Trump amenaza a la BBC con una demanda de 1.000 millones de dólares por la manipulación de su discurso

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Deborah Turness, este lunes en el exterior de la sede de la BBC en Londres tras presentar el domingo su dimisión
Deborah Turness, este lunes en el exterior de la sede de la BBC en Londres tras presentar el domingo su dimisión Jack Taylor | REUTERS

El presidente de EE.UU. insta a la corporación pública a retractarse antes del viernes y califica de «corruptos» al ex director general y la ex directora de informativos

10 nov 2025 . Actualizado a las 19:30 h.

El presidente de EE.UU., Donald Trump, amenazó este lunes a la BBC con una demanda «por no menos» de 1.000 millones de dólares (865 millones de euros) si no se retracta antes del próximo viernes de las declaraciones «difamatorias» en su contra, tras la polémica suscitada por la edición de su discurso en un documental sobre el asalto al Capitolio en enero del 2021.

«Si la BBC no cumple con lo anterior antes del 14 de noviembre de 2025 a las 5.00 p.m. hora del Este de EE.UU., el presidente Trump no tendrá más alternativa que hacer valer sus derechos legales y equitativos,(...) incluyendo el iniciar una acción legal por no menos de 1.000 millones de dólares en daños y perjuicios», advierte el abogado personal de Trump, Alejandro Brito, en una carta enviada a la corporación británica.

En la grabación emitida por la BBC, se alteraban las palabras del discurso de Trump para subrayar la idea de que él había incitado directamente los disturbios. Esto llevó a que este domingo presentaran su dimisión tanto el director general de la cadena, Tim Davie, como la directora de informativos y máxima responsable de BBC News, Deborah Turness.

«Revisaremos la carta y responderemos directamente a su debido tiempo», dijo un portavoz de la corporación pública británica, que no detalló el contenido de la misiva del presidente de Estados Unidos ni en qué consisten las supuestas amenazas, como informa Efe en Londres.

El presidente de la BBC, Samir Shah, dijo este lunes en una entrevista a la BBC que desconocía la existencia de las amenazas legales, pero aseguró que Trump es «un tipo muy contencioso», por lo que la cadena está «preparada para cualquier escenario».

La presión sobre la corporación pública aumentó después de que el periódico The Daily Telegraph publicara el pasado martes unos documentos internos que indicaban que el veterano programa de reportajes Panorama, en antena desde 1953, pudo manipular a la audiencia al editar de manera interesada un discurso de Trump, de modo que parecía que alentaba directamente el asalto al Capitolio en Estados Unidos.

El memorando interno filtrado, procedente de Michael Prescott, exasesor externo independiente del comité de estándares editoriales de la cadena, expresaba preocupación por el documental Trump: A Second Chance?, emitido antes de su reelección el año pasado y elaborado para la BBC por la productora independiente October Films Ltd.

La versión editada tomaba frases pronunciadas por el republicano en diferentes momentos de su discurso del 2021 de forma que parecía decir: «Vamos a marchar hacia el Capitolio y yo iré con ustedes, y luchamos. Luchamos con todas nuestras fuerzas, y si no luchan con todas sus fuerzas, ya no tendrán país».

En realidad, Trump dijo inicialmente: «Vamos a marchar hacia el Capitolio y yo iré con ustedes. Sé que todos los que están aquí pronto marcharán hacia el edificio del Capitolio para hacer oír sus voces de forma pacífica y patriótica».

Trump ya ha demandado a otros medios de comunicación en EE.UU., como a la televisión ABC News, con quien llegó a un acuerdo millonario después de que uno de sus presentadores dijera que el presidente estadounidense había sido declarado culpable de violación.

También alcanzó un acuerdo con CBS News sobre una entrevista a la ex vicepresidenta Kamala Harris que emitió en su programa 60 minutos, y está involucrado en demandas legales con The New York Times, Wall Street Journal y la agencia Associated Press, entre otros medios.

Tras el anuncio de la dimisión de Tim Davie el pasado domingo, Donald Trump celebró su salida y lo acusó de «corrupto». «Los altos cargos de la BBC, incluido TIM DAVIE, el JEFE, están dimitiendo o siendo DESPEDIDOS porque les han pillado ''manipulando'' mi excelente (¡PERFECTO!) discurso del 6 de enero. Gracias a The Telegraph por desenmascarar a estos ''periodistas'' corruptos», escribió Trump en su red social, Truth Social.

El mandatario cargó contra el director de la cadena y la directora de informativos, Deborah Turness, quien también dimitió. «Son personas muy deshonestas que intentaron influir en el resultado de las elecciones presidenciales. Por si fuera poco, son de un país extranjero, uno que muchos consideran nuestro aliado número uno. ¡Qué terrible para la democracia!», añadió.

«Un error de criterio»

En una carta dirigida al Comité de Cultura, Medios de Comunicación y Deportes del Parlamento británico, el presidente de la cadena BBC, Samir Shah, reconoció un «error de criterio» en la edición de ese reportaje, pidió disculpas y manifestó que se han recibido más de 500 quejas sobre este tema.

«El propósito de editar el clip era transmitir el mensaje del discurso del presidente Trump para que la audiencia de Panorama pudiera comprender mejor cómo había sido recibido por los partidarios del presidente Trump y lo que estaba sucediendo en ese momento», explicó.

Desde que saltara a los medios la existencia del memorando interno, elaborado por Michael Prescott, la corporación pública recibió «más de 500 quejas» que están provocando «una reflexión más profunda por parte de la BBC», aseveró Shah. «La conclusión de esa deliberación es que aceptamos que la forma en que se editó el discurso (de Trump) dio la impresión de ser una llamada directa a la acción violenta», añadió. 

Shah negó cualquier «sesgo sistémico» de la BBC como se sugiere en el memorando de Prescott, algo que, señaló, está «muy lejos de la realidad». «El ADN y la cultura de la BBC es la imparcialidad», aseguró.

Además, reconoció otros errores de la cadena en coberturas sobre otros casos sonados, como la información del número de víctimas en la Franja de Gaza, para lo que recordó que «las medidas adoptadas en estos ámbitos han ido desde la publicación de correcciones y aclaraciones hasta la emisión de nuevas directrices editoriales».

En este sentido, mostró el «compromiso de mejora continua» de la BBC y sostuvo que «a veces, los errores son puntuales, y otras pueden indicar problemas subyacentes», para lo que manifestó que «el trabajo nunca termina».

En cuanto a otros elementos objeto de crítica, como el servicio árabe de la corporación, tachado de seguir una línea editorial alejada de la matriz de la BBC y con un presunto sesgo a favor del movimiento palestino Hamás, Shah sostuvo que se han tomado medidas.«Se ha reestructurado el equipo en árabe de la BBC, se ha nombrado un nuevo jefe de calidad y normas editoriales de habla árabe en el servicio mundial y se ha creado una nueva unidad de investigación de redes sociales para verificar a quienes aparecen en el servicio», detalló, respondiendo así a la recurrente aparición de fuentes vinculadas de un modo u otro con Hamás.

Horas después de dimitir, la ya exdirectora de informativos de la BBC, Deborah Turness, negó este lunes que la cadena pública británica tenga «un sesgo institucional». «Renuncié durante el fin de semana porque la responsabilidad recae sobre mí. Pero quiero dejar algo muy claro: BBC News no tiene un sesgo institucional. Por eso es el proveedor de noticias más confiable del mundo», dijo a su llegada a las oficinas centrales de la BBC.

La que fuera hasta ayer máxima responsable de los informativos, que llegó visiblemente emocionada a la sede central de la emisora, sostuvo que los periodistas de la BBC «por supuesto que no son corruptos» y agregó que son «personas trabajadoras que se esfuerzan por la imparcialidad», por lo que aseguró que defenderá su labor periodística.

También manifestó que pertenecer a la corporación pública ha sido «un privilegio» en su carrera, así como trabajar con «un brillante equipo de periodistas» antes de despedirse de su equipo editorial, que le ofreció «una gran ovación», según informaron periodistas de la BBC presentes en el lugar.

La BBC había sido criticada anteriormente, por otras coberturas, por ejemplo por su supuesto sesgo propalestino tras la emisión de un documental sobre Gaza en el que, como se supo después, el narrador era hijo de un miembro de Hamás. También por la difusión durante el festival de Glastonbury de un concierto del dúo Bob Vylan en el que se pidió la muerte de los soldados de las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF). Además, ha sido acusada de «censurar» deliberadamente voces conservadoras reaccionarias en el debate sobre la identidad de género.

Tras la dimisión de los dos directivos, el Gobierno de Israel ha pedido que se les exija «plena responsabilidad» sobre lo que ha considerado como «fallos editoriales» en la cobertura de la ofensiva militar en la Franja de Gaza. «Pedimos que se exija plena responsabilidad a los responsables de los fallos editoriales de la BBC en árabe y que se lleve a cabo una reforma completa para garantizar que sus futuros reportajes cumplan con los estándares que se esperan de la BBC», ha señalado la embajada israelí en Reino Unido, en un comunicado difundido en su cuenta de la red social X, donde ha manifestado que «toma nota» de las renunciadas anunciadas este domingo.

«Durante años, hemos advertido repetidamente sobre los constantes incumplimientos de la BBC en cuanto a (...) los estándares de precisión, imparcialidad e integridad que se esperan de una cadena pública», ha agregado, acusando a la cadena británica en lengua árabe de haber «distorsionado con demasiada frecuencia la realidad, omitido contextos fundamentales y proporcionado una plataforma para narrativas antisemitas y extremistas».

Las autoridades israelíes han asegurado que esta cobertura «ha contribuido a la desinformación pública, a la hostilidad hacia Israel y el pueblo judío y a la radicalización de las audiencias en el Reino Unido y en todo Oriente Próximo», por lo que ha manifestado su esperanza de que la salida de Davie y Turness «sirva como punto de inflexión».