El presentador ha explicado que el programa «Col·lapse», que presenta y dirige en TV3, será el último de su carrera
24 nov 2025 . Actualizado a las 15:19 h.Una grave enfermedad a principios del 2024 provocada por una bacteria durante las vacaciones provocó la retirada inesperada y temporal de Jordi González de la televisión. El popular presentador contó que había estado a punto de morir y que la pesadilla continuó con una larga y ardua recuperación. Hace unos meses anunció que por fin estaba totalmente recuperado y el pasado septiembre llegó su retorno a la televisión. Lo hizo en Col·lapse, programa de TV3 que dirige y presenta y que, según acaba de anunciar, será el último de su carrera profesional.
González ha concedido una entrevista a Diari Ara en la que ha avanzado su jubilación: «Es mi epílogo, seguro. Lo podemos escribir ante notario. Puede durar tres meses o tres años, pero no haré otro programa más», ha expresado. «Llegó la propuesta de TV3 con un programa con reputación, audiencia, solvente, en Cataluña y en catalán. Además, no solo presento, sino que también soy director. Es una manera muy satisfactoria de acabar una carrera», ha valorado.
Durante décadas, el catalán fue uno de los rostros más reconocibles de la pequeña pantalla, convirtiéndose en una de las figuras de Mediaset. Unos tiempos con sueldos que le han permitido tomarse con tranquilidad su jubilación. «Tengo dinero y no tengo hijos», ha apuntado. Llegó a Telecinco «en una época dorada, cuando también ficharon a Ana Rosa, Jesús Vázquez y Pedro Piqueras. Vasile nos decía que éramos la aristocracia de la tele», ha recordado. «Mi mejor sueldo lo llegué a ganar en el año 1999. Cobraba 20 millones de pesetas. 120.000 euros por programa, no por temporada», ha detallado.
En total, cuarenta años frente a la cámara en los que ha conducido todo tipo de formatos, con debates como Moros y cristianos, magazines como TNT, concursos que han sido buque insignia de Telecinco, como Supervivientes y Gran Hermano y espacios documentales como Lazos de sangre.
A comienzos del 2024, durante una estancia en Medellín, donde el presentador tiene una casa, cayó enfermo de manera súbita. Una bronconeumonía bilateral severa causada por una infección bacteriana lo tuvo tres semanas en coma en un hospital de Colombia y necesitó una traqueotomía para sobrevivir. Para entonces ya había dejado Mediaset para acompañar a Anne Igartiburu en De Corazón, en La 1 de RTVE.
Cuando se repuso parcialmente, volvió a España, donde continuó en el hospital hasta recibir el alta definitiva. En total estuvo ingresado dos meses, perdió la voz y parte de sus capacidades motoras. Pero eso no fue el final, porque en casa tuvo que seguir con una dura recuperación. Después de mantenerlo un tiempo en secreto para no preocupar a los suyos, contó que había tenido que aprender a hacerlo todo de nuevo, desde caminar hasta hablar.
Una dura experiencia que le cambió su perspectiva de la vida: «Durante un tiempo tenía pesadillas todas las noches con lo que me ha ocurrido. Ahora veo mi vida de otra manera. Me han cambiado las prioridades. Me voy a dar prioridad a mí mismo. Voy a ser menos González y más Jordi», dijo en su primera entrevista tras la enfermedad, concedida a la revista 'Semana'.
Su idea para la jubilación también pasa por dedicarse tiempo a sí mismo y por cumplir algunos de los sueños que ha dejado pendientes durante años encadenando un programa tras otro. De hecho, tiene claro lo que hará el primer día después de su último programa: «Al día siguiente iré a Japón, que todavía no he ido». Sus planes para la jubilación: «Quiero aprender inglés y aprender a cocinar. Son las cosas que me propuse cuando tenía 40 años y que todavía no he podido hacer».