo más dinero de por medio, así que los inversores no quieren aventuras descabelladas. Nintendo apostaba también por cosas nuevas y diferentes y continúa con una filosofía de innovación, pero a medida que se ha ido asentando y haciendo más grande ha perdido esa originalidad, esa frescura. Pero es un mercado menos volátil.
—¿La irrupción de la inteligencia artificial puede hacer volver esa frescura de hace 30 años?
—Me parece que la cosa seguirá siendo conservadora. Nintendo y otras empresas seguirán innovando, y de hecho aparecen cosas muy chulas y novedosas en el mercado a día de hoy, pero ya sin esa disposición a las locuras de antaño. La IA servirá para hacer cosas, pero esa capacidad de volarte la cabeza que había antes no la vamos a ver ya, porque nadie va a arriesgar tanto dinero.
—Quizá Sega fue demasiado adelantada a su tiempo y cosas que lanzó en su momento hoy habrían funcionado.
—Totalmente. La principal cosa que hicieron antes de tiempo y no fue entendida en su momento fue conectar la consola a internet. Hoy cualquier videoconsola, está conectada e internet es un eje vertebrador de la experiencia de los videojuegos. No podemos olvidar que la primera que lo hizo fue Sega con su Dreamcast. Fue la primera en poner un módem de serie, fue la primera en integrar servicios online, fue la primera en ofrecer DLCs... En su momento no fue comprendido, porque en 1998 internet estaba en pañales, pero Microsoft supo aprovechar esas migajas que dejó Sega y después todas. Hoy no se entiende una consola sin internet.
—Tampoco internet podía dar una experiencia como hoy, no estaba integrada en el día a día.
—Precisamente por eso eran tan avanzados. Sega fue también la primera en apostar fuertemente por el 3D, por mundos virtuales gigantescos en tres dimensiones y fue la primera que realmente los explota en los recreativos. Hubo muchas cosas que hicieron ellos primero, pero porque no hubo mucha publicidad o porque no lo comprendimos, se ha quedad en la historia.
—¿Podrían recuperar la tracción que ha ido perdiendo? ¿Hay sitio en el mercado para ella?
—No lo va a recuperar pero ya no es la empresa de antaño. Tiene otro equipo, ha sido comprada por otras personas y esa familia es más conservadora, lógicamente. Hoy Sega es más conservadora pero funciona, es una empresa con números positivos y una contabilidad envidiable.
—¿Ya no tiene alma?
—No es que no la tenga, pero el alma que tenía antes de innovar, de probar locuras, probar cosas sin saber bien a dónde iban, desde el punto de vista empresarial es algo horroroso.La Sega antigua, para un perfil económico era algo dantesco pero desde el punto de vista creativo era increíble. Hay que encontrar un equilibrio. Nintendo, por ejemplo, sí supo encontrar el equilibrio entre una rentabilidad y la creatividad. Sega se dejó llevar por las locuras y vinieron momentos increíbles, pero no tenía viabilidad. Si hoy recuperasen esa idea, probablemente acabarían de nuevo en la ruina.